Matthew Bennet es británico, nació en Preston en 1977, una ciudad situada al norte de Mánchester, pero lleva ya veinte años viviendo en España, concretamente en Murcia. Llegó por primera vez a nuestro país en 1998, para trabajar como monitor de inglés en un campamento de verano. Pero las circunstancias cambiaron sus planes. Y lo que iba a ser una estancia temporal, se convirtió en una estancia permanente.

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Matthew se dedica al periodismo desde hace ya bastantes años, sin embargo, su extraordinaria cobertura del juicio a los secesionistas catalanes le ha sacado del anonimato y le ha llevado a ser muy apreciado por el público español. Lo cual tiene mérito. Pero tiene aún más mérito la forma en que lo ha hecho. Porque Matthew no trabaja para ningún gran diario, y no dispone de sus medios, sino que trabaja por su cuenta. Y lo hace fundamentalmente a través de Twitter, desarrollando y aplicando sus propios métodos de trabajo, inventando nuevas formas de proporcionar información en tiempo real, sería, veraz… y directa, sin ninguna intermediación.

Muchos se preguntarán cómo se gana la vida Matthew Bennett. Si él proporciona su información a través de las redes sociales, de manera directa, sin cobrar nada ¿de qué vive? Y ahí es donde surge el otro gran protagonista de este fenómeno: el público. Porque es precisamente el público el que, voluntariamente, se ha convertido en su mecenas. Hoy hablamos con él sobre el juicio a los secesionistas, los dilemas de una nación llamada España, la política, las encrucijadas del periodismo español… y, también, la emergencia de un nuevo actor, hasta ahora prácticamente un convidado de piedra: el lector, el ciudadano, el público que, a través del mecenazgo, estaría recuperando un poder que, en teoría, siempre le perteneció.

Entrevista audio, clic aquí

 

Un saludo, Matthew.

Muy buenas tardes, Javier. Y todos los que están escuchando.

Tenía muchas ganas de hacer esta entrevista a un personaje que, a mi juicio y, por lo que parece, para mucho público español, es una de las grandes revelaciones del periodismo independiente de los últimos tiempos. Has hecho una labor extraordinaria. Bueno, has hecho labores extraordinarias anteriores a esto, pero has eclosionado con el seguimiento extraordinario que has hecho al llamado Juicio del Procés. Tú eres británico, aunque llevas veinte años en España. ¿Te consideras ya más español que británico?, ¿o mitad y mitad? 

Me considero una especie de híbrido, después de tanto tiempo. Tanto a nivel de la vida como a nivel del idioma y la cultura. Toda mi vida adulta ha discurrido fuera del Reino Unido, y casi toda esa vida adulta ha transcurrido en España.

¿Y qué tal se trata este país, que a veces es muy ingrato con los locales, pero no tanto con los foráneos? 

Fenomenal. Aquí hay de todo. Uno aprende, como bien sabes, cuando viaja y vive fuera. Te das cuenta con el paso de los años que hay de todo en todos los sitios. Pero aquí, fenomenal. Aquí se vive muy bien.

Una anécdota que quizá los numerosos seguidores de Matthew Bennet no sepan es que fue teniente de Infantería del ejército británico. Fue antes de empezar ese periodo de viajes y de diferentes experiencias. ¿Ya no tienes nada que ver con el ejército?, ¿verdad?

No. Pero siempre es una experiencia interesante en la vida de uno. Porque haces y aprendes cosas que de otro modo no habrías hecho ni aprendido. En mi caso estuve cuatro años y decidí no seguir.

¿Por qué te pareció necesario dar una cobertura tan exhaustiva al llamado «juicio del procés”? 

Para empezar, porque es un juicio… un tema en general muy importante para España como país y como nación. Va mucho más allá que la parte exclusivamente jurídica. Afecta a lo que es la esencia de España como nación desde la Transición y desde la Constitución de 1978. Llevaba ya dos años haciendo informaciones y análisis sobre este tema antes de la crisis separatista, incluso antes de las “diadas” y Artur Mas. Y cuando empezó el juicio, pensé que era muy importante hacer una buena cobertura. No sabíamos al principio como iba a ser el juicio o cómo iba a ser la retransmisión y cómo podría contarse. Era mucho material. Empecé a darle cobertura en sus primeros días y a partir de ahí decidí seguir hasta el final porque es un tema muy importante, es fundamental para España y necesita de una cobertura con todos los detalles. Además, ya desde los primeros días se vio que los separatistas y sus seguidores empezaban a tergiversar lo que se estaba diciendo en el juicio, a intentar presentar otra versión del juicio, a manipular lo que estaba pasando.

