Llevamos ya unos cuentos años escuchando una retórica cada vez más estridente por parte de los activistas de la catástrofe climática sobre la «amenaza existencial» de la «crisis climática», el «caos climático galopante», los “puntos de no retorno”, etc. En un reciente artículo de opinión, Greta Thunberg afirmaba: «Alrededor de 2030 estaremos en condiciones de desencadenar una reacción en cadena irreversible fuera del control humano que conducirá al fin de nuestra civilización tal y como la conocemos». Los “jóvenes” de Extinction Rebellion no se quedan cortos tampoco: «Se entiende que nos enfrentamos a una emergencia global sin precedentes. Estamos en una situación de vida o muerte de nuestra propia creación». Y luego están los autoproclamados “expertos” hablándonos de los famosos “puntos de no retorno”.

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La desconfianza en los expertos plantea problemas a las sociedades:

La ciencia se convierte en una cuestión de orientación política.

Los expertos se abusan de su función como guías para poderosos grupos de interés.

Los políticos ocultan su responsabilidad tras los científicos.

El debate sobre el clima es especialmente problemático. La comunicación interesada de algunos expertos suscita desconfianza.

Los investigadores que presentan el estado de la ciencia de forma distorsionada y catastrofista rara vez son contradichos en público. El clima se ha convertido en una cuestión política de construcción de identidad y poder que conlleva riesgos sociales y profesionales si se desvía de su objetivo.

Nos cuentan los alarmistas que el punto de no retorno de la capa de hielo de la Antártida Occidental podría haberse superado ya

Una herramienta importante para establecer la agenda son los puntos de no retorno, umbrales teóricos en el sistema climático que se supone describen cambios irreversibles.

Los puntos de no retorno no sólo son una posible amenaza, sino que sirven de argumento para dar prioridad a la cuestión climática y a sus aprovechados desde la política, los medios de comunicación, la ciencia y la sociedad civil.

Estamos ante un tema importante que merece más investigación, pero su base científica es muy frágil.

Martin Claußen, Director Emérito del Instituto Max Planck de Meteorología (MPI-M), el más importante instituto alemán de investigación climática, considera incierta la propia existencia de los puntos de no retorno: «La investigación aún no ha llegado al punto en que podamos hablar de futuros elementos de inflexión generalmente reconocidos», afirmó Claußen.

Jochem Marotzke, actual director del MPI-M, también se mostró escéptico sobre los puntos de no retorno: «Antes de adaptarnos a las no linealidades futuras de los fenómenos climáticos, debemos asegurarnos de que existen», afirma Marotzke. «La experiencia me ha enseñado que cuanto más complejos construimos nuestros modelos, menos visibles se hacen las no linealidades», afirma. Cuanto más realista es el sistema simulado en el ordenador, más estable parece ser.

A la pregunta de cuál es el punto de inflexión que más le preocupa, Jochem Marotzke respondió: «Ninguno».

El predecesor inmediato de Marotzke como director del Instituto Max Planck de Meteología, Lennart Bengtsson, duda fundamentalmente de la existencia de puntos de no retorno climáticos. «Los puntos de no retorno son propiedades de simples sistemas matemáticos no lineales y no necesariamente propiedades del sistema climático real y de la inercia térmica resultante de la enorme masa de hielo oceánico y terrestre», escribe Bengtsson.

En la misma línea, el prestigioso climatólogo Zeke Hausfather afirmó: «Nuestros modelos actuales tienen en cuenta prácticamente todas las principales retroalimentaciones o elementos de inflexión que conocemos. Y en general muestran que la respuesta climática es bastante lineal.
Para una determinada cantidad de CO2 emitida, se obtiene un cierto calentamiento. Desde luego, no vemos grandes sorpresas climáticas en un mundo con 2 grados de calentamiento», afirma Hausfather (Nota: la entrevista que les dejo está en alemán, pero es tan nteresante, que les recomiendo leerla entera. Usen el traductor de su preferencia)

No he citado “negacionistas”, pero eso es irrelevante: pueden acudir al último informe del IPCC y buscar lo que e él se dice sobre los “puntos de no retorno”:

  • «Pruebas insuficientes»
  • «No se puede excluir»
  • «Falta de datos»
  • » Tema desafiante»

Veamos algunos de esos “puntos de no retorno”.

