Desde su llegada al poder, el gobierno polaco encabezado por Donald Tusk ha tomado una serie de medidas contra la oposición conservadora que difícilmente encajan con el cacareado “Estado de derecho” que tanto dice defender Bruselas. Empezando por el cierre de medios de comunicación o el encarcelamiento de diputados opositores, esta deriva totalitaria parece haber firmado un nuevo y dramático caso. Barbara Skrzypek, que trabajó desde la década de los 90 hasta 2020 como directora de la oficina de Ley y Justicia (PiS) y jefa de gabinete de Jaroslaw Kaczynski, y hasta 2024 miembro de la junta directiva del Instituto Kaczynski, falleció el pasado sábado, apenas tres días después de ser interrogada en la fiscalía en el caso de las dos torres y la empresa Srebrna, conectada con Kaczynski.

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El miércoles 12 de marzo, Skrzypek tuvo que presentarse en la fiscalía para declarar por el supuesto escándalo del PiS de las dos torres, un caso de corrupción de 2018-19 que se ha reabierto este año. Krzysztof Gotkowicz, el abogado de Skrzypek, no pudo acceder con su defendida al interrogatorio, porque la Fiscalía adujo que no se trataba de un interrogatorio penal y, por tanto, no era necesaria la presencia de un abogado. Gotkowicz insistió por el mal estado de salud de su cliente, con problemas de vista y un fuerte estress provocado por tener que prestar declaración puesto que nunca había tenido ningún conflicto con la ley, y por la presencia de dos abogados de la parte contraria, Jack Dubois y un abogado del bufete de Roman Giertych, según publicó en X, pero fue ignorado. El lunes, la fiscal Ewa Wrzosek afirmó que esos problemas de salud no bastaban para interrumpir el proceso y que el abogado Gotkowicz no había aportado pruebas de lo contrario.

Hasta el momento, Tusk no se han pronunciado sobre este nuevo escándalo que vuelve a poner en duda que en Polonia siga vigente el “Estado de derecho”

Después de casi cinco horas de interrogatorio, Skrzypek, de 66 años, presentaba dificultades para respirar y no se encontraba con fuerzas para reunirse con Jarosław Kaczyński, por lo que concertaron una cita para el lunes. Sin embargo, murió el sábado por la noche. La fiscalía de Varsovia, por boca de su portavoz, Piotr Skiba, declaró que se trató de una muerte súbita por causas desconocidas, aunque han iniciado una investigación. “Hemos establecido que la muerte se produjo en la madrugada del 15 de marzo, en un piso, en presencia de un familiar. El médico de la ambulancia que acudió al lugar de los hechos dictaminó el fallecimiento y expidió un certificado de defunción, en el que escribió como causa la muerte súbita por causas desconocidas”.

La muerte de Skrzypek provocó una airada respuesta de los dirigentes de Ley y Justicia, que han culpado de lo ocurrido a la actuación de la fiscalía. El propio Kaczynski así lo afirmó en una publicación en X: “La citación y las muchas horas de interrogatorio por parte del neo-fiscal Wrzosek supusieron un tremendo shock y un enorme estrés para Barbara Skrzypek. Esto lo dijo la propia Sra. Barbara cuando se le negó injustificadamente la asistencia de un abogado, pero también inmediatamente después del interrogatorio. La muerte de Barbara Skrzypek está, por tanto, directamente relacionada con este interrogatorio y con la calumnia de la que fue objeto por parte de la fiscalía, Roman Giertych y las personas relacionadas con él. No nos dejaremos intimidar”. El eurodiputado Dominik Tarczyński fue aún más allá señalando que Skrzypek “fue perseguida hasta la muerte por el régimen de Donald Tusk”.

Ante estas y otras reacciones, la fiscalía del distrito de Varsovia justificó su actuación mediante un comunicado y un informe en el que insistía en que el interrogatorio de cuatro horas se había desarrollado “en un ambiente muy civilizado” y que incluso se le había dado a Skrzypek “una pausa de varios minutos para descansar”. El comunicado también reiteraba que su negativa a la presencia del abogado de Skrzypek estaba justificada “porque el interés de la testigo no lo requería”. Para finalizar, el comunicado señaló que cualquier intento para “vincular la muerte de la testigo a su interrogatorio… dará lugar a que la fiscalía interponga una demanda civil para proteger el buen nombre de la institución y del encargado del caso”. Por su parte, Ewa Wrzosek también anunció que emprendería acciones legales contra quienes sugieran que la muerte de Skrzypek fue consecuencia de su interrogatorio.

El informe de la fiscalía fue tachado de “poco profesional” por distintos abogados y planteó aún más dudas sobre el procedimiento. Según el informe, que no menciona el ambiente ni el comportamiento del testigo, el interrogatorio de casi cinco horas contiene 9 preguntas, ocho de la fiscal Wrzosek y otra de los dos abogados. En opinión del Dr. Michał Skwarzyński, un interrogatorio así “no lleva cinco horas, sino una hora como máximo”. Las críticas también se centran en Ewa Wrzosek, por su afiliación política que es incompatible con su función como fiscal. En 2016, con PiS en el gobierno, ascendió a jefa de la fiscalía de distrito de Varsovia-Mokotów, pero fue despedida tres meses después. Desde entonces, Wrzosek se ha posicionado activamente en favor de la Plataforma Cívica e incluso participó en la marcha organizada por Donald Tusk el 4 de junio de 2023. No obstante, el gobierno sigue defendiendo la “independencia” de la fiscal.

Hasta el momento, Tusk no se han pronunciado sobre este nuevo escándalo que vuelve a poner en duda que en Polonia siga vigente el “Estado de derecho”. Los que sí han hablado son el presidente, Andrzej Duda, que ha exigido explicaciones y el candidato de Ley y Justicia para las próximas elecciones presidenciales de mayo, Karol Nawrocki, que ha expresado su más absoluta indignación: “Veo este caso como la culminación de la destrucción de la fiscalía polaca y su politización. […] Me presento para que no tengamos que vivir en un Estado en el que no se permite a un abogado, se envía a un político a una anciana en grave estado de salud y acaba en muerte. Esto tiene que acabar, porque el Estado polaco se hunde en el caos al que nos lleva Donald Tusk”.

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