Durante la cobertura que hiciste de este juicio llegaste a rozar los 30 millones de impresiones al mes de contenidos en tu cuenta de Twitter. 

Sí. No sé si eso es mucho o poco en comparación con otras cuentas. A mi me parece bastante y, ciertamente, demuestra el interés que ha habido en el juicio y, supongo que también, en mi forma de contarlo, con una herramienta que me permitía enlazar los hilos de Twiter y publicarlos simultáneamente en mi página web y luego, nada más terminar el día, enviar este contenido por correo electrónico a los lectores y mecenas. Así pude compilar la información y, luego, distribuirla por distintos canales.

Conseguiste también en poco tiempo duplicar el número de mecenas de tu cuenta en Patreon. Y gracias a esos mecenas, por ejemplo, te pudiste desplazar a Madrid y hacerte con una copia de la agenda intervenida al exsecretario general de la Consejería de Economía y Hacienda de la Generalitat de Cataluña, Josep María Jové, donde estaban los nombres de los cuarenta personajes que participaron en las reuniones para planificar la pretendida independencia de Cataluña. 

Así es. Las contribuciones mensuales de los lectores que valoran ese periodismo y ese análisis independiente ahora ya es suficiente como para permitirme esos pequeños viajes informativos relacionados con los temas que estoy cubriendo. Es un excelente ejemplo de lo que el mecenazgo puede lograr. Muchas veces escribo en Twiter el enlace a mi cuenta de Patreon para que se sume la gente, porque así están garantizando la independencia informativa. Y es completamente cierto.

La pregunta que toca a continuación no es retórica, tiene su polémica… ¿Crees que para hacer periodismo es necesario estar en un gran medio de información? 

No. Estamos demostrando que no con ese ejemplo que acabas de citar. Ese documento que he conseguido de una fuente en Madrid era de interés público. Entiendo que cuando yo empecé a publicarlo no lo había publicado ningún medio nacional ni catalán. Había habido artículos, pero nadie lo había publicado entero, con tantos ejemplos. Los lectores mecenas me han permitido hacer este trabajo. Gracias a ellos conseguimos una auténtica exclusiva nacional; no ya una cobertura de un tema importante, sino algo que no habían publicado los medios nacionales.

Cambiando un poco el tema. ¿No te parece que la polarización política española es más fruto de las estrategias de partidos y de grupos de interés, amplificadas por los medios de información, que realmente el sentir del público? 

No sé si te entiendo.

Si no crees que a veces se da una imagen de España, de una polarización y una confrontación que es muy superior a la que existe a pie de calle, en el ciudadano corriente. 

Yo creo que el periodismo es una especie espejo, de reflejo ya casi en tiempo real de lo que sucede, con los móviles proporcionándonos informaciones instantáneamente. El peligro es si ese espejo nos proporciona unas imágenes que no son. Y luego adaptamos nuestras vidas o nuestras creencias en base a ese reflejo, en base a una realidad que no es. Si añadimos a esto otra capa que podría ser el enfoque ideológico de cada publicación y, además, noticias que son superficiales, pues vamos empeorando esa situación y creando esa polarización adicional. Creo que fue María Peral quien lo decía el otro día: el periodismo siempre es una síntesis de alguna parte de la realidad. Porque siempre falta espacio y tiempo para contarlo todo bien. Partiendo de esa base, entiendo que el periodismo debe empezar con los hechos y una buena crónica, una buena descripción de esos hechos en la base. Y luego, en teoría, podemos opinar sobre esos mismos hechos. Pero hoy en día no se hace así. A nivel político está pasando lo mismo. Y a nivel generacional, incluso. Si vemos el Brexit o el problema separatista, hay un problema entre la realidad, la compleja realidad, la dura y difícil realidad y lo que venden los políticos.

Vamos ahora al por qué te he formulado esta pregunta o esta reflexión. ¿No crees que el secesionismo en realidad tiene una solución bastante más sencilla? Quizá el problema del secesionismo es que se ha exacerbado por el uso partidista, porque se utiliza como munición que arrojarse mutuamente. Es decir que, si los partidos quisieran ponerse de acuerdo, el secesionismo sería una broma, una broma que tendría un final más o menos feliz. 

