Quien nos abre una puerta cerrada bajo siete llaves también puede cerrárnosla. De hecho, cuando la abre es porque sabe muy bien quién es el que pide paso. Conoce sus obras y milagros, sus pecados, sus deslices, sus debilidades. Es un seguro, la garantía de que una vez en el poder, jamás podrá revolverse contra los que conspiraron para favorecer su ascenso. Hoy en España no hay mejor garantía para alcanzar el poder que tener algo que ocultar. Ni mayor impedimento que un pasado inmaculado.