Anastasia Dovbnia es la responsable de relaciones gubernamentales de la ONG «Save Ukraine». Se encarga de establecer alianzas y defender ante los gobiernos de diferentes países la causa de los niños ucranianos.

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¿Cuál es el objetivo de Save Ukraine?

Nuestra organización, Save Ukraine, está centrada en rescatar a los niños ucranianos secuestrados y directamente llevados a Rusia, y a los que se encuentran en territorios ocupados. Nacimos en 2014 y ya entonces rescatamos a cientos de niños y a sus familias de los territorios ocupados y de las zonas cercanas al frente. En 2022, tuvimos que ampliar nuestro equipo para hacer frente a los renovados esfuerzos rusos para secuestrar niños ucranianos y, por otro lado, para crear una estructura de rehabilitación y reintegración. Ahora mismo trabajamos con otros organismos y somos parte de la iniciativa “Bring Kids Back” (Traed a los niños de vuelta).

Para “rusificar” a los niños y a sus familias, se les niega asistencia médica u otras necesidades básicas a menos que acepten la ciudadanía rusa. También se ha obligado a familias a tomar el pasaporte ruso bajo la amenaza de quitarles a sus hijos

Nuestro equipo de rescate es el responsable del 90% de los niños que han vuelto a Ucrania y tenemos un programa especial de rehabilitación de 3-6 meses de duración que ofrece asistencia legal, apoyo social y psicológico, y también herramientas para restituir sus vidas. Hay que entender que estos niños están regresando de un peligro absoluto y necesitan estabilidad y alguien que les apoye para sanar y volverse resilientes; creemos que hay que educar a la siguiente generación para el futuro de Ucrania y rescatar a estos niños debe ser una de nuestras prioridades.

¿Cuántos niños han sido secuestrados por Rusia?

Desafortunadamente, nadie puede dar una cifra exacta. En 2023, el gobierno ucraniano hizo pública una cifra de veinte mil niños secuestrados y ese mismo año los rusos destaparon la verdadera magnitud de su crimen cuando la Defensora del Pueblo rusa, Lvova-Belova, reconoció que habían registrado a 700.000 niños ucranianos en Rusia. Desde nuestra experiencia rescatando niños desde 2014, calculamos que 1,6 millones de niños ucranianos, tanto en Rusia como en los territorios ocupados, están sufriendo el cautiverio ruso y están siendo adoctrinados y militarizados. Para mantenerlos en los territorios ocupados e impedir que se vayan, los menores de 16 y 17 años reciben su carta de reclutamiento para servir en el ejército ruso, que no se hará efectivo hasta que cumplan 18, pero que les puede enviar a un campo de “rehabilitación” en Rusia si intentan irse. Otro ejemplo, es que, para “rusificar” a los niños y a sus familias, se les niega asistencia médica u otras necesidades básicas a menos que acepten la ciudadanía rusa. También se ha obligado a familias a tomar el pasaporte ruso bajo la amenaza de quitarles a sus hijos, o se dice a una madre que acaba de dar a luz a un niño que no puede abandonar el hospital hasta que firme un documento por el que ella y el recién nacido son ahora “legalmente” rusos.

Estos niños están atrapados y el objetivo es arruinar su estabilidad y su identidad, hacerles débiles para que acepten la narrativa de que Rusia vino a salvarlos. En las escuelas tienen que alabar a los militares rusos que cuentan historias de cómo están liberando Ucrania, que Rusia es su amiga, etc.

Usar a la población de los territorios conquistados para alistarla en su ejército y conquistar un nuevo territorio es una vieja táctica rusa.

Sí, absolutamente, y ese es uno de los principales argumentos que podemos usar para convencer a una audiencia internacional: Rusia no va a parar. Su objetivo no es matar a todo el mundo, han venido a destruir Ucrania, a llevarse a nuestros hijos para restaurar su demografía, a alistarlos para convertirlos en soldados y continuar atacando otros territorios. Ellos creen que Rusia no tiene fronteras.