Se solapan varios problemas o aspectos al mismo tiempo. Sí, siempre desde 1978 se ha usado el nacionalismo periférico para apoyar los gobiernos nacionales de un color u otro. Ahora se añade a eso el uso del nacionalismo como arma arrojadiza a nivel político en ese entorno tecnológico mediático que tenemos. Esto obstaculiza la política porque todos están obligados a defender sus posiciones. Mira, si no, lo difícil que es hacer coaliciones por el bien de alguien, de la nación o de la comunidad autónoma de turno, por encima de los intereses partidistas. A los partidos, en ese sentido, les falta estrategia y visión.

Otra cosa que te quiero preguntar. ¿Crees que es verdad que las redes sociales son un peligro para la democracia? 

No. Yo creo que es una evolución más. Las redes sociales en sí no son un peligro. Yo las veo como una magnífica oportunidad.

Recuerdo que ya en 1989 Jean-François Revel escribía que el periodismo se estaba convirtiendo en un compendio de manipulaciones y de mentiras que ponían en riesgo la democracia. Esto lo decía una persona que además estuvo muy vinculada a los medios de información y que los conocía muy bien. Y lo decía antes de que existieran las redes sociales. 

Yo creo que no hay que mezclar la herramienta con los fines, que pueden ser más o menos honestos. Lo que hemos hecho con el juicio es buena muestra de ello. Los lectores han podido seguir las sesiones en directo y ver la información que yo ponía en las crónicas. Y pueden comparar las dos cosas. Si este periodista, en este caso, está siendo honesto y sincero con su trabajo o nos está intentando colar un bulo. Luego, si otros periodistas, con sus propios fines e intereses, o los políticos quieren usar esas mismas redes sociales para mentir o manipular, pues son libres de hacerlo también el. El problema quizás sería enseñar a la gente a descifrar un poco lo que está ocurriendo en redes sociales. También veo diferencia entre las redes sociales que son abiertas, tipo Facebook o Twitter, y las redes sociales como WhatsApp. Pero soy de la opinión de que hay mucho alarmismo con estos temas.

Una pregunta a colación del anterior. ¿Crees que Estados Unidos está gobernado por un presidente que ha sido puesto por una conspiración de Facebook y Putin?

No sé tú, pero yo cada vez que hago esto más [usar las redes sociales], menos me creo el tema. No creo en las conspiraciones. Lo que sí hay son grupos de intereses, que compiten en distintos niveles por intentar hacerse con distintos tipos de poder. En ese sentido, a Facebook le interesa ganar poder empresarial, seguir acumulando atención y usuarios. Pero Putin y Rusia, u otros actores parecidos, ellos pueden intentar manipular la información, igual que otros políticos de otros países. A nivel estratégico, si Rusia es capaz de utilizar técnicas híbridas de guerra, estrategias [de desinformación] sin restricción o algo por el estilo, obviamente lo llevan haciendo mucho tiempo y en distintos escenarios. Entonces, que pudieran aprovechar Facebook y demás redes sociales para intentar meter sus mensajes, obviamente.

Por lo que yo conozco, ese tipo de estrategias no son sólo propias de Rusia. 

Es una pregunta interesante porque con el tema separatista, por ejemplo, muchas de las técnicas y comunicaciones que usan los separatistas en las redes podrían acercarse a lo que hacen los rusos, pero eso no quiere decir que haya conspiración alguna. Pero pueden hacer un uso parecido de esas mismas herramientas con los mismos fines o distintos. Pero a nivel de la información y de la verdad, que es a lo que vamos nosotros, los periodistas, lo que hacen todos esos actores, sean separatistas o rusos o partidos políticos, es enfangar y hacer todo más confuso para el lector normal, que no es ni periodista ni político.

Volviendo al juicio de los secesionistas. ¿Crees que este juicio va a marcar un antes y un después en el devenir de la política española?

Con la calidad de políticos que tenemos aquí, ahora mismo… a ver qué hacen con este juicio al final, porque si sale una sentencia condenatoria, ¿cuáles son las opciones de Sánchez y de los separatistas? Los separatistas se van a cabrear sí o sí con la sentencia si es condenatoria. Ahora mismo, con Ciudadanos, Sánchez tiene una magnífica oportunidad de hacer algo que no incluya a los separatistas. Pero Rivera no se deja. Pero, en teoría, a mí me parece una opción muy sensata con los resultados que hay, que han salido de las urnas el 28 de abril y el 26 de mayo. A cada uno le habría gustado ganar por mayoría absoluta con su partido, pero los resultados que tenemos son los que son, significan lo que significan y señalan los caminos que señalan. Uno de los caminos de Sánchez es con Podemos y con alguna combinación de nacionalistas o regionalistas. Y otro camino podría ser con Ciudadanos. Con Ciudadanos podría tener esa legislatura de cuatro años y no depender de los nacionalistas.

