Se ha publicado el informe Economic Freedom of the World 2023, elaborado por el Fraser Institute y el Cato Institute. El informe proclama que “las bases de la libertad económica son la elección personal, el intercambio voluntario, la libertad de entrar en mercados y competir”, y la seguridad de las personas y de su propiedad.

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Medir esos aspectos de la interacción humana es imposible. De modo que los redactores del informe (el más antiguo de los dos que se elaboran al respecto), utilizan cinco áreas de la política para intentar acercarse a una medición de la libertad económica. Las cinco áreas son: tamaño del gobierno (gasto e impuestos), sistema legal y protección de los derechos de propiedad, la calidad del sistema monetario, libertad de comercio exterior y regulación.

El aspecto que más nos hace caer frente al resto de economías es el tamaño del Gobierno

Desde la primera edición, y durante décadas, el informe ha reconocido a Hong Kong como la economía más libre del planeta. Pero a medida que va sucumbiendo a la dictadura china, y que Singapur ha mejorado, es esta ciudad estado la que ocupa la primera posición, con 8,56 puntos sobre 10 posibles. Hong Kong tiene 8,55, muy ligeramente por debajo.

Completan la lista de los diez primeros países del mundo, Suíza (8,47), Nueva Zelanda (8,43), los Estados Unidos (8,14), Irlanda (8,11), Dinamarca (8,10), Australia (8,05), el Reino Unido (8,01) y Canadá (7,98). Hay que tener en cuenta que, aunque el informe se publica en septiembre de 2023, se elabora con datos de 2021. Es decir, que en los Estados Unidos estamos hablando del primer año de gobierno de Joe Biden.

A bote pronto, llama la atención la presencia de países anglosajones en tres continentes. También destaca Dinamarca, que está muy alta (séptima economía más libre del mundo), e invita a mirar qué pasa con los países escandinavos. Porque están muy alto en el índice: Islandia en el puesto 14, Finlandia en el 17, empatada con Suecia, y Noruega en el 29. En estas condiciones, es extraño ver a tanto socialista presumiendo del desempeño de las economías nórdicas.

Otra área con una presencia importante en la parte alta de la tabla es la Europa del Este. Estos países han huido del comunismo, y siguen haciéndolo. Estonia es el 12 país más libre del mundo, junto con Lituania. Chequia ocupa, con Finlandia y Suecia, el puesto 17. Letonia y Georgia están en el 25, Rumanía en el 27 y ¡ojo!, Albania, en el 31. Es verdad que otras economías de la Europa más oriental quedan más lejos: Bulgaria 43, Hungría 49 y Polonia 59.

La visita por los últimos puestos del índice también es interesante. El último no es Corea del Norte, porque ni siquiera está considerada, por falta de datos. El último puesto (165) es para Venezuela (3,01 puntos). Le acompañan Zimbabue, Siria, Sudán, el Yemen, Irán, Libia, Argentina, Argelia y República del Congo.

¡Vaya compañía la de Venezuela y Argentina! Lo mejor del continente son Costa Rica (puesto 21) y Chile (30). Es interesante este último caso. En 1980, con 4,85 puntos sobre 10 posibles, ocupaba el puesto 65 del mundo. En esos años fue mejorando. En 1990 ya ocupaba el puesto 26, y en 2010 era la séptima economía más libre del mundo. En 2019 todavía ocupaba el puesto 16, pero en 2021 (último año para el que hay datos), ha caído al puesto 30. ¿Es la política socialista de Boric? No. Es la de Sebastián Piñera. Boric no llegó al país hasta 2022.

Otras grandes economías son Japón (20), Alemania (23), Portugal (36), Francia (47), Italia (53), India (87), Brasil (90), Rusia (104) y China (111).

Este año (2021) se confirma lo que se observó el anterior: el virus se transmutó en un virus estatista, muy lesivo para las libertades. El índice global llevaba décadas subiendo. Desde 2000, con el intervalo de los años 2008 y 2009, en plena gran recesión, no ha dejado de mejorar. En 2019 llegó a los 6,94 puntos (por los 6,58 de 2000), y en 2000 cayó a 6,77. 2021, repite.

Bueno, ¿Y España? Nuestro país se ha movido en las últimas décadas por una franja muy estrecha, por encima del puesto 30 del mundo. En 1980 ocupaba el puesto 26, en 1990 el 30. En 2000, tras cuatro años de gobierno Aznar, subió al puesto 20, pero en 2010 (postrimerías del zapaterismo), volvió a caer al 29. En 2015 todavía estábamos en el 30, y en 2019 en el 27.

Y, entonces, se produce una caída. En 2020 pasamos al puesto 34, y el último informe, que estamos comentando, nos sitúa ya en el puesto 37. Estamos en la cercanía de Perú, Israel, Panamá o Guatemala. El informe divide los países en cuartiles, y estamos a punto de pasar del primero al segundo.

Esta evolución quiere decir que hemos perdido libertad económica, claro. Pero el mundo en general es un poco menos libre, y nosotros empeoramos respecto del conjunto. Es decir: que el aspecto que más nos hace caer frente al resto de economías es el tamaño del Gobierno. El aumento del gasto y de los impuestos lleva este aspecto de la política económica a caer de 6.42 puntos (ya una valoración baja) a los 5,84 de 2020 y 5,88 de 2021. La libertad de comercio y la regulación también nos hacen descender.

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