«No puedo enseñar nada a nadie, sólo les puedo hacer pensar.»
Sócrates
Hace miles de años, cuando el poder lo detentaban unos pocos y el resto vivía en la esclavitud había un algo que era imposible de someter: el pensamiento.
Tener sometido el pensamiento es la esclavitud de nuestros días para que unos pocos sigan viviendo a nuestra costa haciéndonos entrar por su aro. Lo peor es que nos hemos dejado arrastrar sin resistencias y si esto pasa es que los sátrapas continúan, con ropaje demócrata. ¡Y otras técnicas más sutiles!
¿Cómo lo hicieron? Mostrándonos unas bondades y acallando las consecuencias. Generalmente esas consecuencias eran mucho peor que las bondades prometidas. Traigo un ejemplo de manipulación, entre miles de ellos. Piensen…
Piensen, valoren, juzguen y hagan el análisis. No tendrán lo mejor pero… a veces en la vida hemos de aceptar lo menos malo y nunca olviden luchar contra todo lo que contamine nuestro pensamiento y decisión
La lucha contra el cambio climático. Evidentemente necesaria, pero… ¿acaso tal cambio puede atribuirse en exclusiva a la intervención humana? Hemos vivido tales cambios a lo largo de toda la historia de la Tierra. Como dato: un solo volcán en erupción habrá contaminado con CO2 tanto o más en un solo día que todas las fábricas y vehículos en marcha juntos en el mundo. Sobre todo si vemos que los que imponen tales ideas no frenan tales emisiones. ¿Qué hay detrás? ¿Quiero decir con esto que tenemos “vía libre”? En absoluto, pero no debemos permitir que el árbol nos impida ver el bosque. Hay millones de datos. Mucho que pensar.
Un ejemplo más claro: el control de la natalidad como recurso de sostenibilidad presente y futura que decide… ¿quién? ¿Un grupo de poder, tal vez?
¿Acaso atribuyen a la casualidad el auge de las conductas LGTB? ¿La liberalidad del aborto o la eutanasia? ¿La consideración del hombre como villano? ¿La imposibilidad de acceder a viviendas y las escasas conciliaciones laborales? ¿La multiplicación de subvenciones creadoras de mayor dependencia y pérdida de libertades? ¿Que se otorguen salarios mínimos pero no se facilite e incluso fuerce el acceso al trabajo aunque sea temporal? ¿Acaso no estamos sirviendo a intereses que han tomado decisiones por la Humanidad sin resistirnos? Por favor, piensen. ¿Qué se persigue?
Me sumo a Sócrates. Un ser libre, piensa.
¿Por qué no añado nada más? Porque soy libre pero también quiero la libertad ajena. Piensen, valoren, juzguen y hagan el análisis. No tendrán lo mejor pero… a veces en la vida hemos de aceptar lo menos malo y nunca olviden luchar contra todo lo que contamine nuestro pensamiento y decisión… si quieren ser libres de verdad.
Foto: La muerte de Sócrates, de Jacques Louis David.