¿Qué te parece el llamamiento que hizo la oligarquía económica catalana que, bajo mi criterio, es muy responsable de muchas cosas que pasan hoy en día en Cataluña, a Pedro Sánchez de que la sentencia tenía que ser lo más benigna posible? 

Esos llamamientos, igual que los que hicieron los abogados de la defensa cuando terminaba el juicio, son fantasías. No pueden exigir o pedir al presidente del Gobierno que se salte la separación de poderes. Y menos, a los magistrados del Tribunal Supremo que hagan una sentencia “light”, porque eso es lo que conviene a nivel político. Y a nivel del Código Penal entiendo que no hay mucho margen de maniobra. Viendo los tipos específicos por los que se les ha acusado… Junqueras, por ejemplo, ¿cómo llega la condena a los 25 años? Pues, mandos y jefes de una rebelión, más luego la parte del 473.3, creo que es, que es el uso de caudales públicos para ese fin. Entonces llegan a los 25 años para Junqueras, que es el mínimo. Es decir, si hay condena para Junqueras por estos delitos específicos, ya la fiscalía pide el mínimo. Por lo cual el tribunal tampoco tiene mucho margen de maniobra para ir rebajando esa condena, y lo mismo con los demás. Si sale eso, si salen esas sentencias y son condenatorias, el impacto en la política española y catalana obviamente va a ser brutal, por la reacción inicial, por lo que monten después a nivel estratégico en respuesta y luego, sobre todo, por el tema del indulto. Y qué hace o no con el indulto Pedro Sánchez.

Lógicamente, sería conculcar la separación de poderes y eso no lo puede hacer ningún presidente, ni tampoco se va a prestar a ello ningún tribunal. Casi seguro que no. Pero me llama la atención el llamamiento de la oligarquía económica catalana, que está demostrando, a mi juicio, que siempre ha estado presente en el problema de Cataluña. Y que ahora está diciendo de alguna manera que pelillos a la mar. Pienso que esa oligarquía económica se ha beneficiado de una connivencia con las administraciones catalanas; dicho en castizo, han hecho muy buenos negocios gracias a las administraciones catalanas y eso ha supuesto un grave problema, digamos, para la salud institucional en Cataluña, una cosa que, por otro lado, se ha exportado al resto de España. 

A este respecto, hay una cosa que creo que te gustará. Cuando estuve en marzo en Madrid, en el Supremo, pude verlo por dentro. Y la verdad es que el Tribunal Supremo por dentro, en un juicio así, impone mucho. Por mucho que lo retransmitan por la tele, estar ahí y verlo, impone… Pero se me ocurrió cenar con una gente interesante esa noche. Eran todos de Cataluña o con alguna relación potente con Cataluña. Y entre una experiencia y otra, me di cuenta de que este juicio también es un juicio de élites y entre élites, aquí, en España. Entonces, que luego entre también entre la élite empresarial regional en Cataluña, y diga que tiene sus intereses porque todo esto funciona así, desde su perspectiva, puede ser muy razonable. Luego, a nivel de la nación no es razonable, por las razones del Código Penal y el juicio.

O sea, como dirían los institucionalistas, los que estudian las instituciones, ¿lo que se está produciendo, o está aflorando, con el juicio es el choque que desde hace tiempo se viene produciendo entre las instituciones formales y las organizaciones informales? 

Entiendo que sí. Aquí lo que vimos y lo que paso y lo que se ha descrito en el juicio es que, efectivamente, usaron las instituciones legítimas y constitucionales de la Generalitat para hacer lo que hicieron y llevar todo aquello adonde lo querían llevar. Sin esas instituciones, cuyo poder habían obtenido de forma legítima en las elecciones previas, no habrían podido montar todo aquello. Entonces, aquí estamos hablando de una élite catalana, que sería una de las élites separatistas que pujan por el poder en Cataluña, que se hizo con ese poder legítimo ganando a las otras élites, que podría ser separatistas y las élites constitucionalistas. Y ostentando ese poder, hicieron lo que hicieron. Y ahora se suma el Tribunal Supremo, que es otra élite a nivel nacional, y también el Gobierno de la Nación, por cuyo poder también pujan distintas élites a nivel nacional.

