En esta entrevista, el Dr. Oleksandr Shulga, director del Instituto de Estudios y Análisis de Conflictos de Rusia (IKAR), explica la visión rusa, tanto a nivel popular como oficial, sobre la guerra y los planes de paz del presidente Donald Trump. También hablamos de cómo se ve en Ucrania la actitud de la administración estadounidense.

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Hace apenas un mes, la situación en Kursk y la situación económica eran los principales problemas para los rusos. ¿Qué preocupa ahora a los rusos? ¿Cómo ven a Donald Trump?

Los rusos siguen preocupados por los problemas económicos y por la duración prolongada de la guerra. En lo económico los salarios y las pensiones siguen siendo bajas y la inflación sigue aumentando. A pesar de la recuperación del rublo, los rusos son pesimistas con respecto a una mejora de la situación económica, más aún con la caída del petróleo. Por supuesto, tienen esperanzas en las negociaciones, que están atrayendo una gran atención, y piensan que Trump logrará de alguna manera conseguir una paz favorable para la Federación Rusa. Esta es la única diferencia real con la situación anterior, la esperanza de que Trump pueda conseguir un acuerdo de paz y termine con las sanciones contra Rusia. Detalles como la negativa a condenar los crímenes de guerra rusos o el respeto con el que trata a Putin, hacen que los rusos vean al presidente estadounidense con optimismo.

Rusia nos recuerda en cada momento, mediante actos brutales y horribles, lo que nos espera si nos rendimos: el fin de nuestra identidad nacional y el asesinato de todos aquellos que, política o culturalmente, encarnen la nación ucraniana

¿Cuál es la visión del Kremlin?

El Kremlin confía en la posibilidad de poder utilizar a Trump como una herramienta para doblegar a Ucrania. Por esa razón, Putin parece aceptar las premisas de la administración estadounidense para la paz, mientras hace exactamente lo contrario y hace exigencias completamente inaceptables. Debido a este moderado optimismo, el Kremlin habla con mucho respeto de Donald Trump y asume muchas de sus narrativas, como que no habría habido guerra si Trump hubiese seguido en la presidencia. Por supuesto, el liderazgo ruso está encantado de que gente como Witkoff, el enviado de Trump para negociar con Putin, repita punto por punto las narrativas de la propaganda rusa, como los referéndums en las zonas ocupadas. Rusia considera un gran éxito de su diplomacia el haber conseguido sustituir a Kellog en el equipo de negociación por un incompetente como Witkoff. Es demencial que el Kremlin pueda dictar quién está o no en el equipo de negociación estadounidense.

¿Cómo enfoca la propaganda rusa la postura de Trump ante la guerra?

La propaganda rusa ha convertido en un tabú criticar a Trump y no es posible ver menciones negativas al presidente estadounidense en los medios oficiales y en la mayoría de los canales militares. La narrativa es favorable al alto el fuego y al acuerdo de paz, pero, y este “pero” es muy importante, con condiciones totalmente maximalistas o absurdas, como la rendición de Ucrania o el desmantelamiento de su ejército. La propaganda insiste en que Rusia está por la paz y que no empezó la agresión y para ellos es muy importante que Trump reconozca esto. Básicamente, se dice a los rusos que su país es una gran potencia y que puede sentarse a la misma mesa de China y Estados Unidos para decidir qué hacer con el resto del mundo, a diferencia de los decadentes países europeos.

Dentro de esas propuestas absurdas, se sigue insistiendo en la “desnazificación” como excusa para echar de la presidencia a Zelenski.

Sí, la propaganda rusa insiste en presentar a Ucrania como un país que no quiere la paz y que no va a aceptar ningún acuerdo razonable, y que Zelenski es el responsable último de esta guerra. Eso sucede, según los medios rusos, porque el presidente ucraniano quiere mantener su poder y preservar sus intereses personales. En este punto se emplea de nuevo el mensaje de la “desnazificación”, porque hay que entender que la narrativa estratégica no se ha abandonado, aunque haya pasado a un segundo plano después de la paz.

¿Cree que la postura de Trump está siendo una decepción, o incluso una traición, para los ucranianos?

Sobre la visión de los ucranianos sobre Trump, me gusta emplear una frase de Winston Churchill: “Siempre puedes confiar en los estadounidenses para hacer lo correcto, después de haber agotado todas las demás posibilidades”. Ucrania es importante para esta administración, pero Trump está cometiendo todos los errores cometidos por muchos otros políticos y diplomáticos que se han involucrado en negociaciones con Rusia. En su campaña electoral, Zelenski aseguró que el camino a seguir era la paz con Rusia, una paz que su oponente Poroshenko no podía lograr. Sin embargo, menos de un año después de ganar las elecciones, Zelenski entendió que negociar con Putin era imposible. Si analizamos los más de veinticinco años de Putin en el poder, vemos que cualquier cosa que no sea aumentar la presión, va a tener un precio muy alto para los ucranianos, los europeos, y también para los propios americanos. Rusia ya está demostrando que no está interesada en acabar esta guerra y que no hay vuelta atrás, sólo si entendemos esto podemos tratar con el Kremlin. Las declaraciones de Marco Rubio o de Trump, afirmando que están cansados de esta guerra y que están pensando en “quitarse de en medio”, son totalmente irreales, porque en ese caso la guerra escalará aún más y, si no se detiene, todos sufrirán las consecuencias. Creer que reconocer “de iure” la soberanía rusa en Crimea o en los territorios ocupados, nos traerá la paz y nos llevará de vuelta a principios del siglo XXI y acabará con el ciclo de muerte y destrucción, es un error enorme. La Historia nos enseña que no aprendemos de la Historia, y algunos siguen empeñados en no aprender.

Si Estados Unidos amenazase con retirar todo su apoyo, ¿estaría Ucrania dispuesta a aceptar una paz injusta?   

Los ucranianos necesitamos salvar nuestra relación con América todo lo que sea posible, pero para nosotros no ha cambiado nada y las exigencias rusas lo prueban: es una guerra existencial. Si Rusia se retira, se acaba la guerra, pero si Ucrania cede, deja de existir. Rusia nos recuerda en cada momento, mediante actos brutales y horribles, lo que nos espera si nos rendimos: el fin de nuestra identidad nacional y el asesinato de todos aquellos que, política o culturalmente, encarnen la nación ucraniana. Ya tuvimos esa experiencia en el siglo pasado y si alguien cree que después de una rendición los ucranianos dejarán de morir, es un ingenuo. Hemos visto que muchos ucranianos han sido torturados y asesinados, y otros han sido enviados a nuevos Gulags; los habitantes de Donetsk y Lugansk han sido convertidos en carne de cañón y arrojados sin miramientos a primera línea; y los niños ucranianos están siendo adoctrinados para convertirse en un futuro en la carne de cañón que arrojar sobre Polonia o los países Bálticos. No tenemos otra opción más que defendernos, es una elección sencilla y existencial.

No podemos aceptar proposiciones que minen nuestra propia existencia, como el reconocimiento “de iure” de los territorios brutalmente ocupados y en los que se cometen toda clase de crímenes de guerra. ¿Qué mensaje estamos mandando si aceptamos eso? Podéis matar, violar y destruir, y seréis recompensados con nuevos territorios. Trump va a estar cuatro años en la presidencia, pero para nosotros es una cuestión de país, de generaciones, de cultura y de historia, y eso está muy por encima de la experiencia y la vida de un hombre.

Foto: Trump White House Archived.

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