En la política española, la centralidad no es una posición absoluta, sino relativa. Tiende a desplazarse constantemente y siempre en una misma dirección, porque, siguiendo la estela del progresismo, aspira a estar del lado de la historia. Por lo tanto, lo que hoy el centro puede considerar moderado, mañana a buen seguro lo calificará de radical. Así pues, el centro se ha convertido en una forma de antipolítica y, en buena medida, de antidemocracia, pues antepone una presunta moderación -en realidad, cálculo electoral- a los ideales y a la libertad.
Con Javier Benegas y José Luis González Quirós.
Foto: Partido Popular de Galicia