Javier Benegas
Cofundador del diario Vozpópuli, donde ejercí de Jefe de Opinión. Soy publicista pero ejerzo de analista político, articulista y escritor. Coautor de Catarsis y autor de Sociedad terminal. Publico en medios online y participo en programas de radio y televisión.
Tiempo de cobardes
Durante la Segunda Guerra Mundial ocurría a menudo que los jóvenes declarados no aptos para el reclutamiento por alguna deficiencia se sentían profundamente deprimidos...
Meteos la polarización por donde os quepa
Si en la década de 1980 un adivino capaz de anticipar el futuro me hubiera revelado cómo iba a ser la España del presente,...
Esa luz poderosa que habita en cada uno de nosotros
Con el torrente informativo que soportamos cualquiera diría que en nuestro mundo ya nada funciona, que poco a poco nos estamos convirtiendo en un...
La catástrofe de las buenas intenciones
La reforma constitucional mediante la que el Partido Socialista y el Partido Popular, de mutuo acuerdo, sustituyeron el término disminuido por discapacitado, es un ejemplo estupendo de cómo la...
El momento populista
Nos han acostumbrado a percibir el populismo invariablemente como una actitud política extremadamente peligrosa. Un populista sólo puede ser entendido como el político que...
Una época de engaño universal
Polarización fue elegida palabra del año 2023 por la FundéuRAE. El criterio para seleccionarla se basó en su presencia en los medios de información,...
Por qué nos estamos empobreciendo
Si usted, querido lector, siente que la precariedad le envuelve gradualmente o que en su casa la crisis económica parece haberse vuelto crónica, no...
La política contra ‘el mal’
La división entre buenos y malos, entre víctimas y victimarios, entre salvadores del planeta y negacionistas se ha convertido en el motor de la...
Totalitarismo verde
En un artículo titulado «Political Legitimacy, Authoritarianism, and Climate Change» y publicado en Cambridge University Press, Ross Mittiga, profesor asistente de la Universidad de...
No son las leyes, somos nosotros
Stricto sensu, la Constitución es simplemente un papel con cosas escritas. Por más que se empeñen los repúblicos, sus errores o fallos de diseño,...