¿Crees que, a parte de la sentencia que se dictamine, el juicio servirá para que, por fin, en España, los propios políticos y las propias élites, a las que tú te has referido, entiendan de una vez por todas que una cosa son las instituciones formales, que hay que respetar, y otra los intereses de las organizaciones informales? Porque el español medio yo creo que, si tiene una crítica a lo que se llama “régimen del 78” es esta. Uno de los talones de Aquiles que tiene es que las instituciones parecen ser demasiado vulnerables a los intereses de las organizaciones informales. 

Yo creo que lo que hay que hacer es diferenciar entre respetar la letra de la ley y el espíritu de la ley, por ejemplo, y respetar la ley en general. Una Constitución no sólo es la norma máxima en el territorio de una nación, también es una forma de repartir el poder real en ese territorio. Y en España se decidió que se iba a hacer mediante el sistema de comunidades autónomas que ahora, cuarenta años después, cada uno puede opinar lo que quiera sobre los efectos, ventajas y desventajas y logros o no de ese sistema. Pero el asunto es que, si no fuera por eso, no estaríamos aquí hoy con el tema catalán o separatista. Entonces, en cierto modo, lo que hacen continuamente los separatistas es obviar ese espíritu de la ley y atacar la letra de la ley. Forzar la máquina con la letra de la ley. Lo vemos con lo que pasó hace dos años y lo que ha pasado esta misma semana con Junqueras en la Eurocámara o con las peticiones continuas de lograr una libertad condicional. Siempre están intentando ser más astutos que los demás y hacer que la ley sirva a sus intereses. Pero yo soy de la opinión de que eso no se consigue.

Digamos que el juicio a los golpistas o a los secesionistas se produce porque ya han cruzado todas las líneas rojas y el mecanismo de la justicia no ha tenido más remedio que actuar, ¿no? Hay un proverbio árabe que dice que una pelea no empieza hasta que se produce el segundo golpe. Creo que en España los secesionistas o nacionalistas, se han dedicado a dar el primer golpe una y otra vez, pero nunca ha habido el segundo golpe de respuesta. Es decir, ha habido una cierta tolerancia o apaño para que pudieran seguir en cierta forma mangoneando las instituciones catalanas y, de rebote, las españolas. 

Volviendo a tu pregunta de antes, es lo que ocurre con los rusos o incluso con los chinos, con Estados Unidos. Es decir, como con el sistema internacional, los secesionistas usan lo que hay, las instituciones que hay, el sistema que hay, la situación que hay. No es un conflicto abierto, no se declara una guerra, no se monta un golpe como los históricos golpes con tanques en la calle. Pero sí fuerzan la máquina. Siempre están empujando esos límites de una manera que aparenta ser democrática o aparenta no ser muy dañina, pero luego, poco a poco van promoviendo sus intereses en contra de los intereses de los demás. Hasta que alguien ha dicho “hasta aquí hemos llegado”. Y eso es lo que ha pasado en cierta forma. No ha habido más remedio. Rajoy podía haberlo parado mucho antes y nos habríamos ahorrado todo esto. Tanto lo que pasó en 2017 como lo que vino después, el juicio y todos los problemas que han salido de aquello. Si hubiese aplicado el 155 en septiembre, o en julio, con los relevos en Cataluña, o incluso en junio, cuando anunciaron que iban a hacer el referéndum… Todos los que lo vivimos e informamos de eso en ese momento, sabemos que Rajoy no tenía interés en hacerlo. Le costaba porque nunca se había aplicado de esa manera. Y el conflicto iba cada vez a más.

Hay gente que siempre ha visto como solución a este problema el hecho de que estuviera Europa detrás de nosotros, o eso es lo que pensaban. Yo nunca he sido de esa opinión, no sé tú. Los problemas que no resuelve uno mismo es raro que se lo resuelvan los demás. 

Aquí hay otro aspecto con respecto a la relación o la comparación con Europa, el enlace con Europa. Los separatistas buscaban Europa y el apoyo europeo como parte de su plan. Y lo siguen haciendo. Pero lo que paró aquello no fue Europa, ni la Constitución Europea ni las leyes europeas. Lo que al final paro eso fue la Constitución española.

