No es marxismo cultural. Es bastante más sutil… y peligroso

Este vídeo es el primero de una serie sobre corrección política e ingeniería social que el programa El Quilombo, dirigido por el periodista Luis Balcarce, Jefe de Redacción de Perdiodista Digital, irá produciendo semanalmente. Esta serie contará con la participación de Javier Benegas, Editor Jefe de Disidentia.

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En esta primera entrega, se descubre por qué relacionar las nuevas ideologías tóxicas (ideología de género, feminismo posmoderno, etc.) con el llamado «marxismo cultural» es un error que nos distrae del verdadero peligro.

Se insiste en que el llamado “marxismo cultural” tiene su origen en la Escuela de Frankfurt, una corriente de pensamiento originariamente europea, pero que se hizo popular en la década de 1960 cuando algunos de sus principales exponentes emigraron a los Estados Unidos.

Esta fijación ha permitido que la transcendencia de Suecia, en lo que se refiere a la propagación de la ingeniería social incremental, pasara desapercibida. Lo cierto es que, mientras los integrantes de la Escuela de Frankfurt aún intentaban desarrollar modelos teóricos con los que rescatar partes del pensamiento marxista, los suecos ya habían pasado a la acción.

Todo comenzó en los años 20 del siglo XX, cuando el partido socialdemócrata sueco abandonó los postulados marxistas ortodoxos y diseñó una nueva ruta. La sociedad capitalista debía ser erradicada, pero de forma paulatina, sin violencia y utilizando una nueva vía.


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