Muchos han oído hablar de Il mondo al contrario, el sorprendente bestseller de Roberto Vannacci, un general de división del ejército italiano, pero pocos conocen al hombre en sí. Roberto Vannacci, fue general de división del Ejercito Italiano, comandante de la Task Force 45 durante la guerra de Afganistán y dirigió el contingente de su país en la guerra civil de Irak; comandante del 9º Regimiento de Asalto Paracaidista “Col Moschin” y la Brigada Paracaidista “Folgore”; participó en misiones especiales en Libia, Somalia, Bosnia-Herzegovina, Ruanda, Yemen, Costa de Marfil, Irán y Afganistán, donde fue jefe del Estado Mayor de las Fuerzas especiales de la OTAN. En enero de 2020 estuvo en Moscú, como agregado militar de la representación diplomática italiana y acreditado también en Bielorrusia, Armenia y Turkmenistán. Esta última etapa se cerró cuando fue declarado “persona non grata” por Rusia y devuelto a Italia, junto a otros compatriotas expulsados en represalia por la posición de Italia frente a la invasión rusa de Ucrania y director del Instituto Geográfico Militar de Florencia. En diciembre del 2023 fue nombrado jefe del Estado Mayor del Comando de las Fuerzas Operativas Terrestres del Ejercito.
En agosto de 2023 escribió “Il mondo al contrario”, una auto publicación en Amazon que fue un sorprendente éxito de ventas que lo catapultó a la popularidad, generando también una inusitada polémica política y mediática en Italia. Su libro fue más tarde publicado por la editorial Il Cerchio, y en marzo de 2024, escribió “Il coraggio vince”, un libro autobiográfico editado por Ediciones Piemme del Grupo Mondadori. Hoy se presenta como cabeza de lista en Lega Salvini Premier para las elecciones europeas de 2024.
¿Qué llevó a un militar, a un general del ejército italiano, a escribir un libro como “Il mondo al contrario”?
El libro no nació como tal, sino como una serie de artículos sobre la energía, el medio ambiente y urbanismo que empecé a escribir en plena crisis energética, cuando nos decían que teníamos que calentar el agua de la pasta con velas. Después de escribir un centenar de páginas, decidí añadir algunos temas y publicarlo como libro con el hilo conductor de la paradoja.
Se nos dice que hay que salvar a la humanidad. Y, sin embargo, ¡la humanidad nunca ha estado mejor en este planeta! Se nos dice que no existen identidades de pueblos. Y en cambio cada pueblo se distingue claramente por sus características peculiares. Se nos dice que la familia también debe ser homosexual. En cambio, la inmensa mayoría de los homosexuales viven como solteros. Se nos dice que hay que prohibir la caza para salvar la vida salvaje. En cambio, hay zonas donde el número de animales salvajes supera la densidad biológica, causando grandes daños a la agricultura y favoreciendo la propagación de enfermedades. Nos enseñan que la energía nuclear es peligrosa. Y, sin embargo, las estadísticas afirman sin lugar a dudas que es la forma más segura de producción de energía por megavatio-hora producido.
No volvería atrás. No me retracto. No hay nada que negociar. Estoy seguro de que no he ofendido a nadie ni he ofendido la dignidad de nadie y, por tanto, no hay razón para cambiar ni siquiera estéticamente lo que he escrito y expuesto
En su libro cuenta que sus amigos le advertían de que no tocara temas “políticamente correctos”, pues de lo contrario se metería en problemas. ¿Era consciente de la tormenta que se desataría?