Bueno, y quizá del público que, por primera vez, quizá animado por aquel discurso del Rey, puso pie en pared. 

Esa reacción del público ya existía con esos vídeos que vivimos de los guardias civiles y policías nacionales saliendo de los distintos pueblos de España hacia Cataluña. Ya en ese momento supimos que algo estaba pasando aquí, algo fuera de lo normal. A nivel de la nación, más allá de los aspectos políticos, se había despertado algo potente. Se había tocado una fibra muy sensible a nivel nacional y esa era la nación, esa sociedad nacional que es España, que son los españoles.

Creo que esa reacción, digamos, entre comillas, popular, tuvo que ver con que Ciudadanos, que estaba muy en contra de aplicar el 155 hasta entonces, de repente pasará a ser muy favorable a su aplicación. 

En el caso concreto de Ciudadanos no lo sé, pero yo entiendo que, en general, sí. El Estado Nación español, la nación española despertó en cierto modo en ese sentido, y se sintió herida o invadida por ese sentimiento de ataque por parte de los separatistas. Y es algo que no podemos olvidar. No podemos hacer como no existiera. A los políticos les gustaría que no existiera o que todo fuera más jurídico, más manejable, menos emocional.

Hay un cierto paralelismo, bajo mi punto de vista, entre el famoso “espíritu de Ermua”, que fue una reacción popular contra el terrorismo de ETA y el nacionalismo vasco. También entonces el pueblo español, los españoles pusieron pie en pared, dijeron: hasta aquí hemos llegado. Y parecía que iba a haber un punto de inflexión muy fuerte. Pero después los políticos, parece, se encargaron de que ese espíritu se fuera diluyendo, hasta que, al final, volvieron a mangonear lo que sucede. 

No hay que olvidar que el propósito de los separatistas era llevarse, redibujar el mapa de España y quitar un trozo entero que representa la quinta parte del PIB. Ello, llegado a cierto punto a nivel político, mediático. Y toda España estaba viendo lo que estaban haciendo o intentando hacer y, poco a poco, consiguiendo. Entonces, que un español en Murcia o Extremadura o Cantabria o Asturias vea eso, vea que su nación está en peligro, porque hay gente que, en este caso, son los secesionistas en Cataluña, no un enemigo externo, quiere hacer daño a su nación y llevarse ese trozo entero, pues lógicamente va a dar una respuesta para que eso no se haga. Es evidente que hubo esa reacción.

Sí, hubo esa reacción, pero no crees que, al igual que en el famoso espíritu de Ermua, pasado ese momento álgido, de reacción, la clase política, sentencia aparte, volverá a…

Yo creo que, en gran medida, esa respuesta fue por la falta de encauzamiento previo por parte de los partidos nacionales. O sea, entiendo que parte de la reacción y gran parte de la crisis no sólo fue por lo que hicieron los separatistas, sino por la falta de una respuesta responsable a nivel nacional en los meses o años previos. Si el Gobierno de Rajoy en ese momento lo hubiese gestionado de otro modo, en los meses o años previos, no habríamos llegado hasta este nivel, hasta esta crisis.

Cambiando un poco de tema. He sido testigo de que, por ser un periodista independiente, que funcionaba como marca personal, que es Matthew Bennett, has tenido algún enganchón con algún director o directora de algún diario fuerte. ¿A qué crees que se debe reacciones tan intempestivas contra el trabajo que tú haces en redes sociales por parte de quienes dirigen medios con muchos más recursos? 

Te refieres a lo que pasó con el director de Público o lo de El País. No sé… Yo entiendo que las redes sociales… Twitter es una herramienta, es un canal de distribución de información, de información y de mensajes. En mi caso es información, mensajes que contengan esa información periodística. Datos y análisis. Los políticos lo usan para sus fines El. Les molesta Quizás que alguien haga periodismo en Twiter. La directora de El País el año pasado dijo que no se podía hacer periodismo en Twitter o Facebook. Obviamente no es cierto. Los lectores están allí. Y yo lo uso para hacer ese periodismo directamente en Twiter con unas de las evoluciones que he hecho yo en mi forma de trabajar en los últimos meses. En el último año, comparado con lo que estaba haciendo antes, incluso vuelco más material en Twitter. Es decir, los hilos [de Twitter] del juicio son los apuntes que yo haría de todos modos antes de hacer un artículo o crónica de ese día, por ejemplo. Al principio del juicio empezaba hacen haciendo crónicas, no los hilos estos. Pero luego, con la cantidad de declaraciones que había todos los días en el juicio, necesitaba otro método, otra forma de hacer esto porque había mucha información interesante y relevante cada día. Y ese modo [artículo o crónica convencional] no era adecuado. Entonces me dio por a hacer esto. Son básicamente los apuntes y las citas que yo cogería de todos modos antes de hacer esa crónica o ese artículo posterior. Y es perfectamente posible hacerlo directamente en Twiter, además de ir creando los artículos al mismo tiempo. Entonces, que alguien haga periodismo así, a los grandes diarios parece que les molesta. Y más a los diarios de izquierdas.

