El peligro, serio, para España y la libertad es que Pedro Sánchez vea refrendadas las políticas desarrolladas durante sus ocho meses de gobierno: alianza suicida con podemitas y separatistas.

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Hago un llamamiento a los abstencionistas habituales o circunstanciales: es el momento de ir a votar. No se debe perder un sólo voto.

Abstencionistas: esto no son las elecciones al Parlamento europeo, relevantes principalmente para los que se presentan. Aquí nos jugamos cosas esenciales. Esta convocatoria tiene un punto similar a las dramáticas elecciones de 1933 y 1936.

Hay tres opciones de centro derecha y todas suman. No es el momento de las operaciones matemáticas complejas e imprevisibles. Es el momento de la suma de votos en libertad.

Contra el fraticidio.

Es un error monumental que los tres hermanos del centro derecha compitan o se maten entre sí. Es la burda maniobra del PSOE y de sus medios afines.

El adversario es Sánchez, su balance de ocho meses de gobierno, la amenaza de su alianza, ya ensayada, con bilduetarras, separatistas y la extrema izquierda podemita.

Los líderes del centro derecha tienen que ignorar la agenda del presidente Sánchez. No es la agenda de la oposición: la memoria histórica, Franco, la igualdad de género, más burocracia y enchufados, el «diálogo» con los separatistas….

Hay que tener agenda propia. La agenda ganadora son los temas que, los tres partidos de la Nación y la libertad ponen de forma coincidente sobre la mesa: la unidad nacional, la reducción de impuestos, el adelgazamiento del Estado, la regeneración democrática….

El 28-A es una fecha decisiva. No se queden en casa.

Foto: Carlos Delgado


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Guillermo Gortázar
Nací en Vitoria en 1951. Estudios en San Sebastián, Madrid y en La Jolla, California. He sido “político” cuatro años contra el franquismo por las libertades, entre 1972 y 1975. Licenciado en derecho y Dr. en historia. Después de quince años en los que trabajé en banca, enseñanza media y universidad, retorné a la actividad política en 1990: fui diputado en tres legislaturas, hasta mi dimisión en 2001; inmediatamente después, volví a mi plaza de profesor de historia en la Universidad. El cesarismo en el PP y el nulo o escaso debate político terminaron por convencerme que aquello (esto) no terminaría bien. He dedicado buena parte de mi obra reciente a criticar la deriva partitocrática que, a mi juicio, es la base de la crisis política española. Para ampliar estos puntos de vista, publico un blog diario. Sugiero consultar libros y publicaciones en mi página web personal.