1.- Circulación atlántica: los alarmistas describen un escenario dramático según el cual el sistema se derrumba. La consecuencia: «Los ecosistemas marinos están amenazados de colapso, hay extremos meteorológicos sin precedentes en Europa».

Los alarmistas no mencionan que el informe climático de la ONU muestra una «baja confianza» en la tesis de un debilitamiento ya consumado de la circulación atlántica.

Citas del actual informe climático de la ONU sobre la Circulación Meridional de Oscilación del Atlántico (AMOC):

«En resumen, las reconstrucciones basadas en proxies sugieren que la AMOC fue relativamente estable durante los últimos 8 kyr (confianza media), con un debilitamiento a partir de finales del siglo XIX (confianza media), pero debido a la falta de observaciones directas, la confianza en un declive general de la AMOC durante el siglo XX es baja.»

«Desde mediados de la década de 2000 hasta mediados de la década de 2010, el debilitamiento observado directamente en el AMOC (confianza alta) no puede distinguirse entre la variabilidad a escala decadal o una tendencia a largo plazo (confianza alta).»

«Es muy probable que la Circulación Meridional de Oscilación del Atlántico se debilite durante el siglo XXI para todos los escenarios de emisiones. Mientras que hay una confianza alta en el debilitamiento en el siglo XXI, sólo hay una confianza baja en la magnitud de la tendencia.»

(Nota: La escala de «Confianza» del IPCC se ha revisado, ya que «Confianza baja» sugiere que sólo hay falta de pruebas, pero la suposición es cierta. En realidad, se entiende por «baja confianza» que la incidencia de una tesis es errónea o que los expertos no la tienen muy en cuenta).

2.- Hielo de Groenlandia: «Ya en los próximos 20 años, el sistema amenaza con venirse abajo, condenando a las generaciones futuras a abandonar la mayoría de las ciudades costeras», escribía Rahmstorf en «Spiegel». El Consejo del Clima de la ONU, por su parte, escribe sobre la capa de hielo de Groenlandia: «¿Posible cambio climático brusco? No (confianza alta)». [Nota: La pérdida de hielo en Groenlandia es indiscutiblemente un riesgo importante para el cambio climático, pero se trata de si supone un punto de no retorno catastrófico].

3.- Hielo antártico: Nos cuentan los alarmistas que el punto de no retorno de la capa de hielo de la Antártida Occidental podría haberse superado ya. Probablemente se podría producir entre 1,5 y 2 grados de calentamiento global. El resultado sería un aumento global del nivel del mar de tres metros. Lo mismo dicen sobre la capa de hielo de la Antártida Oriental.

Sin embargo, el informe de la ONU sobre el clima ni siquiera menciona la capa de hielo de la Antártida Oriental (EAIS) en su lista de fenómenos con propiedades teóricas de punto de inflexión.

Sobre EAIS leemos en el informe del IPCC:

«Si el calentamiento supera alrededor de 3°C por encima del nivel preindustrial, se prevé que parte del EAIS se pierda en escalas temporales multimilenarias (confianza baja)».

«Actualmente no está claro si la pérdida de masa del EAIS en las últimas tres décadas ha sido significativa».

En cuanto al Escudo de Hielo de la Antártida Occidental (WAIS, por sus siglas en inglés), el nuevo informe de la ONU sobre el clima señala que el límite de estabilidad podría situarse efectivamente entre 1,5 y 2 grados, pero que los conocimientos al respecto son inciertos y que, no obstante, parte del hielo podría haberse perdido ya de forma irreversible. No hay pruebas suficientes de una pérdida completa de hielo hasta 2 grados de calentamiento; en cualquier caso, tardaría milenios:

«Sin embargo, si el retroceso inestable del WAIS había comenzado, o era inminente, seguía siendo una incertidumbre crítica. Las nuevas publicaciones desde el SROCC no han aclarado sustancialmente esta cuestión». (SROCC = Informe especial sobre el océano y la criosfera en un clima cambiante von 2018).

