En pleno escándalo por el panopticón de Facebook, Axios ha sacado una información que decía que Donald Trump con quien está “obsesionado” es con Amazon. Amazon, no Facebook. Axios cita una fuente de la Casa Blanca que afirma que Trump dice en alto “si no habrá alguna manera de ir detrás de Amazon con la ley anti trust, o la de competencia”. Sí, alguna ley que le permita a él actuar contra Amazon.

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Según la fuente de Axios, lo que tiene en mente Trump son las quejas de sus millonarios amigos empresarios del sector inmobiliario, que dicen que Amazon se lleva el negocio de los abarrotados centros de las ciudades a los alejados complejos logísticos del gigante comercial y logístico, donde ellos no tienen nada que ganar. Es decir, que no le duele el daño que le haga Amazon a los pequeños comercios, sino el efecto rebote que tiene su declive sobre el negocio de los amigos de Trump.

Aquí, en España, El Mundo y El País han publicado los famosos “papeles de Bárcenas”, que retratan cómo la corrupción estaba en la médula del Partido Popular, y no ha pasado apenas nada

Además, su principal dueño y jefe, Jeff Bezos, es a su vez el dueño de The Washington Post. El WaPo tumbó un presidente, sí. Pero eran otros tiempos. Hoy no hay nada que pueda hacer un periódico para lograr desbancar del poder a un presidente de los Estados Unidos. Aquí, en España, El Mundo y El País han publicado los famosos “papeles de Bárcenas”, que retratan cómo la corrupción estaba en la médula del Partido Popular, y no ha pasado apenas nada. Pero da igual, Donald Trump ve el mundo con la complejidad de unos dibujos animados, y con manejar el binomio amigo-enemigo tiene suficiente trabajo. Bezos y su empresa son sus enemigos y hará lo que pueda para luchar contra ellos.

La falsa ira de Donald Trump sobre Amazon

Axios afirma que Trump no tiene un plan. Quizá pergeñarlo le exija un trabajo para el que no está intelectualmente preparado. Quizá no le importe tanto. O quizá, y esto es lo más probable, sepa que, como hace ver en sus palabras en alto en la intimidad imposible de la Casa Blanca, con aplicar las leyes anti trust o de defensa de la competencia sea suficiente para hacer daño a una compañía. La secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, lo ha llamado “crear un campo de juego equilibrado”. Las acciones de Amazon ya han sufrido una caída.

Amazon se ha convertido en una herramienta muy útil para el comercio minorista; no sólo en un competidor

Los argumentos de Donald Trump contra Amazon no tienen sentido. La tasa de crecimiento de las ventas del sector minorista no han caído apreciablemente desde mediados de los años 90’, cuando salió Amazon al mercado. En 2012, esas ventas alcanzaron los 4,35 billones de dólares en 2012, este año superarán los cinco, y se espera que en 2020 rocen los 5,5 billones de dólares. ¿Dónde está el daño de Amazon? Es más, la empresa se ha convertido en una herramienta muy útil para el comercio minorista; no sólo en un competidor.

Trump ha dado por buena la información de Axios, lanzando al día siguiente una nueva invectiva contra Amazon. “Yo ya he declarado mis preocupaciones respecto de Amazon mucho antes de las elecciones. A diferencia de otras, no pagan impuestos, o muy pocos, a los gobiernos locales y estatales. Utilizan nuestro sistema postal como su chico de los recados (lo que causa tremendas pérdidas a los Estados Unidos), y están arruinando a muchos miles de minoristas”.

Aquí deja otros dos argumentos que utiliza con frecuencia contra la empresa tecnológica. Uno de ellos es perfectamente absurdo. Amazon supone un enorme negocio para US Postal. Al otro argumento habría que responder diciendo que su papel, como presidente, es llevar al Congreso una reforma fiscal que favorezca que las grandes empresas reconozcan sus beneficios en el país. Pero eso ya lo ha hecho, y con gran éxito, de modo que, a este respecto, poco se puede añadir.

A Amazon lo que le interesa es un impuesto sobre el comercio electrónico que haga la labor de eliminar a la competencia que tiene menos músculo financiero que la empresa de Bezos

Aunque la cuestión fiscal es más intrincada de lo que parece. Amazon paga impuestos a los Estados desde el mes de abril del pasado año. Por otro lado, en declaraciones al programa Fox & Friends de Fox News, el vicesecretario de Prensa de la Casa Blanca, Raj Shah, ha dejado caer que lo que quiere el gobierno federal es una equiparación en la fiscalidad de las tiendas físicas y on line, ya que actualmente no hay un impuesto específico sobre el comercio on line.

La falsa ira de Donald Trump sobre Amazon

Cabría pensar que un gravamen de este cariz podría perjudicar a Amazon, pero no es así. A Amazon lo que le interesa, según los analistas del sector, es un impuesto sobre el comercio electrónico que haga la labor de eliminar a la competencia que tiene menos músculo financiero que la empresa de Bezos. De modo que si Trump quiere perjudicarla, esa no parece la vía. A no ser que introduzca un impuesto muy alto, pero entonces dañaría uno de los sectores más pujantes de la floreciente economía estadounidense.

¿Qué es lo preocupante de la ira de Donald Trump contra Amazon? En realidad, se le puede acusar de ser menos sutil que otros presidentes, pero no de ser el primero en estar dispuesto a utilizar sus poderes contra un sector de la sociedad estadounidense. Lo peor del asunto es que es una muestra más de que Trump necesita el enfrentamiento; y en particular uno que muestre que está dispuesto a ponerse frente a los poderes establecidos en defensa del empleado de la calle, aunque no sea cierto ni lo uno ni lo otro.


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