El candidato del PSOE a las próximas elecciones generales (no sé si saben a quién me refiero) ha decidido entrar en campaña con cierta antelación y lo ha hecho, concretamente, por mar, dejando tal vez la tierra y el aire para un poco más adelante. En su función de primer ministro actual se ha acostumbrado tanto a utilizar los bienes del Estado en provecho propio y de los suyos que, ya puestos, no ha visto el menor inconveniente en mandar a un buque de la Armada en auxilio indeterminado de su bienamada Colau, por si la flotilla anti sionista que han fletado ella y sus compañeros de aventura, dizque  humanitaria, tuviese algún problema menor (de no tenerlos mayores ya se ocuparán los valientes de a bordo).

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Estoy seguro de que Pedro Sánchez cree estar haciendo algo a lo que tiene perfecto derecho, pero ya se sabe que a este buen señor todo lo que tenga que ver con los derechos y las leyes, salvo que se refieran a él mismo en positivo,  le dan algo de risa, porque no es fácil entender qué hace un navío militar, como el BAM Furor, en algo que nada tiene que ver con la razón por la cual los españoles hemos pagado su construcción y pagamos su caro mantenimiento y el sueldo de sus oficiales y marineros.

No sé lo que pensaran los jefes, oficiales y tropa que han de llevar al Furor a su ridícula misión, pero me temo que no será nada halagüeño para Sánchez, pese a lo cual cumplirán las órdenes que reciban con disciplina y lealtad, justo lo que jamás ha hecho Sánchez

Por si yo hubiese sido preso de alguna enajenación, me fui a repasar lo que dice la Constitución sobre estas cuestiones y en el artículo 8 se establece lo siguiente: “Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional”.

Una pregunta sencillita, ¿alguien es capaz de ver cuál es la manera en la que esta misión de nuestro buque contribuye a cualquiera de esos fines? Yo no, desde luego, porque hasta el más miope vería en esta acción guerrera del valiente Sánchez un gesto de pura propaganda que se hace a costa de la imagen y el honor de los militares quienes no tiene otra que obedecerle y han de ir a hacer el ridículo en las inmediaciones de Gaza para solaz de nuestro gobierno.

Se ve que lo de hacer que los militares españoles pasen por situaciones poco brillantes es algo que gusta a determinados socialistas; basta recordar el desairado papel que Zapatero y Bono hicieron pasar a las tropas españolas con su retirada al galope de Irak hazaña por la que Bono llegó a pretender que se le diese una medalla, menos mal que un cierto sentido común residual hizo imposible el presuntuoso gesto, pero el daño a la imagen de nuestras FFAA, que estaban allí en misión conjunta con las de otros países, ya estaba hecho.

Tanto un gesto como otro, revelan sin sombra de duda, la falta de respeto que esta clase de personajes tiene hacia la nación española y sus FFAA, porque sólo les sirven para mostrar su afán de poder y su falta de delicadeza con aquellos españoles que llevan uniforme y sirven con lealtad a cualquier gobierno legítimo, faltaría más, pero ni Zapatero, ni Bono ni ahora Sánchez han dudado en usar a nuestros soldados para que se vea lo mucho que mandan y que nada tienen que respetar, ni las decisiones previas de un gobierno tan legítimo como el suyo, ni las misiones esenciales de las FFAA.

Sánchez dijo también hace unos días que España no tiene la bomba atómica, dando a entender, lo que es suprema bellaquería, que si la tuviese tal vez la usase para reprimir lo que persiste en llamar genocidio, pero es que tampoco las reglas del diccionario o del derecho internacional significan nada para Sánchez y sus compañeros de demagogia. Entiendo que para que se vea hasta qué punto está Sánchez comprometido con los supremos ideales éticos de la humanidad, por descontado que tal como él los maneja, ha enviado ahora al Furor a merodear por los límites de las aguas de la legalidad.