Tengo una experiencia de la que tú formas parte, entre otras personas. Fue en el diario en el que estuve de director de opinión. Siempre te había seguido y me gustaba como contabas las cosas y te ofrecí tu espacio en esa sección. Y ahí estuviste. Después de que de que yo me marchara, prescindieron de ti. Hubo otros nombres más que también salieron del periódico, no porque tuvieran amistad conmigo, porque la relación no era de amistad, era una cuestión profesional. Y lo que me llama la atención es que, precisamente, los cuatro erais independientes, nada partidistas y aún menos dispuestos a hacer concesiones de cara a la galería. Y también, a la vista está, porque es tu caso y el de los otros tres, teníais talento, hacíais bien el trabajo y el público valoraba ese trabajo. Se me ocurre el nombre, por ejemplo, de José Carlos Rodríguez, y también el de José Luis González Quirós… Eráis bastante más neutrales de lo habitual. Todos habéis demostrado que teníais valía suficiente. ¿Por qué crees tú que precisamente los que tienen valía y son independientes son los que más cerca tienen la puerta de salida? 

Para mi esa experiencia fue magnífica y yo te lo agradezco, porque esa de disciplina de escribir una columna semanal a veces no es tan sencillo como se piensa, no es fácil. Y a mí me ayudó mucho. A veces repasó los artículos que escribimos durante ese año y medio largo y me ayudan a repasar cosas…

Qué casualidad, ¿no?, los más independientes, es decir, los que ofrecen más garantías al público, porque la independencia no significa ser neutral, pero sí medir a todos con la misma vara de medir, que es lo importante… 

Yo nunca he sido militante de ningún partido y, a nivel de medios, no soy nada corporativista. Nada. Soy transparente con lo que hago en Twitter y en la página web. Voy a los hechos y al análisis y a las distintas opciones que salen de ahí, y poco más. Lo que los rectores ven ahí es lo que hay.

Pero la cuestión es: ¿cómo se puede gestionar tan mal el talento? Porque no puede ser solo casualidad que se gestione tan mal. No se puede gestionar tan mal. 

Es difícil hablar de esto cuando uno es la persona en cuestión. Pero si fuera otro país, quizás personas, periodistas que fueran capaces de hacer lo que tú has descrito, en teoría serían fichados enseguida por otro medio. Y van a seguir haciendo su trabajo, con esa calidad y esa independencia en ese otro medio. Pero en España eso no me ha pasado nunca, salvo lo que hicimos tú y yo en Vozpópuli. Por ejemplo, con lo de la agenda de Jové del otro día… nada, ni una llamada… en ningún sentido. Ni en el sentido “te fichamos” ni en el sentido “queremos hacerte una entrevista o que nos des un comentario sobre el tema”.

¿Por qué crees que sucede esto? Desde luego, no es simplemente incompetencia, que también, porque si un periódico se entiende, no solo deontológicamente de forma correcta, sino también como negocio, eso es un fracaso. 

Exactamente, y más con el experimento del año pasado, con los mecenas. Porque no sólo los lectores ven esa información y ese análisis y ese esfuerzo, sino también ven que, efectivamente, otros lectores mecenas se van apuntando. Es decir, aquí se está haciendo un periodismo de calidad que además crea valor real para el periodista o, si fuera del caso, para el medio en cuestión. Entonces, aquí tenemos exactamente lo que se ha estado buscando tanto estos últimos años pasados. Periodismo serio y en profundidad sobre asuntos importantes que realmente valoran de manera económica los lectores. Que un medio de comunicación no vea eso o no quiera fichar eso… No lo digo porque quiera ahora que me fiche nadie. No lo quiero ahora, precisamente. No lo necesito ni lo quiero. Pero, en general, no entiendo porque los distintos medios no fichan a esas personas.