Es absurdo, pero hoy la normalidad se ha vuelto revolucionaria. Las afirmaciones del libro son a menudo triviales y han levantado un revuelo que ni siquiera los versos satánicos de Salman Rushdie habían desencadenado. Existen varios grupos étnicos caracterizados por rasgos somáticos específicos; quienes no se reconocen en la heterosexualidad representan una pequeña minoría de la sociedad; la inmigración irregular incontrolada desestabiliza las sociedades; toda persona es hija de un hombre y una mujer son algunas de las obviedades que han causado tal indignación. Algunas élites culturales me han atacado duramente porque tienden a rechazar la realidad descrita en el libro y, queriendo imponer una determinada percepción subjetiva del mundo que pretenden “inclusiva”, quieren socavar los principios en los que se ha basado la sociedad Occidental, que han garantizado el progreso, el desarrollo, el bienestar y la riqueza. La gente corriente, sin embargo, no es tonta y ha percibido las artimañas engañosas de estos “guardianes de la moral”, al tiempo que reconocía la corrección de mis observaciones y mostraba cercanía y empatía hacia mí.
A partir de ese momento, mi vida cambió y me encontré en el centro de una polémica ciclópea que no podía prever. Intenté no agobiarme. Me convertí en una figura mediática, en un blanco a atacar, para muchos, o una referencia para otros. Tuve que exponerme para intentar hacer triunfar la verdad y la interpretación genuina de lo que había escrito en mi libro, y desenmascarar a los que, a menudo por ignorancia -porque no habían leído el libro-, por parcialidad, por dejadez, pero también a menudo por mala fe, intentaron hacerme aparecer como homófobo, racista, xenófobo, antisemita, putinista, fascista, etcétera, etcétera. La última en intentarlo ha sido la señora Vittoria Baldino durante el programa “L’aria che tira”, me calificó de antisemita sin que en mi libro apareciera una sola palabra sobre judíos, Israel o sionismo.
Fue humillado y atacado maliciosamente en los medios de comunicación, e incluso acusado de un delito de odio. ¿Cambiaría algo de lo que ha escrito?
No. No volvería atrás. No me retracto. No hay nada que negociar. Estoy seguro de que no he ofendido a nadie ni he ofendido la dignidad de nadie y, por tanto, no hay razón para cambiar ni siquiera estéticamente lo que he escrito y expuesto. Las ideas se combaten en el plano de los argumentos y no con la censura o en los tribunales.
En “Il mondo al contrario” usted dice que la democracia de la mayoría está siendo sustituida por la democracia de la minoría. ¿Es ésta la razón principal de la campaña mediática en su contra? ¿Esos ataques pretenden ocultar que “el Rey está desnudo”?
Las minorías deben ser respetadas, pero no pueden anular los sentimientos comunes de las mayorías. La democracia es la forma de gobierno en la que la mayoría dirige y las minorías son respetadas, pero se ajustan a las mayorías. La afirmación de esta obviedad ha desatado todas las fuerzas que en los últimos años han intentado destruir el modo de vida occidental que ha garantizado riqueza, prosperidad, progreso y desarrollo a nuestra sociedad. La cultura de la cancelación, la cultura woke, el ecologismo ideológico y el feminismo extremista tienen como objetivo último la destrucción de los valores occidentales. Para reafirmar los principios e ideales que sirven de aglutinante a Occidente deben ser proscritos, prohibidos, aniquilados, repudiados y posiblemente perseguidos penalmente. Por suerte, las masas no son estúpidas, y muchas han abrazado y compartido las ideas claras que he difundido en mi manuscrito.
A pesar de los ataques sufridos, “Il mondo al contrario” ha sido un gran éxito. ¿Cree que la polémica mediática ha contribuido a ello, o se debe a la simple curiosidad o al hecho de que mucha gente piensa como usted y no se atreve a decirlo por miedo a quedar marginada?
Si no hubiera sido por el ataque indiscriminado a mi libro y a mi persona, nunca se habría creado el efecto Vannacci. La técnica es sencilla: se identifica el pensamiento y la persona a atacar, se tergiversa lo que dijo, se descontextualizan sus frases, las librerías se niegan a vender sus escritos, se describe al autor como el mal absoluto, se le define como fascista-homófobo-misógino-racista-xenófobo-putinista-negacionista, se le prohíbe en las redes sociales, se manifiestan en su contra y se intenta censurar sus presentaciones. Sin embargo, cuando las masas se dan cuenta de la veracidad de sus expresiones y están de acuerdo con muchos de los principios expuestos, todo este alboroto se vuelve en contra de los detractores y, en cambio, otorga una gran notoriedad y popularidad al autor falsamente incriminado.
