Las predicciones apocalípticas no son ninguna novedad. La sociedad siempre ha tenido sus profetas del apocalipsis, pero la variedad y cantidad de predicciones pesimistas que en la actualidad se proyectan desde los foros y organismos internacionales, con la colaboración entusiasta y prácticamente acrítica de los medios de información, no tiene precedentes… y podría estar generando gravísimos problemas de salud mental.