Donald Trump ha restituido el statu quo en la regulación de Internet. Ha vuelto a situarla donde ha estado desde sus orígenes hasta muy recientemente. Y muchos de los que celebraban Internet como un espacio de libertad, dicen ahora que el Internet de siempre es una amenaza, sólo porque quien lo ha restituido es Donald Trump. Ah, pero ¿qué podemos esperar de nuestra querida profesión periodística? Los mismos que claman por la “neutralidad en la red” sienten pavor ante la posibilidad de ser, ellos, neutrales en sus informaciones.

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Daniel Ollero, en el diario El Mundo, titulaba su texto sobre la decisión de Donald Trump con esta sucesión de palabras: “Estados Unidos ‘mata’ Internet tal y como lo conocemos acabando con la neutralidad de la red”. Un titular así es un mal presagio. Entiendo que no todos conocen la historia de aquél país tanto como para conocer que se trata de “Los Estados Unidos”. Le quitas el artículo y acabas asumiendo la “mentira espectacular” de Abraham Lincoln. Pero qué va a saber Ollero. Las comillas simples son el celofán del periodismo, que es como hablar del veneno del alimento. Yo te lanzo un “matan” en el titular, pero te lo envuelvo en comillas simples para que no duela mucho. Lo que sí duele es la elipsis de la coma, tan innecesaria. Pero debe ser norma del redactor jefe o, peor aún, del propio medio. Una coma menos, una ambigüedad más.

Obama acabó con Internet tal como lo conocemos, y Trump sólo ha repuesto el statu quo, al contrario de lo que nos dice lo que llamamos periodismo

Pero lo peor del titular es lo que sugiere, y lo que luego recoge el texto. Es el fin de Internet tal como lo conocemos, tal como lo hemos vivido. Sólo que la realidad es exactamente la contraria. Internet ha crecido exponencialmente, nos ha conectado a unos con otros, ha transformado el modo en que se organiza la economía y en el que nos comunicamos, ha creado nuevos campos feraces de creación de valor, y todo ello antes de que, en 2015, Barack Obama impusiese, con la aprobación del Congreso, una ley que sometía a la red a unas nuevas reglas, en nombre de la neutralidad. Obama acabó con Internet tal como lo conocemos, y Trump sólo ha repuesto el statu quo, al contrario de lo que nos dice lo que llamamos periodismo.

Viendo que los medios, incluso los más asentados, mienten de forma ansiosa, desaforada, hambrienta, dado que políticos y grupos de presión empaquetan mensajes que aparecen, ahora sin celofán, en los medios, ¿qué puede hacer un ciudadano de a pie para no echarse sobre la almohada intoxicado?

No hay una fórmula de fierabrás contra la intoxicación, pero un buen consejo es desconfiar de cualquier palabra que no conozca desde la pubertad, si no es un descubrimiento científico. Usted no ha oído hablar de las ondas gravitacionales hasta hace poco, pero las había predicho Einstein y se escapan a la capacidad de control de los políticos, por lo que son inofensivas. Pero el resto de términos son creaciones de grupos políticos que quieren que los demás pensemos y actuemos como ellos quieren.

Muchos términos son creaciones de grupos políticos que quieren que los demás pensemos y actuemos como ellos quieren

El término neutralidad en la red. ¿Qué es y de dónde viene?

El enemigo de Internet no es Trump sino Obama

El problema al que se refiere la neutralidad es a las limitaciones o condicionamientos a los que pueden someter los proveedores de la infraestructura de comunicaciones a los proveedores de servicios o de páginas web, y en última instancia a los usuarios.

El principal agente del mercado era AT&T, el antiguo monopolio de la telefonía. Existía el temor de que la empresa favoreciese sus servicios sobre su propia infraestructura, o paralizase otros que amenazaban con su negocio y que tenían como base Internet, como el protocolo de voz sobre IP. Varios ingenieros lograron desarrollar el principio “end to end” por el que, básicamente, son los usuarios los que deciden para qué se utiliza la red, y no el operador de la misma. Sobre este principio se creó lo que se llama “internet abierto” y la World Wide Web.

La Open Internet Order (OIO), que introdujo Obama, estaba prácticamente escrita por Free Press, una rama de la organización de George Soros

Con la creación de redes de banda ancha, surgieron nuevas oportunidades para que aumentase la competencia entre redes. AOL intentó una estrategia de “jardín vallado”, pero le salió el tiro por la culata. El mercado, es decir, los consumidores, imponían un internet abierto. Entonces, Obama ni siquiera se había metido en política. Los republicanos en el Congreso, y con George W. Bush de presidente, fijaron la política de “las cuatro libertades de internet”, a imitación de las “cuatro libertades” fijadas por F. D. Roosevelt: La libertad de acceder a los contenidos, la de utilizar aplicaciones, la de conectar dispositivos personales y la de obtener información del plan de servicio. La legislación basada en estas ideas ha tenido efectos muy importantes, como paralizar el bloqueo de Comcast al vídeo en streaming p2p.

Obama y Soros contra Internet

El enemigo de Internet no es Trump sino Obama

Esta ha sido la situación hasta hace muy poco, hace apenas dos años, como dice la letra de Princesa. Entonces, Barack Obama impulsó un cambio fundamental en la regulación de Internet. Cambió el ámbito de su regulación de la Comisión de Comercio (FTC) a la de Comunicaciones (FCC); es decir, de un ámbito comercial, en el que prima sobre todo la libertad, a otro mucho más regulado por las amenazas que puede suponer la comunicación para el poder.

La Open Internet Order (OIO), que introdujo Obama, estaba prácticamente escrita por Free Press, una rama de la organización de George Soros, según la FEE. Drew Armstrong recoge cuáles son los objetivos de los redactores de la ley, en palabras de Robert McChensey, fundador de Free Press: “Queremos que en los Estados Unidos, y en toda sociedad, Internet no sea una propiedad privada, sino una utilidad pública. Queremos un Internet donde no tengas que tener una contraseña y que no pagues ni un penique” Etiam: “En este momento, la batalla por la neutralidad en la red no pasa por eliminar por completo las empresas de telefonía. Todavía no estamos en eso. Pero el objetivo último es eliminar a los capitalistas de los medios en las empresas de cable y telefonía, y quitarles su control”.

La regulación de Obama de 2015 era necesaria… para ejercer un control político de Internet

Si el uso de internet no depende del proveedor privado que elija, sino de la decisión de un político, y ni siquiera tiene los derechos de cualquier usuario que paga por los servicios, ¿dónde quedará su poder de decisión sobre internet? Colocar un papel en una urna cada cuatro años, esperar a que tu opción política sea mayoritaria, y que si es el caso cumplan con lo prometido.

Ahora, el director de la Comisión Federal de Comunicaciones, Ajit Pai, ha restituido parcialmente el statu quo. Ha vuelto a colocar a Internet donde siempre ha estado. Las compañías telefónicas todavía tendrán que dar explicaciones si cercenan el tráfico u ofrecen “vías rápidas” a algunos clientes. Décadas de libertad y desarrollo capitalista han visto cómo Internet ha crecido y ha multiplicado la libertad de la sociedad, tanto la económica como la cívica. La regulación de Obama de 2015 era innecesaria, si se planteaba lograr lo que Internet ya era. Pero muy necesaria si pensaba que su sucesora podría ejercer un control político de Internet.

Pero no fue Hillary quien ganó las elecciones, como estaba previsto. Fue Donald Trump.

* Imagen de portada DonkeyHotey


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