«…que cierto grado de pérdida irreversible de la capa de hielo de la Antártida Occidental (WAIS) puede haber comenzado ya».

«…un umbral para la inestabilidad de WAIS puede estar cerca de 1,5°C-2°C (confianza media)».

«…las proyecciones coinciden con estudios anteriores en que sólo parte de WAIS se perdería en escalas de tiempo de varios siglos si el calentamiento se mantiene por debajo de 2°C (confianza media). Hay un acuerdo limitado sobre si la desintegración completa ocurriría finalmente a este nivel de calentamiento, pero una confianza media en que esto llevaría milenios.»

«Bajo un calentamiento máximo de alrededor de 2°C-3°C, la pérdida completa o casi completa de la WAIS se proyecta en la mayoría de los estudios después de varios milenios (confianza baja).»

4.- Sobre el permafrost, nos hablan de una «bomba de compost» que desencadena un proceso que se refuerza a sí mismo: «Esto libera grandes cantidades del potentísimo gas de efecto invernadero metano, que alimenta aún más el calentamiento global sin que los humanos podamos hacer nada al respecto». El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU ve posibilidades de cambios bruscos, considera casi seguro un mayor deshielo, pero el alcance es incierto:

«¿Potencial cambio climático brusco? Sí (confianza alta)».

«La pérdida de carbono del permafrost tras su deshielo es irreversible a escalas de tiempo centenarias (confianza alta)».

«Cambio proyectado para el siglo XXI bajo un calentamiento continuado: Disminución prácticamente segura del carbono congelado; baja confianza en el cambio neto de carbono».

5.- El punto de no retorno de la selva amazónica, se superará «si el bosque se tala demasiado y/o las sequías son demasiado graves debido al cambio climático».

Y nos amenazan: «Esto significa una pérdida devastadora de especies animales y vegetales, cambios climáticos regionales, grandes incendios forestales y liberación de CO₂, que alimenta aún más el calentamiento».

El informe de la ONU sobre el clima menciona el riesgo, pero sólo da una «confianza baja» a las pruebas: «La deforestación continuada del Amazonas, combinada con un calentamiento del clima, aumenta la probabilidad de que este ecosistema cruce un punto de no retorno hacia un estado seco durante el siglo XXI (confianza baja)».

6.- El punto de no retorno para los arrecifes de coral, nos dicen que aparentemente ya se ha alcanzado: «Desde 2015, nos encontramos en una mortandad mundial de corales. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) calcula que si el calentamiento global se limita a 1,5 grados centígrados, aún puede salvarse entre el 10% y el 30% de los arrecifes de coral; con dos grados de calentamiento, se perderían prácticamente todos», comentaba no hace mucho uno de los alarmistas de cabecera de la ARD alemana.

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, en cambio, escribe algo diferente:

Con un calentamiento de 1,5 grados, la mayoría de los arrecifes de coral se reducirían (no «se perderían por completo»): «Por ejemplo, se prevé que entre el 70% y el 90% de los arrecifes de coral disminuyan con un nivel de calentamiento de 1,5 °C, y que las pérdidas sean mayores con 2 °C». (Nota: sobre la recuperación de grandes áreas de coral, a pesar del calentamiento de 1,2°C ya experimentado, no dicen mucho).

Termino: aún no tenemos una evaluación realista de cómo nos afectará un clima más cálido y si es «peligroso». No sabemos muy bien cómo influirá el calentamiento en futuros fenómenos meteorológicos extremos. El uso y la explotación de la tierra por parte de los humanos es un problema mucho mayor que el cambio climático para la extinción de especies y la salud de los ecosistemas.

Se nos ha dicho que la ciencia del cambio climático está «asentada». Sin embargo, en la climatología ha existido una tensión entre la búsqueda de un «consenso» científico que respalde la formulación de políticas y la investigación exploratoria que hace avanzar la frontera del conocimiento. La ciencia del clima se caracteriza por una base de conocimientos en rápida evolución y por el desacuerdo entre los expertos. Recuerden: las predicciones sobre el cambio climático del siglo XXI se caracterizan por una gran incertidumbre.

Foto: Geralt.


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