La politóloga e influencer Gloria Álvarez viene efectuado una gira internacional, para presentar su más reciente libro, “Cómo hablar con un conservador”. Hace unos pocos días lo hizo en la Ciudad de México, en un evento auspiciado por la organización “México Libertario”, de la cual soy secretario general, con gran éxito de público y de ventas. En tal sentido, estos comentarios no son imparciales: Evento y artículo están motivados por la cercanía con las propias posiciones que Gloria Álvarez defiende en su libro.

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Muchísimos son los temas y los autores a revisión en el libro de Gloria. Pero la tesis central es que Liberales/Libertarios no somos iguales que Conservadores y que más nos conviene ir tomando distancia o, al menos, reconocer las profundas diferencias que tenemos. La cercanía entre ambos, de mera oportunidad política en la circunstancia de América Latina, teniendo como formidable adversario al chavismo y al socialismo del siglo XXI y a toda la pléyade de movimientos de izquierda, no debiera ocultarnos tales legitimas diferencias y, en cambio, motivarnos a continuar solos: Únicamente con nuestras propias fuerzas, dejaremos de ser los “tontos útiles” del conservadurismo, en muchas políticas que terminan atentando contra los valores en los que creemos.

Un Liberal/Libertario no puede ser un conservador. Nuestro valor cardinal es la libertad: las libertades de comerciar y trabajar con cualquiera, amar a cualquiera, hacer con su cuerpo lo que quiera, pensar y creer libremente, sin más deuda que las propias convicciones. El Liberal/Libertario puede ser piadoso católico o bien, ateo y homosexual, sin contradicción alguna, porque los libertarios creemos en la libertad de los individuos, no en los grupos. Estamos del lado de la ciencia, del espíritu empresarial, de la creatividad y de la libertad personal.

El Liberal/Libertario puede ser piadoso católico o bien, ateo y homosexual, sin contradicción alguna, porque los libertarios creemos en la libertad de los individuos, no en los grupos

En cambio, los conservadores quieren, tarde o temprano, imponer valores y modelos de vida, utilizando incluso para ello al propio Estado, como haría cualquier socialista. Sus constantes demandas de prohibir tal o cual comportamiento, en realidad son un llamado a más y más Estado. De modo que terminan por abogar por un Estado en constante crecimiento para vigilar las decisiones de individuos y empresas, mientras que nosotros confiamos en los propios ciudadanos para que tomen sus mejores decisiones: Creemos que el modo que tiene cada individuo de arreglar su propia existencia es el mejor, no porque sea el mejor en sí, sino porque es el suyo.

Conservadurismo y liberalismo/libertarismo son distintos. Liberalismo/libertarismo no hay uno, ciertamente. Pero nuestros valores son, en todo momento, la libertad y el rechazo al Estado, no la defensa de tradiciones, el pasado, las creencias religiosas, la autoridad o las soluciones ya probadas y antiguas. El centro de nuestras ideas es, siempre, el respeto a la libertad, a la vida y a la propiedad privada, y que toda ley debe tener sus cimientos sobre éstas. Conservadores e izquierdas, en cambio, son extremos colectivistas y tienden a irrespetar, cuando les conviene y lo necesitan, libertad, vida y propiedad privada.

Adicionalmente, hoy el propio conservadurismo está siendo desplazado y canibalizado, en todo el mundo, por una Nueva Derecha soberbia, ignorarte, ideológica, populista, excluyente con las minorías, poco respetuosa del Estado de Derecho, de las libertades individuales, de la verdad. Entre más lejos de ellos, entonces, mejor para nosotros.

Finalizo señalando que, tras la presentación, me ha tocado presenciar, en redes sociales sobre todo, una proliferación de reseñas ignorantes e insultos “refutando” el libro de Gloria Alvarez, exabruptos que por cierto nunca va acompañados de un trabajo real de difusión y convencimiento: Son “liberales/libertarios conservadores” flojos y muchas veces meramente envidiosos. Al respecto, los ataques de “paleolibertarios conservadores” a Gloria Álvarez, por sus posturas pro aborto y pro LGBTIQ, en particular, en realidad terminan por llevar más público cerca de las posturas de Gloria o, al menos, a interesarse y conocerlas, afortunadamente.

No quiero concluir sin destacar y dar las gracias a los presentadores del libro en México: A Gustavo Villegas @GusVillegas, al diputado Jorge Triana @JTrianaT y, especialmente, a Eduardo Ruiz @Eduardo_Ruice y a Roberto Briones @Ro_Brioneshdz, con quienes platiqué mucho sobre el libro, fui planeando paso a paso el evento, desde su origen, y lo presentaron espléndidamente, como los anteriores. Gracias también al equipo organizador: Alma Islas, Alejandro Vega, Osvaldo Flores, Baruck Sandoval y Jean Carlo Portillo, por su profesionalismo y gran esfuerzo. Gracias, finalmente, al apoyo de los empresarios Rafael Mondragón y Alan Mattiello, del diputado Jorge Triana y de Octavio Catalán para la realización del evento. Y claro: A Gloria, a su proverbial generosidad, a su permanente buena disposición y a su documentada inteligencia.