Entrevista con Tamara Milenkovic Kerkovic, Doctora en Derecho y profesora de Derecho Mercantil Internacional en la Facultad de Economía de la Universidad de Nis. Vicepresidenta del Movimiento nacional conservador serbio Dveri y diputada al Parlamento de la República de Serbia. La profesora Milenkovic Kerkovic es autora del Programa Económico y Social de Dveri y responsable de asuntos sociales y económicos, finanzas públicas, educación superior y cultura.

Publicidad
Tamara Milenkovic Kerkovic.

Tras una primera reunión en Kragujevac, la nueva Agrupación Nacional celebró una reunión en Nis. ¿Se confirma la unidad de la derecha serbia?

Sí, la reunión de Nis fue un gran éxito, con una gran asistencia y el compromiso de los tres grupos parlamentarios patrióticos y conservadores de seguir adelante, celebrar nuevas reuniones en toda Serbia y unificar nuestras actividades.

El reconocimiento de Kosovo sienta un precedente catastrófico en Europa y puede causar muchos problemas en Chipre, España y otros países

El motor de esta unidad ha sido Kosovo.

Sí. Nos oponemos totalmente al llamado acuerdo franco-alemán, que no es más que un ultimátum para reconocer el Estado de Kosovo. El mes pasado hubo una dramática sesión parlamentaria en la que el presidente Vučić intentó defender el acuerdo, pero sin mostrarnos lo que decía el acuerdo. No se respetaron nuestros derechos como parlamentarios y la sesión terminó abruptamente. Por supuesto, al día siguiente los medios de comunicación del régimen nos acusaron de extremistas y de haber intentado linchar al presidente.

¿Existe una campaña de demonización en los medios de comunicación contra la Agrupación Nacional?

Por supuesto que la hay. Los medios de comunicación nos censuran. Los medios del régimen están pagados por el gobierno y los llamados medios independientes están pagados por Occidente. Así que no tenemos medios para defendernos de quienes intentan estigmatizarnos e incluso acusarnos de querer dar un golpe de Estado. Este es el precio que tenemos que pagar por no aceptar la soberanía de Kosovo de iure y de facto.

Pero esto va en contra de la Constitución serbia, que dice que Kosovo y Metohija son parte integrante del país.

Así es, y hay muchos argumentos por los que este reconocimiento sería inconstitucional. En primer lugar, va contra el derecho internacional público y también contra la Resolución 1244 del Consejo de Seguridad de la ONU. Además, el presidente de la República no tiene poder para decidir la política exterior, eso es tarea del gobierno y del parlamento. Pero los medios de comunicación nos llaman extremistas por defender la Constitución.

¿Podría estar detrás de este acuerdo la adhesión de Serbia a la UE?

No, no tenemos ninguna promesa de que vayamos a entrar en la UE y dudo que eso ocurra nunca. Se está utilizando la integración europea como excusa para aceptar el acuerdo. Si nos negamos, el proceso de integración se detendrá, pero la verdad es que llevamos 23 años integrándonos. No es más que un chantaje.

¿Qué implica el acuerdo?

Por lo que sabemos del acuerdo, Serbia no impedirá que Kosovo se integre en organismos internacionales, incluida la ONU, y a cambio obtendrá la “mancomunidad de municipios serbios” de Kosovo. Algo que ya se había conseguido en el acuerdo de Bruselas, firmado por nuestro gobierno hace 10 años, en 2012. Un acuerdo que también era inconstitucional, pero nuestro Tribunal Constitucional decidió no valorar la naturaleza jurídica de este acuerdo.

Sin embargo, a pesar de firmarlo, los albaneses se negaron a poner en marcha esta “mancomunidad de municipios”, y ahora nos ofrecen lo mismo. Pero en realidad no sirve para nada porque es una entidad meramente simbólica que no tiene ningún poder real. Es un todo a cambio de nada.

