Ya advertía Jean-François Revel, en El conocimiento inútil (1988): «¿No se observa que los periódicos, emisiones, revistas o debates televisivos, las campañas de prensa que agitan las profundidades y originan los más poderosos oleajes, se caracterizan, salvo excepciones, por un contenido informativo cuya pobreza corre parejas con su falsedad? Incluso lo que se llama periodismo de investigación, presentado como ejemplo típico de valentía y de intransigencia, obedece en buena medida a móviles no siempre dictados por el culto desinteresado a la información, aunque ésta fuera auténtica.»
En el presente y concretamente en España, aunque también en otros países, demasiados medios de información y periodistas, lejos de ayudar al público a comprender lo que sucede, se dedican a generar ruido y confusión. Y lo que es peor, se han convertido en agentes promotores de la crispación.
Con José Carlos Rodríguez (periodista), José Antonio Gabelas (profesor de periodismo), Dante Augusto Palma (filósofo) y Javier Benegas (publicista).
Foto: Balázs Kadlicskó