Nicolás Márquez es ensayista y analista político. Graduado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Mar del Plata, la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad FASTA, y también del Centro de Estudios Hemisféricos de Defensa (Universidad Nacional de Defensa de Washington DC). Tiene 12 libros publicados, entre los que destacan “El libro negro de la nueva izquierda” (escrito con Agustín Laje), “La máquina de matar – Biografía definitiva del Che Guevara” o “La dictadura comunista de Salvador Allende”.

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Marcelo Duclos está graduado en periodismo en la TEA y tiene un Máster de Ciencias Políticas y Economía en Eseade. Colaborador de distintos medios de comunicación, fue docente de Estructura Económica Mundial y responsable de comunicación de la F. Naumann entre 2010 y 2022.

Hablamos con ellos sobre su nuevo libro “Milei, la revolución que no vieron venir”, que analiza la vida, el tiempo histórico y el ascenso vertiginoso del primer presidente libertario.

Nicolás Márquez
Nicolás Márquez.
Marcelo Duclos
Marcelo Duclos.

¿En qué sentido lidera Milei una revolución? ¿Quiénes, y por qué, no la vieron venir?

Nicolás Márquez (NM): Desde hace 80 años vivimos en un sistema en el que había unos conceptos intocables: la justicia social, la presencia del Estado, las conquistas laborales, etc. Toda una serie de aforismos muy amables, pero que no funcionan y son parte de un socialismo sistémico, de un Estado omnipresente, que se ha aplicado en Argentina por parte de todos los gobiernos que hemos tenido, desde los militares a la socialdemocracia. Milei es el primero que se ha atrevido a cuestionar unos principios que nos han llevado a la ruina, y por esa razón fue subestimado y tomado por loco. Cuando entró en política le trataron como a un personaje cómico, pero en tres años Javier Milei pasó de ser diputado a presidente gracias una mayoría subterránea y cibernauta. No lo vieron venir y, aún hoy, con Milei presidente, no lo entienden o, como dicen en Argentina, no la ven.

Desde hace 80 años vivimos en un sistema en el que había unos conceptos intocables: la justicia social, la presencia del Estado, las conquistas laborales, etc. Toda una serie de aforismos muy amables, pero que no funcionan y son parte de un socialismo sistémico, de un Estado omnipresente

Marcelo Duclos (MD): Argentina ha vivido una revolución con un cambio abrupto de paradigma. Podíamos elegir a nuestros representantes, sí, pero bajo el control de una corporación política que ha hecho que las elecciones fueran entre los malos y los menos malos. Por primera vez, con la llegada de Milei, se produce una revolución frente a ese modelo; también en el plano cultural, porque rompió todos los manuales de la corrección política que te marcan que puedes o no decir, algo que era absolutamente necesario. La corporación política no ha visto venir lo que estaba pasando, ni que las redes sociales son hoy en día más trascendentes que los medios de comunicación tradicionales, y por esa razón ha ido siempre por detrás de Milei. Se le ha subestimado una y otra vez, e incluso intentaron sobornarle, pero ahora es el presidente de Argentina. Es una revolución también en lo económico y el peso argentino en el último periodo de análisis fue la moneda con mayor rendimiento en el mundo, cuando venía de ser la peor; se acabó el déficit fiscal; y hemos pasado de tener un índice de riesgo de 3.000 a tener 1.000 en sólo cuatro meses de gobierno. Siguen sin querer ver lo que está consiguiendo Milei, y la oposición y sus medios sólo hablan sobre su familia o de si tiene cuatro o cinco perros.

Todo esto con una escasa representación en el poder legislativo.

NM: Milei sólo tiene un 15% del poder legislativo porque Argentina renueva diputados cada dos años, el congreso por mitades y el senado por tercios. A pesar de tener tan poca musculatura está enfrentándose y dando la batalla. Los que creían que iba a ser un presidente débil y asustadizo ante las manifestaciones y el poder político, están totalmente descolocados. Creo que Milei disfruta por cómo lo han subestimado. Y también es importante destacar que sus ajustes, que están siendo dramáticos, están siendo aceptados por el argentino medio; esto representa un cambio de mentalidad frente al cortoplacismo que ha existido hasta ahora.

Es evidente que los partidos no lo vieron venir, pero en su caso, que seguían de cerca la carrera de Milei, ¿esperaban un resultado tan exitoso?  

NM: La única persona que conozco que acertó por muy escaso margen el resultado de las elecciones de agosto fue Marcelo, Milei sacó un 30% y Marcelo apuntó un 28%. Yo pensaba que más que un análisis era una expresión de un deseo y, de hecho, le pregunté a Milei que resultado esperaba y él me contestó que un 22% sería espectacular. Ni el propio Milei vio venir el resultado.