Trump dijo que se podría hacer un resort en las costas de Gaza y Sánchez que se podría liberar el territorio con alguna bombita, ninguno hará tal, pero merece la pena detenerse en las analogías entre ambos personajes, histriónico el primero, cínico a más no poder el nuestro. Trump ha puesto en una galería de retratos en la que debiera figurar Biden el dibujo de un boli automático para subrayar lo que según él era la insignificancia del anterior presidente y Sánchez no cesa de atribuir a sus antecesores todo lo que no ha sido capaz de arreglar él, que ya ha cumplido siete años en la Moncloa. Se trata, en realidad, de dos autócratas dispuestos a pasar por encima de las reglas constitucionales, los tribunales de justicia y lo que haga falta.

Gracias a Dios nuestro primer ministro no tiene ni la milésima de poder real que tiene el presidente de los EEUU, pero se sabe el rey en su alcoba y se porta como si nada se le pudiese negar. Acaba de proclamar su candidatura en 2027 porque tampoco necesita para nada consultarlo con nadie (ya ha conseguido que su partido sea como el Consejo Nacional del franquismo, un órgano que se reúne para aplaudirle) y aunque ya adelantó que nadie debiera estar más de dos legislaturas, todo el mundo sabe que esa regla ideal que él propuso no se le puede aplicar a su caso porque Sánchez cree de verdad que él está por encima de cualquier ley y de cualquier principio.

No sé lo que pensaran los jefes, oficiales y tropa que han de llevar al Furor a su ridícula misión, pero me temo que no será nada halagüeño para Sánchez, pese a lo cual cumplirán las órdenes que reciban con disciplina y lealtad, justo lo que jamás ha hecho Sánchez que no sabe hacer otra cosa que lo que se le antoje para pasarlo bien y todo lo que crea necesario para prolongar nuestra supuesta felicidad permaneciendo en la Moncloa mientras el cuerpo aguante.

Queda mucha España por vender y no faltarán compradores miserables que se apunten a ese festival de una nueva legislatura mientras el resto de los españoles sigamos soportando con la paciencia que nos caracteriza semejante tratamiento. Hay un papel nada desdeñable que desempeñan los que se dejan convencer, que no son pocos, pero lo que resulta desesperante es la inoperancia de quienes deberían saber desmontar este tinglado y se muestran incapaces de hacerlo.

Sánchez puede hacer lo que le da la gana con nosotros si y sólo si no existe una alternativa razonable y poderosa capaz de forjar una mayoría parlamentaria que alumbre una nueva presidencia; mientras tanto, Sánchez no pierde el tiempo ni se anda con tiquismiquis, tan capaz es de enviar al Furor a donde le venga como de cambiar la ley electoral o aplazar lo que haga falta hasta que la realidad se aproxime todo lo necesario a los pronósticos de Tezanos, que para eso le paga.

Foto: Armada.

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J.L. González Quirós
A lo largo de mi vida he hecho cosas bastante distintas, pero nunca he dejado de sentirme, con toda la modestia de que he sido capaz, un filósofo, un actividad que no ha dejado de asombrarme y un oficio que siempre me ha parecido inverosímil. Para darle un aire de normalidad, he sido profesor de la UCM, catedrático de Instituto, investigador del Instituto de Filosofía del CSIC, y acabo de jubilarme en la URJC. He publicado unos cuantos libros y centenares de artículos sobre cuestiones que me resultaban intrigantes y en las que pensaba que podría aportar algo a mis selectos lectores, es decir que siempre he sido una especie de híbrido entre optimista e iluso. Creo que he emborronado más páginas de lo debido, entre otras cosas porque jamás me he negado a escribir un texto que se me solicitase. Fui finalista del Premio Nacional de ensayo en 2003, y obtuve en 2007 el Premio de ensayo de la Fundación Everis junto con mi discípulo Karim Gherab Martín por nuestro libro sobre el porvenir y la organización de la ciencia en el mundo digital, que fue traducido al inglés. He sido el primer director de la revista Cuadernos de pensamiento político, y he mantenido una presencia habitual en algunos medios de comunicación y en el entorno digital sobre cuestiones de actualidad en el ámbito de la cultura, la tecnología y la política. Esta es mi página web