Según se cuenta, las relaciones entre Zapatero y Sánchez han pasado de ser de mutua distancia a interesada colaboración, promovida por el activista Zapatero en pro de la gran causa y siempre compatible con las pequeñas maniobras que hagan más llevadera la sufrida vida de un sacrificado militante socialista. Ahora mismo parece que, con la que está cayendo, Zapatero no ha tenido la oportunidad de echar una mano en la campaña extremeña no fuera a ser que esa mano se agarrase al cuello de Sánchez ya de por sí afectado por presiones difíciles de contener. O sea que, ya se verá, pero puede que Zapatero caiga en una especie de ostracismo que sólo podría ser evitado por los poderes que, en su apoyo, ha ido concitando y que van desde la Venezuela de Maduro a la China de Xi Jinping sin que para mí esté del todo claro si la China, en caso de conflicto, optará por el primero, más sutil, o por el segundo, más útil, al menos por el momento.
Desde el punto de vista de sus adversarios cabe que se hable de una cierta identidad, pero me temo que se trataría de una atribución inadecuada. Yo no imagino a Sánchez sin levantarse ante el paso de la bandera americana, recuérdese su zureo en torno al viejo Biden que, sin duda, pecó de poco atento. Tampoco imagino a Zapatero promoviendo a su hermano, que ignoro si lo tiene, o haciendo a su esposa primera soprano de algún teatro importante, este señor parece menos interesado por su familia, así a primera vista.
Zapatero las mataba callando, era el talante amistoso y sonriente que disfrazaba con bastante eficacia una voluntad homicida con la derecha
Esto último no quiere decir que Zapatero hay hecho voto de pobreza, pero muestra que ha sabido contener sus legítimas, es un decir, ambiciones crematísticas al momento posterior a su abandono del palacio monclovita. Sánchez ha sido un tanto impaciente en este tipo de cuestiones, le ha podido seguramente el afecto, y tal vez haya estropeado un poco su prestigio con estas travesuras.
Que nadie se enfade, pero Zapatero es, sin duda, un político mucho más ideologizado que nuestro actual presidente y en eso podría parecer que Sánchez le ha imitado o ha tomado esa herencia de buena gana, pero también creo que se trata de un error. Recordemos al primer Sánchez, el del gobierno bonito, el de la decencia por bandera, es verdad que está un poco lejos, pero me parece probable que ese sea el Sánchez más auténtico sólo que ha debido estropearse un poco por la extrema dureza de las dificultades políticas que le han afectado.
Hay que reconocer que Sánchez ha tenido poco tino escogiendo a sus colaboradores de primer nivel y en eso Zapatero le saca varias cabezas. ¿Dónde está, por ejemplo, el Alfredo Pérez Rubalcaba de Sánchez? No sé si se trata de mal tino o de pura mala suerte porque hay que ver lo bien que quedaba Ábalos recriminando las corruptelas de don Mariano y mire usted cómo se ha ido hundiendo en el fango, pero no en el retórico fango del que habla siempre que puede su antiguo jefe, sino en el realísimo fango de las celdas carcelarias y la ruina total de lo que en algún momento se pudo tener como su buena fama.
Tampoco le ha ido bien a Sánchez con el sucesor de Ábalos en la cosa del PSOE, resulta que Cerdán parece incluso más truhan que el exministro, ya es mala pata lo de Sánchez. No recuerdo que a Zapatero le pasase nada parecido. ¿Dónde está la fontanera de Zapatero, esa Leire Diez que nos va a dar tantas tardes de gloria? Pero no seamos injustos porque lo de Leire es, a todas luces, un exceso de Cerdán que llegó a meter a esta periodista de investigación, que ya no es militante del PSOE, no lo olvidemos, a hacer de moderadora en debates de alto copete en la sede de Ferraz, a dirigir nada menos que un apasionante enfrentamiento ideológico entre una presidenta del Senado y una exvicepresidenta del Gobierno, ¡qué cosas hacía este Cerdán mientras su santa se escapaba a El Corte Inglés con la tarjeta de la empresa de un amigo del alma!
Zapatero parecía que iba a tener algún problema con unas hijas un poco raritas que se retrataron con los Obama, vestidas de góticas, pero todo ha quedado en un susto y las niñas ya son unas eficaces empresarias que colaboran con su papi en negocios de mucha enjundia que no están al alcance de cualquiera, como por ejemplo llevar cuentas de una empresa gigantesca de telecomunicaciones hábilmente gestionada por el ejército chinesco.
Zapatero y Sánchez han coincidido en sus amores por la democracia venezolana, pero justo es reconocer que ha sido el taimado Zapatero el que ha metido al ingenuo Sánchez en un negocio político tan ruinoso y que ha dado al mundo espectáculos tan escasamente edificantes como el aterrizaje del avión de la señora Delcy, que por manías de la UE tenía prohibido pisar el suelo europeo.
Este ruinoso episodio ha arrastrado al pobre Sánchez por una pendiente resbaladiza que le ha llevado a dar cincuenta y tres millones de euros a una aerolínea de capital venezolano que volaba menos que el famoso Alcotán de la España de Franco. La cosa ha sido tan extravagante que hoy mismo cuando le han preguntado a Sánchez por la ausencia de Zapatero en la campaña extremeña, ¡estos periodistas buscándoles siempre los cinco pies al gato! El todavía presidente ha contestado directamente asegurando que el rescate de la aerolínea contaba con todas las bendiciones legales, o sea que ha acabado alabando la laboriosidad y eficacia de Zapatero cuando se dedica a sus zapatos.
Si continuamos con la comparación no podemos olvidar que Zapatero tuvo un Solbes, que era capaz de aburrir a medio mundo con su elocuencia, mientras que Sánchez tiene una María Jesús que no es que sea la alegría de la huerta, que lo es, sino que lleva todas las contabilidades con esa gracia irrepetible que para sí quisiera más de una tonadillera de campanillas. Amiga de sus amigos, lleva la pobre poniendo la mano en el fuego por alguno que otro que le puede acabar dando un disgusto tremendo, si no lo remedia algún milagro compatible con el socialismo andaluz de la doña.
Zapatero las mataba callando, era el talante amistoso y sonriente que disfrazaba con bastante eficacia una voluntad homicida con la derecha, mientras que el bueno de Sánchez se ha empeñado, tras el agotamiento de su primera y breve etapa dedicada a la seducción, en informar, por lo menos a medio país, que nos ha puesto en la lista negra y en recordar a los catalanes que fueron un poquito revoltosos que él está dispuesto a servirles de alfombra mullida para lo que fuere, pero que para eso tiene que quedarse en la Moncloa. Debe ser una forma moderna de vender naranjas en Valencia o de creer en los prodigios porque hay que ser sacrificado para esperar que Puigdemont le levante el castigo, todavía no se ha dado cuenta de es probable que le diviertan más las genuflexiones petrinas que los imposibles que éste les asegura lacrimoso. Zapatero en esto también lo hizo mejor, organizó la mundial, pero se fue como quien no tiene nada que ver con la cosa. Desengáñense, son dos estilos diferentes, dos éticas distintas, a cuál peor, pero muy personales, sin duda alguna.
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