La democracia española es una ficción, en tanto que los partidos no ejercen su papel de representación porque, en la práctica, son organizaciones cerradas, de acceso restringido, controladas por dos o tres individuos. El caso más paradigmático quizá sea Podemos, un partido que en realidad es propiedad de un único individuo, Pablo Iglesias, pero lamentablemente ningún partido en España, nuevo o viejo, escapa a esta dinámica de control.
Con todo, lo peor es que este control se proyecta sobre el país, convirtiendo España, no en una nación, sino en un Estado clientelar que los partidos administran pro domo sua. Es decir, a los españoles nos han robado el país y, a cambio, nos imponen un Estado de supuesto bienestar que nos está asfixiando.
El primer paso para recuperar nuestro país, y con éste lo que nos pertenece, es, precisamente, tomar conciencia de cómo los partidos nos están dando gato por liebre.
PODCAST con José Luis González Quirós, filósofo, ensayista y analista político, y Javier Benegas, editor de Disidentia.