El ajuste de cuentas no será sólo con Trump, también se extenderá a los republicanos que, directa o indirectamente, le hayan apoyado o simplemente pasaran por allí. A todos ellos se les coserá la letra escarlata en la pechera, para dar ejemplo. El puritanismo regresa más fuerte que nunca, dispuesto a dar el salto y propagarse por medio mundo, como ya antes hiciera la corrección política. Devolver la dignidad a la democracia sería sólo un pretexto: el poder como botín es el marco de referencia de la nueva aristocracia americana. Y ya es suyo….