Entrevista con Alejandro Peña Esclusa, ingeniero, escritor, analista y consultor político. Pionero de las primeras protestas en su país en contra del régimen chavista, Peña fue encarcelado durante un año en El Helicoide (una prisión tristemente conocida por sus torturas) y a día de hoy sigue siendo un perseguido político. Experto en el Foro de Sao Paulo, ha escrito cuatro libros sobre este tema. El último, “La guerra cultural del Foro de Sao Paulo”, esta teniendo una importante difusión internacional.

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La Guerra Cultural

Acaba de presentar su libro, La batalla cultural del Foro de São Paulo, en Eslovenia.

Sí, el libro se publicó por primera vez en Colombia, en mayo de 2021, y ya ha sido traducido al inglés, portugués e italiano. La edición en esloveno salió el 27 de diciembre, y la idea es seguir publicando en otros idiomas.

El ex primer ministro esloveno, Janez Janša, le acompañó en la presentación y señaló que la izquierda eslovena ha sido apoyada desde Venezuela, es decir, que las actividades del Foro de São Paulo llegan a lugares insospechados.

Así es, Levica, el partido de la extrema izquierda eslovena fue formado por empleados de la embajada de Venezuela en Eslovenia que ahora son diputados. Es el modus operandi del chavismo y del Foro de São Paulo: los maletines de financiación ilegal en Argentina, para Cristina Kichner; la financiación a través de Alba Petróleos a los aliados del chavismo en Centroamérica, como el Frente Farabundo Martí y el Sandinismo; la financiación a Podemos en España y,  según el Pollo Carvajal, al Movimiento 5 Estrellas en Italia, o a Syriza en Grecia. Estos son los casos probados, pero también hay rumores de la financiación ilegal de Manuel Zelaya en Honduras y de otros políticos en Centroamérica.

Así opera el chavismo, comprando conciencias. Puede que muchas elecciones en el continente se hayan ganado fraudulentamente con dinero del petróleo venezolano

En mi anterior libro, El foro de São Paulo: Una amenaza continental, hice un recuento de los embajadores chavistas que habían sido expulsados de sus destinos por inmiscuirse en los asuntos internos de países como Perú, Ecuador, Argentina, México, Brasil, Chile, Colombia… Así opera el chavismo, comprando conciencias. Puede que muchas elecciones en el continente se hayan ganado fraudulentamente con dinero del petróleo venezolano.

Es decir, repiten un modelo que está funcionando.

Así es. La izquierda usa exactamente las mismas estrategias y podemos identificar el mismo patrón de Iberoamérica en otros lugares.  Sus partidos sí tienen conexión permanente y comparten información, y operan como una única organización internacional con una sola patria: el comunismo. Personas como Hugo Morales, Nicolás Maduro o Rafael Correa, tienen mucha más fidelidad al proyecto comunista que a sus pueblos.

Una especie de Komitern.

Sí, es un grupo que logra arrancar la lealtad a la nación porque el marxismo es una cosmovisión,  una religión. Cuando alguien se une a esta religión inmanente, que es lo contrario a trascendente, deja de preocuparse por el bienestar de su nación y no tiene reparos en destruirla, como ha hecho Nicolás Maduro.

En Nicaragua, Ortega ha ganado las elecciones municipales y no ha dejado que la oposición pueda participar. Da la sensación de que una vez que un país cae en las garras del Grupo de Puebla ya no hay escapatoria.

No la hay por la vía electoral, pero sí por la vía democrática y constitucional. El sistema democrático fue pensado bajo unas ciertas condiciones de valores y principios que comparte toda la sociedad. Pero la guerra cultural marxista ha ido precisamente en contra de esos valores y ha generado una juventud que es incapaz de distinguir entre el bien y el mal, y cuando tienes un sistema de valores degradado, la democracia ya no funciona.

Es lo que ha ocurrido en Colombia durante décadas, los partidos pro-guerrilla sacaban unos resultados mínimos. Pero en las circunstancias actuales, las reglas del sistema democrático ya no funcionan y cuando estos partidos llegan al poder destruyen la democracia desde dentro

Por ejemplo, en la época de mis padres Hugo Chávez nunca hubiera podido ser candidato, la sociedad no lo hubiera permitido, e incluso si le hubiesen dejado participar no habría recibido más de un 1-2%. Es lo que ha ocurrido en Colombia durante décadas, los partidos pro-guerrilla sacaban unos resultados mínimos. Pero en las circunstancias actuales, las reglas del sistema democrático ya no funcionan y cuando estos partidos llegan al poder destruyen la democracia desde dentro.

Daniel Ortega ha encarcelado a todos los opositores, comportándose como un dictador, y la Comunidad Internacional no tiene las herramientas, o no las ha desarrollado, para hacer frente a eso. ¿Por qué? Porque la Comunidad Internacional está enferma moralmente.

Entonces, ¿damos por perdidos a estos países?

Sí y no. Llega un momento en el que la guerra cultural marxista se encuentra un obstáculo: valores como la familia, el respeto a los mayores, la cultura de la vida y el trabajo, que todavía perviven con fuerza en la población de Iberoamérica. Por eso aún hay mucho rechazo al aborto, la eutanasia, la ideología de género, el indigenismo o el ecologismo que pinta al ser humano como un parásito. Tenemos un ejemplo en las elecciones del 4 de septiembre en Chile, donde la izquierda sufrió una derrota aplastante en el plebiscito para aprobar una nueva Constitución. Era tan progresista que el pueblo chileno la rechazó masivamente y ahora quieren hacerlo a través de los partidos políticos porque la gente no quiere ese cambio. La izquierda hace lo que le da la gana y piensa que puede mantenerse en el poder porque no hay reacción, pero no es así, la reacción llegará y no va a ser electoral. Es posible que pase algo como lo que sucedió en Europa Oriental con la caída del Muro de Berlín. En este momento la gente no acepta el modelo que propone Gustavo Petro: aborto, legalización de la droga, progresismo, etc.