Si el mundo está hoy al revés, ¿en qué momento estuvo derecho? ¿Cuál es el mundo que le gustaría ver?
Un mundo en el que una mujer pueda salir de día y de noche a cualquier parte sin miedo a ser agredida y acosada; en el que no haya necesidad de rejas en las ventanas ni de puertas blindadas; en el que los grafiteros, los carteristas, los delincuentes, los okupas y los violentos sean puestos en situación de no perjudicar a la sociedad; en el que el derecho de manifestación sea respetado y considerado sacrosanto siempre que respete las normas de orden público; donde cada cual es libre de seguir sus gustos y predilecciones sin invadir los espacios de los demás y sin ostentar de forma exhibicionista sus tendencias en contra del sentido común de las mayorías; donde la identidad de los pueblos sea reconocida, exaltada y considerada un elemento fundador de la sociedad; donde los inmigrantes respeten las normas del país de acogida y se integren en la sociedad de acogida, aceptando sus costumbres y tradiciones; una patria en la que todos -independientemente del color de la piel, la religión, las creencias políticas, la orientación sexual, o condición- se unen en torno a los mismos principios e ideales y están dispuestos incluso a morir por defenderlos; donde a todos se les ofrecen las mismas oportunidades, pero luego cada uno destaca por sus propios méritos y capacidades; donde se exalta y reconoce la excelencia; donde la riqueza y la prosperidad no se consideren algo negativo, sino una meta a la que aspirar; donde cada idea pueda expresarse en libertad sin temor al delito de opinión; donde la diversidad se reconozca, se exalte y se considere una riqueza para la sociedad, sin confundirla con la discriminación que, en cambio, se basa en la negación de derechos y ataque a la dignidad.
¿Cree que en Occidente aún tenemos una oportunidad de recuperar el sentido común en la vida política y social?
¡Desde luego que sí! Estamos al final de la primera parte de un partido de fútbol. En el vestuario, el equipo se reagrupa; el entrenador da las instrucciones y la táctica adecuadas; los jugadores se concentran y se motivan, los aficionados recuperan el aliento y se preparan para encender al estadio. La primera parte no fue bien, pero todo es posible. Hay que quererlo. ¿No nos gusta esta Europa? ¡Pues cambiémosla!
¿Está satisfecho con el éxito del libro? ¿Cómo será Roberto Vannacci eurodiputado y qué principios defenderá desde el Parlamento Europeo?
¡Por supuesto! 300.000 ejemplares vendidos. ¡Quién habría imaginado! ¡Muy satisfecho! Pero esto no aplaca el compromiso político que he asumido y lucharé con toda la energía y determinación que me caracterizan por los ideales de la patria, la seguridad, la soberanía, la defensa de las fronteras, la familia, las tradiciones y la identidad. No soporto la Europa de la Banca y las directivas que reniega de la Navidad y del crucifijo, que reniega del padre y de la madre y quiere sustituirlos por los “progenitores 1 y 2”, que aspira al multiculturalismo sin considerar que es antitético al concepto de patria, que borra todo símbolo de identidad queriendo reducirnos a un desecho amorfo, que quiere dejar sin cultivar los campos en lugar de buscar la biodiversidad en los bosques cuya extensión no hace más que aumentar, que quiere imponernos a costes desorbitados una movilidad verde que no modificará un ápice las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Si salgo elegido, seré eurodiputado a tiempo completo en Bruselas y Estrasburgo, manteniendo al mismo tiempo una conexión con Italia. Mi candidatura -a diferencia de la de otros- no es cosmética, no busco votos para luego renunciar a mi escaño y que lo ocupe otro, y lucharé con valentía y determinación por la afirmación de estos principios en los que creo firmemente.
Foto: Kristina Flour.
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