En la región de Kherson, antes de que la ciudad fuese liberada, los rusos intensificaron sus esfuerzos para llevarse a Rusia el mayor número de niños ucranianos posible. Estos niños son primero rusificados y luego se les adoctrina para servir en el ejército ruso. A diferencia de los Estados Unidos o Europa, donde el porcentaje de niños en edad escolar que participan en actividades militares es del 1,5%, en Rusia es del 87%. Varios niños nos han contado que en su diario escolar, que en Ucrania suele tener citas relacionadas con la cultura, la literatura o la música ucraniana, estaba escrito que su misión sagrada es morir por Putin y por la Santa Madre Rusia. También hemos rescatado a chicos de 17 años que estaban en las academias militares y ya estaban listos para ir a la guerra. Hay una chica, que ahora está en rehabilitación, que sabía preparar trampas explosivas y que nos contó que cada mañana les levantaban con el himno ruso en el campamento militar y que les enseñaban a destruir tanques, pilotar drones o saltar en paracaídas. El entrenamiento es tan duro que algunos alumnos resultan muertos o heridos.

¿Cómo se hacen estos rescates?

Cada caso es único. Tenemos un equipo que trabaja sin descanso e identifica a los niños y dónde se encuentran, y, lo que es más importante, establece un contacto fiable con ellos y sus familias. Hasta ahora, hemos rescatado a más de 780 niños, de los que 157 eran huérfanos, y vamos a seguir haciéndolo lo mejor que podamos.

¿Es difícil para estos niños volver a la normalidad?

Sí, es muy difícil. En nuestros centros les proporcionamos apoyo psicológico, buena nutrición y todo lo necesario para su recuperación. Algunos duermen días enteros después del rescate. Cuando les preguntamos sí se encuentran bien, nos responden afirmativamente porque no hay soldados rusos entrando en sus casas por la noche. Otros no habían salido apenas de sus casas porque sus familias los habían ocultado. Son niños vulnerables y tenemos mucho cuidado para ayudarles.

A veces, cuando trabajamos con los niños y sus familiares, a los niños les resulta más fácil adaptarse y se recuperan más pronto. Tuvimos el caso de un niño, cuyos padres habían muerto en territorio ocupado, al que rescatamos con su abuela. Durante meses ella fue incapaz de decirle al niño que sus padres habían muerto porque no podía superar la situación. Nuestro trabajo fue darles apoyo psicológico para superar estas horribles circunstancias y que pudieran seguir con sus vidas.

¿Cuánto tiempo dura el proceso de rehabilitación?

Durante seis meses les atendemos en nuestros centros, pero en casos específicos seguimos proporcionando apoyo para conseguir que sean personas independientes y resilientes. El proceso de rehabilitación no termina casi nunca y mantenemos el contacto para poder ayudar cuando sea necesario. Además, también tenemos programas adicionales para huérfanos cuyos padres han sido detenidos o han muerto en los territorios ocupados, o que han sido víctimas de violencia o de tráfico de personas.

¿Cuentan con apoyo real de organismos internacionales como la Cruz Roja o Naciones Unidas?

No, nuestro apoyo proviene de donantes privados y del gobierno ucraniano. Las organizaciones que menciona amplifican nuestro mensaje sobre los niños secuestrados, lo que es muy importante para que el mundo no olvide lo que está pasando, pero no apoyan nuestros programas ni rescates. Lo que sí les pedimos es que nos ayuden en un nivel superior, por ejemplo, usando su poder e influencia para ejercer presión política sobre Rusia para saber donde están los niños, cuántos son huérfanos, cuántos han sido alistados en el ejército ruso y cuántos han muerto.

El caso de los niños ucranianos secuestrados fue uno de los asuntos tratados en la reunión en la Casa Blanca entre Donald Trump, Zelenski y los líderes europeos. ¿Cree que finalmente puede producirse una mayor presión internacional sobre Rusia?

Realmente esperamos que usen su influencia para devolver a los niños a casa, liberar a los rehenes y poner fin a su sufrimiento y al tráfico de personas. Lo que Rusia esta haciendo es tráfico de personas y recientemente descubrimos que niños ucranianos de la región de Lugansk aparecen en una página web del Ministerio de Educación de la autoproclamada RPL (República Popular de Lugansk) para, bajo el disfraz de la adopción, ser vendidos a traficantes y a pedófilos.

Por eso estamos muy agradecidos al presidente Trump y a Ursula von der Leyen por haber tratado este asunto y también a Melania Trump por su mensaje. Esperamos que usen su influencia para presionar a Rusia porque este sería un paso muy importante para que los niños regresen.

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