Esta pregunta, o una muy parecida, se ha hecho durante décadas a la mayoría de los niños y ha dado lugar a respuestas bien conocidas… bombero, aviador y cosas parecidas. Es evidente que los niños que contestaban esas cosas tenían una imagen muy simplificada del mundo, definida por sus juguetes y una cierta tradición que, no se sabe muy bien cómo, siempre han conservado, hasta ahora, los niños.

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Como ahora mismo no hay casi niños me temo que haya desaparecido esa costumbrita tan patriarcal, podríamos decir y, además, según cuentan los papeles se suele hacer a los niños preguntas más sesudas como, por ejemplo, ¿Qué orientación sexual quieres adoptar de mayor?  y cosas parecidamente pedagógicas dirigidas a erradicar desde la más tierna infancia los peores rasgos de comportamiento que determinan la insana maldad de la especie, en concreto de su lado varonil, si se puede hablar así.

La vida no debe ser una carrera de obstáculos sino como una excursión alegre y confiada y eso sólo lo sabe organizar la izquierda que es muy buena haciendo fiestas

Lo que no acabo de entender es que no se les pregunten algunas cosas que podrían ser de mucho provecho, como, por ejemplo, ¿qué queréis ser de mayores, de izquierdas o de derechas? De este modo obtendríamos una perspectiva bien fundada del mundo que nos espera y eso podría ayudar a que los más reticentes nos fuésemos acostumbrando a lo que va a pasar, queramos o no, algo así como lo que nos augura el desarrollo de la IA según todos los expertos que, gran novedad, saben ahora lo que va a pasar en el futuro, a diferencia de todos los siglos anteriores en que ni siquiera los profetas daban una a derechas.

Volviendo a la pregunta que sugiero y que tanto iluminaría nuestra feliz adaptación al futuro, que antes era oscuro y ahora es patente según nos dicen, apuntaría unas cuantas razones por las cuales la mayoría de los niños, salvo los muy raritos, preferirían ser de izquierdas en la vida que tienen por delante. Disculpen el desorden y que se me escape alguna razón importante, pero no conviene pasarse mucho de los dos folios.

Los niños listos, que son la mayoría, preferirían sin dudar ser de izquierdas por las siguientes razones:

  1. La izquierda siempre tiene la razón y eso es muy importante en la vida.
  2. Los de izquierda nunca son responsables de nada, todo lo malo viene, inequívocamente, de las derechas.
  3. La izquierda siempre tiene motivos para protestar y para hacer manifas y eso es muy divertido.
  4. La izquierda no pone deberes ni tareas, lo da todo gratis.
  5. Queremos progresar, no dar marcha atrás y la izquierda es el futuro.
  6. La izquierda siempre está cambiando las cosas, por algo será, y lo de siempre es tan aburrido como el cole sin pedagogos progres.
  7. Los grandes héroes han sido todos de izquierda, aunque la derecha haya intentado apoderarse de ellos, pero Superman, Tintín, el Guerrero del antifaz y el Capitán Trueno han sido siempre de izquierdas. El Cid, y Don Quijote también.
  8. La izquierda es partidaria de la igualdad mientras la derecha defiende a los abusones.
  9. La vida no debe ser una carrera de obstáculos sino como una excursión alegre y confiada y eso sólo lo sabe organizar la izquierda que es muy buena haciendo fiestas.
  10. Lo de crear riqueza es una tontería, lo que hay que hacer es repartirla bien, ya hay mucha y hay que salvar el planeta.

Hay muchísimas más razones, pero no querría ser exhaustivo, además es sabido que los niños tienen una gran facilidad para simplificar las cosas, de manera que este sucinto decálogo debiera bastar. Sólo añadiré algo de sobra evidente, la mayoría de los artistas, que cantan o actúan, como Sabina y Miguel Ríos, por ejemplo, son de izquierdas y lo repiten constantemente, están orgullosos del caso y no me vayan a comparar con carcamales de derecha como Bertín y el Fary, que en paz descanse, que no tienen un pase.

Algunos niños algo más repipis podrían añadir que ahora, además, los más afamados líderes de la derecha se están haciendo de izquierdas para caer simpáticos, como Trump que quiere controlarlo todo, como debe ser, o Abascal que está muy preocupado por el bienestar de los obreros y los emigrantes. En la derecha no queda nadie digno de mención que no aspire a un gobierno total, es decir a la izquierda en el timón porque están convencidos de que nos va a ir a todos estupendamente, como en China, por ejemplo, y ahí tenemos a Rodríguez Zapatero, haciendo por achinarnos en el poco tiempo que le queda cuando deja de contar nubes.

Sin duda quedarán niños de derechas, que son unos antipáticos, por culpa de sus papis o por ir a colegios de curas (aunque no a cualquiera), pero son residuales y no hay que preocuparse, no tendrán el menor éxito.

Foto: Pablo García Saldaña.

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J.L. González Quirós
A lo largo de mi vida he hecho cosas bastante distintas, pero nunca he dejado de sentirme, con toda la modestia de que he sido capaz, un filósofo, un actividad que no ha dejado de asombrarme y un oficio que siempre me ha parecido inverosímil. Para darle un aire de normalidad, he sido profesor de la UCM, catedrático de Instituto, investigador del Instituto de Filosofía del CSIC, y acabo de jubilarme en la URJC. He publicado unos cuantos libros y centenares de artículos sobre cuestiones que me resultaban intrigantes y en las que pensaba que podría aportar algo a mis selectos lectores, es decir que siempre he sido una especie de híbrido entre optimista e iluso. Creo que he emborronado más páginas de lo debido, entre otras cosas porque jamás me he negado a escribir un texto que se me solicitase. Fui finalista del Premio Nacional de ensayo en 2003, y obtuve en 2007 el Premio de ensayo de la Fundación Everis junto con mi discípulo Karim Gherab Martín por nuestro libro sobre el porvenir y la organización de la ciencia en el mundo digital, que fue traducido al inglés. He sido el primer director de la revista Cuadernos de pensamiento político, y he mantenido una presencia habitual en algunos medios de comunicación y en el entorno digital sobre cuestiones de actualidad en el ámbito de la cultura, la tecnología y la política. Esta es mi página web