No es que no las fichen, sino que se diría que las quieren fuera de circulación. No sólo porque les demuestren todo aquello en lo que se están equivocando de forma práctica, sino porque quizá se ponga así en evidencia que, para los los medios de información, realmente la información es algo bastante secundario y, sin embargo, la manipulación de la opinión, por determinados motivos, es lo principal. 

Es posible, o su negocio es otro, con los clicks y los anuncios y demás. Y no quieren ese tipo de periodismo.

Eso te garantizo que no es. 

Porque nada en teoría, a nivel tecnológico, nada impide que El País o El Mundo o Público o Libertad Digital, o quien fuera, hiciera exactamente la misma información con el mismo rigor, con la misma calidad, con la misma profundidad que he hecho yo todos los días desde que empezó el juicio. Sin embargo, nadie ha ido por ahí. Tienes las crónicas diarias, algunas mejor que otras, y luego las informaciones que han ido saliendo. A nivel internacional, igual. Y, sin embargo, el juicio es un tema absolutamente fundamental para la nación española, para el futuro de España.

Yo si te puedo decir que te sigo desde antes del juicio. Y me alegro mucho de que, después de, imagino, pasar como pasamos todos por nuestro peregrinaje en el desierto, obtuvieras el reconocimiento del público que, además, es lo más importante que uno puede obtener cuando trabaja, precisamente, de cara al público. Es una obviedad tan grande que decirlo es  casi estúpido. Yo me alegro de que esto sea así. Ya te lo he dicho en privado y te lo digo en público. Creo que es una demostración de que se puede hacer todo mucho mejor sin necesidad tampoco de tantísimos recursos. Simplemente es una cuestión de disposición y trabajo. 

Sí, absolutamente. Ha sido una demostración de ello. Lo fundamental es el periodismo, el deseo de hacer periodismo con rigor y seriedad sobre un asunto que importa a los lectores y que importa a la nación. Luego, la tecnología se pone al uso de ese fin. Eso es lo que hago yo y lo que hace tú. Déjame a mí la mitad de los recursos que tiene El Mundo, El País o algo así, y hacemos maravillas. Siempre me he preguntado por qué nadie, ningún medio en España quiere intentar ser el The New York Times español o el The Times español. La verdad es que me parece que no hay ganas.

La diferencia es que fuera están ya monetizando hacer información o análisis; es decir, periodismo puro o periodismo lento, como lo llaman allí. Y aquí siguen en la disyuntiva, entre la espada y la pared, sobre qué modelo de negocio les puede salvar de la quiebra. 

Y ahora, con estas plataformas y las redes sociales, volviendo un poco del tema de antes, realmente estamos demostrando que sí, que hay periodistas que quieren hacer periodismo serio sobre asuntos serios. Y hay lectores que valoran realmente ese esfuerzo.

Así es. Porque no es atacar a los periodistas en general. El gran drama de los periodistas es, precisamente, que tienen que trabajar dentro de medios que no les permiten rendir lo que pueden llegar a rendir. 

Me gustaría que esto fuera un ejemplo para los demás, en el sentido de que otros periodistas lo vieran y pensaran que, bueno, pues puedo intentar eso yo también y llegar a tener esa independencia. No sé cómo van los salarios en los distintos medios ahora mismo, pero se puede llegar a un nivel de vida muy aceptable con esto. Entonces, si es sostenible en ese sentido a largo plazo, no hace falta más. No hacen falta anuncios, ni empresas, ni corporaciones, ni partidos, ni subvenciones, ni nada. Podemos hacer periodismo directamente para lectores que valoren ese periodismo. Y se acabó.

Pues muchísimas gracias, Matthew. Es un placer hablar contigo. Me alegro, repito, de que hayas tenido el reconocimiento que mereces y te animo a que sigas dando mucha guerra, a que sigas demostrando que se puede contar la verdad. Y que no sólo es bueno contar la verdad por lo que supone el hecho de contar la verdad, sino que también es incluso rentable. Es una cosa sorprendente [risas]. 

Efectivamente, gracias a ti Javier por esa columna que me pediste en Vozpópuli y por esta entrevista. Y también, si me permites, agradecer a todos los lectores mecenas que estén escuchando, tanto los de Disidentia.com como los míos, porque de verdad están garantizando esta independencia informativa.

Sin ellos no estaríamos aquí. Muchas gracias, Matt. 

Un fuerte abrazo a ti, Javier.

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