Sin una justicia independiente no hay democracia, lo acabamos de ver en Brasil. ¿Convocar unas elecciones en esas condiciones, como hizo Bolsonaro, no es perder de antemano?   

La justicia y las autoridades electorales, y sí, se produce un fraude. Además de que Lula fue liberado por razones políticas. En Venezuela desarrollaron una técnica de fraude electoral tan exitosa que la oposición no tiene los medios siquiera para detectarla. En Bolivia la detectaron en 2018 porque había un equipo técnico y el fraude fue demasiado burdo. Yo fui uno de los observadores internacionales en las elecciones colombianas de junio del año pasado y no había capacidad para detectar un fraude moderno: la adulteración del censo electoral, la compra de encuestas o el control del software.

La izquierda ha controlado el relato, la narrativa, las universidades, todas las expresiones artísticas, los medios de comunicación, e incluso hasta hace poco las redes sociales

Sin embargo, para mí el problema principal es que los sectores democráticos, la derecha, no han dado la batalla cultural porque se han concentrado en el desarrollo económico y la defensa de las libertades y del estado de derecho. La izquierda ha controlado el relato, la narrativa, las universidades, todas las expresiones artísticas, los medios de comunicación, e incluso hasta hace poco las redes sociales, como hemos visto con Twitter. En Estados Unidos más del 60% de los profesores universitarios son socialistas mientras que sólo un 10-15% son conservadores. Y eso pasa porque no se ha dado la batalla más importante: la batalla de las ideas.

Una batalla que aún hay muchos que se niegan a dar.

Sí. Los partidos políticos de derecha han ido olvidando la formación de la juventud, el estudio de la filosofía, la doctrina. Todo eso lo fueron abandonando y se convirtieron en partidos clientelares para ganar elecciones. Dejaron de lado lo más importante por puro pragmatismo, y eso explica que, por ejemplo, en Colombia el Partido Conservador apoyase a Gustavo Petro. Por eso he escrito este último libro que es una llamada urgente a retomar el alma de la lucha política, que no es la lucha por el poder, esa es la consecuencia, el alma es la creencia.

¿Qué opina del Foro de Madrid impulsado por VOX? ¿Está siendo útil para hacer frente al Foro de São Paulo?

Lo que hace el Foro de Madrid es necesario, muy útil y acertado, y me parece que está teniendo una intervención extraordinaria. Todas las derechas, a pesar de sus diferencias, deberían integrarse generosamente en este proyecto porque estamos viviendo un momento extremadamente peligroso. El Foro de Madrid defiende sus posiciones de manera muy valiente y hace poco presentó un documento firmado por más de 100 parlamentarios que defendía la institucionalidad del Perú frente a los ataques de cuatro presidentes del Foro de São Paulo: Gustavo Petro, Alberto Fernández Luis Arce y López Obrador.

Hay que dejar las diferencias a un lado para defender nuestra región, nuestra democracia y las libertades

El Foro de Madrid también ha condenado la violencia en Brasil, pero a la vez ha denunciado la doble moral de la izquierda, que justifica la violencia según de donde venga. Creo que están haciendo una labor muy positiva y ojalá este proyecto crezca y tenga éxito. Desgraciadamente hay muchas derechas que no entienden la realidad, como la democracia cristiana en Chile que prefirió apoyar a Gabriel Boric, un comunista, antes que al conservador Kast. No entienden que el Foro de São Paulo es una herramienta de Rusia, de China y del crimen organizado para destruir nuestro continente. Hay que dejar las diferencias a un lado para defender nuestra región, nuestra democracia y las libertades.

Antes mencionó a Podemos y su conocida relación con el chavismo. Sin embargo, el español más importante en el Grupo de Puebla es el expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero. ¿Cuál ha sido su papel?

José Luis Rodríguez Zapatero es una de las personas que más daño ha hecho a los venezolanos. Es corresponsable de la crisis humanitaria de mi país y de los siete millones de venezolanos que han tenido que huir para poder subsistir.

Zapatero aprovechó hipócritamente su condición de expresidente de España para aparentar ser un mediador neutral, pero nunca lo fue y siempre estuvo a favor del chavismo

Zapatero aprovechó hipócritamente su condición de expresidente de España para aparentar ser un mediador neutral, pero nunca lo fue y siempre estuvo a favor del chavismo. Fue mediador entre el régimen y la oposición, en unas mediaciones que sólo sirvieron para que el chavismo ganase tiempo. Fue observador de las diferentes elecciones fraudulentas en Venezuela siempre para avalarlas. Cobró por este papel y luego se convirtió en asesor. Además, como miembro fundador del Grupo de Puebla comparte el directorio de esa organización izquierdista con todos los socios internacionales del chavismo: Evo Morales, Rafael Correa, Lula da Silva, Manuel Zelaya, etc. Se hizo pasar por un mediador neutral cuando era un socialista aliado del chavismo, y la historia lo condenará por lo que le hizo a mi país.

Foto principal, Alejandro Peña Esclusa, ingeniero, escritor, analista y consultor político.


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