MD: Yo tenía la dicotomía entre mis herramientas de análisis, en base a la historia y las elecciones anteriores, y la realidad. Cuando preguntaba a la gente, todo el mundo me decía en la calle, en el supermercado o en cualquier lugar, que iba a votar a Milei. Mi momento de revelación fue cuando estaba con un amigo en un restaurante en un barrio humilde y hablé por teléfono con Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados y sobrino del expresidente Carlos Menem, y me respondió: “Javier Milei es el próximo presidente de Argentina”. Mi amigo me dijo que era algo obvio, así que pregunte a los camareros y a los cocineros, y todos me contestaron que iban a votar por Milei. Entonces me di cuenta de que iba a suceder.

Libro Milei

¿Y la posibilidad de que se produjera un fraude?

MD: Estoy convencido de que el resultado de Milei fue mayor de lo que indicaron las urnas. Estuve controlando las elecciones en un barrio rico de Buenos Aires, llevo haciéndolo desde 2003, y nunca antes viví algo parecido. Aprovechaban cualquier momento para robar o cambiar las papeletas y mi teléfono no dejaba de sonar con denuncias de fraude en distintos colegios; han hecho todas las tropelías habidas y por haber, pero, con todo, Milei ha llegado finalmente a la presidencia.

NM: Javier Milei representa lo nuevo en este momento, pero hubo otros antes que él. Sin embargo, eran partidos que representaban a la clase alta y que sólo alcanzaban un 10% de los votos. Milei consiguió votos en todas partes, pero su éxito fue competir en los barrios más pobres. Esto es un logro enorme porque se llevo el voto de barrios marginales en donde ganaba el Peronismo y que siempre ha buscado vivir del Estado. Milei iba a esos barrios y la gente se echaba a la calle para apoyarle, y ha ganado ofreciendo exactamente lo contrario.

¿Este apoyo popular es consecuencia del perfil e historia de Milei, que viene de la clase media, fue portero de un equipo de futbol e incluso tuvo una banda de rock?

MD: Sí, y también porque le habló claro a la gente y se dieron cuenta de que no les estaba mintiendo.

NM: Claro, él fue futbolista de un club popular, fue rockero de una banda tipo “Stones”, su estética no tiene nada que ver con la de un economista al uso, y utilizó un lenguaje muy basto para hacer campaña y que ha moderado desde que es presidente.

Hace poco dijo que la economía argentina iba a subir “como el pedo de un buzo”.

NM: De vez en cuando se le escapa alguna cosa.

MD: Sí, pero la analogía es muy acertada.

Pero además de su imagen, Milei ha conseguido cambiar una mentalidad estatalista.

NM: En Argentina la gente tenía una idea abstracta del Estado y el gran logro de Milei ha sido emparentar al Estado con los políticos. El culto al Estado que existía en la mentalidad de los argentinos se ha roto cuando se ha emparentado con una clase política totalmente desacreditada y llena de ladrones, corruptos y mentirosos. Al unir ambos, la gente ha empezado a rechazar esa mentalidad estatalista.

DM: Se ha empezado a entender que el único que prosperaba era el político y que el único que mantenía su estatus era el burócrata. Lamentablemente, ha habido que llegar al extremo para que la gente haga esta relación.

¿Milei ha generado un fenómeno de recuperación del sentido común?

DM: Sí, ha traído de vuelta el sentido común, pero, al mismo tiempo, nunca antes tanta gente comprendió las ideas básicas de un candidato para abordar el cambio necesario. Nuestro libro pretende profundizar en esas ideas para que la gente entienda el alcance de las reformas que pretende Javier Milei.

Prácticamente desde el primer día, la izquierda se ha echado a la calle para protestar contra los cambios. ¿Están dañando estas protestas la popularidad de Javier Milei?

NM: No, porque son sus enemigos, son los que están perdiendo sus privilegios. Milei ha dicho siempre que no ha venido a cerrar la grieta, sino a profundizarla, y por eso los provoca. Yo diría que incluso disfruta provocando a todos estos lobbies minoritarios feministas, LGTB o indigenistas, y la izquierda está totalmente desconcertada. Además, todos los que se manifiestan en su contra son los que nunca van a votarle. Son zurdos a los que Milei les está recortando todo lo que puede y están desesperados; son un aquelarre, gente que no sabe producir y son parásitos del Estado. Como dice Milei la sociedad se divide entre víctimas y parásitos. La victima es el que trabaja y tiene que pagar impuestos confiscatorios para mantener toda una estructura parasitaria, que Milei está desarticulando con la famosa motosierra, que fue uno de los eslóganes de su campaña. Los índices de popularidad de Milei están disparados y a medida que la economía mejore aumentarán aún más.