Varios países europeos, entre ellos España, no han reconocido la independencia de Kosovo. ¿No está abriendo este acuerdo la puerta a un Caballo de Troya para muchas naciones europeas?

Por supuesto que sí. El reconocimiento de Kosovo sienta un precedente catastrófico en Europa y puede causar muchos problemas en Chipre, España y otros países. Por otro lado, la campaña mediática del presidente está anunciando que si no aceptamos el acuerdo, se impondrán sanciones contra Serbia o que todos los inversores extranjeros abandonarán nuestro país. Básicamente nos está comparando con Rusia, pero Serbia no está en guerra y no ha infringido ninguna ley internacional para recibir sanciones.

¿Ha habido alguna reacción en la calle a este acuerdo?

Sí, el 15 de febrero, día de la independencia de Serbia, hubo una gran manifestación frente al palacio presidencial, unas 5.000 personas. La policía detuvo a varios manifestantes, entre ellos un periodista que ha iniciado una huelga de hambre para denunciar que fue detenido sólo por hablar durante la protesta. Esta es la situación que tenemos en Serbia.

La Agrupación Nacional también defiende la familia, los valores conservadores y el cristianismo.

Somos un partido conservador y defendemos valores importantes. La protección de la familia es uno de los puntos centrales de nuestro programa. Serbia ha perdido casi un millón de personas en los últimos diez años, demasiadas para un país de sólo siete millones de habitantes.

Otro problema importante es la infravalorada economía nacional. En los últimos años, el 93,5% de las subvenciones estatales han ido a parar a inversores extranjeros, mientras que sólo el 6,5% ha ido a parar a empresas nacionales. Se trata de una enorme desproporción. Nuestro Estado debe apoyar a nuestras empresas y nuestra agricultura.

¿Y la ideología de género?

Este es también un aspecto fundamental de nuestra lucha. En verano obtuvimos una gran victoria cuando conseguimos, con el apoyo de la Iglesia, impedir que la semana del Europride se celebrara en Belgrado.

Creo que su partido también ha conseguido retirar varios libros escolares que contenían ideología de género.

Sí, cuando revisamos los libros de las escuelas primarias descubrimos que varios libros de texto contenían ideología LGBT, e iniciamos una campaña en los medios de comunicación y en el Parlamento para que se eliminaran esos contenidos. Por supuesto, sufrimos una campaña de los medios de comunicación independientes que nos tacharon de anti-LGBT y contrarios a los derechos humanos, pero volvimos a contar con el apoyo de la Iglesia y la comisión de educación nos dio la razón. Se eliminó la ideología de género de cuatro libros de texto de biología.

El 80% de la población serbia opina lo mismo que nosotros sobre esta cuestión, y un porcentaje similar se opone al acuerdo franco-alemán y también a las sanciones a Rusia por parte de Serbia.

Serbia se ha negado hasta ahora a imponer sanciones a Rusia y Vučić mantiene buenas relaciones con Putin.

El año pasado, al comienzo de la guerra, el presidente y el gobierno serbios rechazaron las presiones de la UE para imponer sanciones a Rusia, pero ahora el discurso es completamente distinto y parece evidente que se está preparando a la opinión pública para dar ese paso. Vučić ha sido un gran amigo de Putin e incluso fue condecorado por el presidente ruso, pero los tiempos han cambiado.

Foto: SUHEJLO.


¿Por qué ser mecenas de Disidentia? 

En Disidentia, el mecenazgo tiene como finalidad hacer crecer este medio. El pequeño mecenas permite generar los contenidos en abierto de Disidentia.com (más de 2.000 hasta la fecha), que no encontrarás en ningún otro medio, y podcast exclusivos. En Disidentia queremos recuperar esa sociedad civil que los grupos de interés y los partidos han arrasado.
Forma parte de nuestra comunidad. Con muy poco hacemos mucho.
Muchas gracias.

Become a Patron!