MD: Milei según las encuestas ha aumentado en dos puntos su apoyo. Hace poco un joven subía un video en redes sociales sobre una manifestación por la universidad pública, en la que estaban precisamente los que la habían arruinado. El joven se fue a los dos minutos porque se dio cuenta de que lo estaban tratando como a un idiota. Del mismo modo, imagina a un joven judío que acude a alguna de estas manifestaciones por la universidad para verse rodeado de banderas de Palestina, Hamás e Irán. Siempre va a haber un núcleo duro que no va a votar nunca por Milei, pero creo que hay un porcentaje que va a darse cuenta de que les han tomado por tontos. Por ejemplo, con el sindicato CGT, que no convocó ninguna marcha de protesta mientras los salarios se reducían de manera radical en los últimos cuatro años, y ahora ha organizado tres paros en tiempo récord. Están quedando en evidencia y cada vez son más los que se dan cuenta.    

En el plano internacional, Milei ha vuelto a colocar a Argentina como un actor de peso. Hemos visto su discurso en el Foro Económico Mundial, su participación en la CPAC en Estados Unidos, la invitación a acudir al G7, etc. ¿Cómo se ve esto en Argentina?

MD: Creo que en el mundo se está entendiendo más la relevancia e importancia de lo que está haciendo Milei. Vemos que muchos líderes mundiales, desde Giorgia Meloni, que está más cerca ideológicamente, como Macron, que lo es bastante menos, muestran su reconocimiento a Milei. Sin embargo, el líder que se reúne con Elon Musk para discutir sobre inversiones, viene a Argentina y tiene que dar explicaciones sobre cómo se peina, su hermana o sus perros. Lamentablemente, para los argentinos su epopeya aún no ha sido reconocida.

Una clave de la victoria de Milei es la de haber sido capaz de sumar distintas sensibilidades: conservadores, liberales, nacionalistas e incluso personas procedentes del Peronismo. ¿Es realmente así?

NM: Sí, y este libro es un ejemplo de eso. Yo soy un conservador de derechas y Marcelo es un libertario puro. Esa formula existe. En el gobierno, la vicepresidente es una tradicionalista católica y ha habido una convergencia de diferentes sectores. En lo económico prima la ideología libertaria y en lo cultural hay un claro componente conservador, con las alianzas con Abascal, Meloni o Trump. También hay personas que proceden del Peronismo y el radicalismo. Milei no habría podido formar un gobierno sólo con libertarios y ha sido capaz de aunar diferentes voluntades.

MD: Yo discrepo en un sentido, porque el fenómeno Milei no se puede ver como el éxito de los liberales con los conservadores. Porque los libertarios éramos apenas un centenar y nos conocíamos todos, y la derecha conservadora sumaba un 1,5% de los votos. Es ahora, gracias al gobierno de Milei, cuando hay muchos más liberales y conservadores. El merito es de Milei, que ha sido capaz de dar un discurso que ha superado los límites ideológicos. Nuestro libro pretende dar forma política a ese discurso, ser una herramienta para poder debatir contra la izquierda.

¿A dónde va la revolución de Milei? ¿Cuál es vuestro pronóstico?

NM: En mi opinión, en el plano cultural Argentina ha estado inmersa en el wokismo durante los últimos 20 años. Milei está desarmando esta ideología y lo está haciendo de una forma provocativa. En materia económica, Milei va a tratar de llevar al extremo la economía de mercado con el Estado más pequeño posible, en la medida en que se lo permita la política, es decir, en función del apoyo parlamentario que pueda conseguir. En lo económico lo más liberal posible; en lo que se conoce como batalla cultural desarmar el wokismo que ha infectado a la sociedad argentina vendido desde el Estado como política pública.

MD: No tengo ninguna duda de los posibles escenarios y los señalo en el libro. El primero es que la corporación política gane a Milei, porque están dispuestos a hacer cualquier cosa, cualquiera, incluso una locura, para evitar que Milei arruine sus negocios y privilegios. El segundo es que Milei logre aumentar el número de legisladores en 2025, lo que le permitiría acabar con las trabas que ahora le limitan y convertir a Argentina en una potencia mundial.

¿Javier Milei es la última esperanza para Argentina?

NM: Javier Milei es un milagro, si no lo sabemos aprovechar será culpa nuestra. Algo como esto se da una vez cada cien años y para mí es un mérito cuando se le trata de loco. Necesitamos a alguien capaz de tomar medidas drásticas sin importar los costos.

MD: Si Javier Milei logra implementar su programa, Argentina va a volver a ser el mejor país del mundo. Somos supervivientes, hay un hambre de crecimiento descomunal y una materia prima ideal para volver a ser una potencia.

*** Álvaro Peñas y José Papparelli.

Foto: Mídia NINJA.

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