Marcin Romanowski es viceministro de Justicia de Polonia desde junio de 2019 y posee el título de doctor en Ciencias Jurídicas. Es licenciado en Derecho por la Facultad de Derecho y Administración de la Universidad Nicolaus Copernicus de Torun y realizó estudios de posgrado en Derecho en la Universidad de Ratisbona (Baviera). También es profesor asociado en el Departamento de Teoría y Filosofía del Derecho de la Facultad de Derecho y Administración de la Universidad Cardenal Stefan Wyszyński de Varsovia.

Marcin Romanowski pertenece a Polska Suwerenna (Polonia Soberana, hasta mayo de este año Solidarna Polska) que desde 2015 ha gobernado Polonia en coalición con Ley y Justicia. Hablamos de la polémica decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) para adoptar el Convenio de Estambul y del nuevo acuerdo de reparto de inmigrantes.

La decisión del TJUE para que el Convenio e Estambul sea adoptado por todos los países de la Unión, ¿no es una violación flagrante de los tratados? ¿Aquí no preocupa el Estado de Derecho?

El régimen general de los tratados para la adopción de acuerdos internacionales, como el Convenio de Estambul, por parte de la UE exige unanimidad en el Consejo de Ministros. Esta norma protege los intereses de los Estados miembros, ya que el sistema de Derecho internacional se basa en la voluntad soberana de los Estados y los tratados interfieren a menudo en las competencias fundamentales de los gobiernos nacionales. Por un lado, el Convenio de Estambul es presentado por las instituciones europeas como un mecanismo destinado a combatir la violencia doméstica. Por otro lado, la realidad demuestra que la intención de sus autores era promover la ideología de género, presentando a la familia natural como el principal motivo de la prevalencia de la violencia doméstica en las sociedades. Esto supone una gran injerencia en los asuntos familiares de todos los Estados miembros. No obstante, el TJUE dictó una decisión sorprendente que permite que los procedimientos de adopción eludan el requisito de unanimidad, haciendo que la voz soberana de los Estados miembros más pequeños quede básicamente desoída.

Polonia está abierta a la migración legal, como demuestra nuestra postura ante la guerra en Ucrania. Hemos acogido a millones de personas que huían de su patria, y no se ha construido ni un solo campo comparable a lo que podemos observar en muchos otros Estados

Polonia ha aprobado leyes contra la violencia doméstica sin ninguna carga ideológica, ¿han funcionado estás leyes? ¿Hay alguna necesidad real de adoptar el Convenio de Estambul?

La ley original contra la violencia doméstica que propusimos fue aprobada por todos los partidos políticos de Polonia. Hemos demostrado que no hay necesidad de aportaciones ideológicas cuando se trata de iniciativas legislativas en asuntos tan delicados como la violencia doméstica. La ley introdujo mecanismos como la orden inmediata de abandonar el hogar por parte del agresor (utilizada en más de 12.000 casos) y ha hecho visible la disminución de la violencia doméstica. Recientemente, el Parlamento aceptó una nueva disposición que amplía la protección a lugares distintos del hogar, como las escuelas a las que asisten los niños o el lugar de trabajo de la víctima. A diferencia del Convenio de Estambul, nuestras propuestas contienen instrumentos reales, tanto jurídicos como prácticos, que requieren una cooperación constante con todas las autoridades implicadas en el proceso, pero sin posturas ideológicas basadas en ideas radicales que amenacen a la familia natural.

Su ministerio ha elaborado un proyecto de ley para la protección de la infancia, ¿en qué consiste?

La protección de la familia es uno de los principales objetivos que perseguimos constantemente en el Ministerio de Justicia y en el partido Polonia Soberana. Como responsable de asuntos de familia en el Ministerio de Justicia, estoy orgulloso de lo que ya hemos conseguido, sabiendo que aún queda mucho por hacer. Además de las leyes contra la violencia, hemos creado una red formada por más de 300 centros de asistencia gestionados por ONG con cargo a un fondo especial creado por el Ministerio de Justicia. Estos centros ofrecen ayuda jurídica y psicológica gratuita a las víctimas de delitos, a sus familiares, parejas y también a los testigos. En la actualidad, trabajamos con varios expertos externos desde 2021 para desarrollar una estrategia nacional de lucha contra la violencia sexual contra los niños. Nuestro objetivo es establecer una sólida red de diferentes niveles: jurídico, práctico y financiero, que proteja a las familias, especialmente a los niños, de cualquier forma de abuso sexual.

¿Qué medidas va a tomar Polonia para hacer frente a esta decisión del TJUE?

Polonia intenta oponerse y bloquear la extendida ideología de la izquierda radical en numerosas propuestas legislativas de la UE. Analizamos detenidamente los procesos en curso y vemos que adoptar modelos carentes de fundamentos morales no contribuye a una sociedad segura y sana. Durante todo el procedimiento relacionado con el Convenio de Estambul, presentamos una posición oficial en la que afirmábamos que la adopción del convenio por parte de la UE no puede llevarse a cabo sin seguir el principio de acuerdo común. Sin embargo, la posición del TJUE permaneció inalterada. Como resultado, nuestra voz de oposición, aunque no aislada, no pudo impedir la adopción del documento con la mayoría requerida en lugar de la unanimidad. La reclamación legal contra la decisión parece tener pocas posibilidades teniendo en cuenta el enfoque que el TJUE representa hacia los Tratados y la legislación de la UE. Por suerte, seguimos siendo soberanos y nuestro Tribunal Constitucional tiene la última palabra en cualquier caso relacionado con el sistema jurídico polaco, y hasta qué punto los acuerdos internacionales pueden interferir en él.

Además de Hungría y Polonia, ni la República Checa, Eslovaquia Letonia, Lituania y Bulgaria han adoptado el Convenio de Estambul dentro de sus propios marcos legales. ¿Va a empezar Bruselas una caza de brujas contra todos estos países?

El hecho de que un grupo tan numeroso de Estados miembros, que no adoptaron este documento, se vean ahora obligados a reconocer los principios de la convención como derecho aplicable de la UE suscita serias preocupaciones sobre las intenciones y las dimensiones éticas de esta situación. Las instituciones de la UE se comportan como si la ley no fuera más que un material fácilmente moldeable para construir los cimientos que más tarde permitirán la aplicación de ideas extremadamente radicales de la izquierda europea. La inclusión de la convención basada en el género en la legislación de la UE, en la que el TJUE tiene un mandato ilimitado para su interpretación y aplicación, plantea la peligrosa posibilidad de que se impongan más restricciones financieras a Estados como Polonia y Hungría.

Polonia tiene elecciones generales en 2023, ¿cree que la Comisión Europea puede usar esta herramienta para presionar aún más en favor del partido de Bruselas, la Plataforma Cívica de Donald Tusk?

Representantes de la Comisión Europea han admitido en varias ocasiones que su objetivo es cambiar el gobierno en Polonia porque, en su opinión, la coalición actual, aunque goza del mandato de un pueblo soberano, no refleja los pactos preimpuestos por funcionarios no elegidos de Bruselas. Llevamos 8 años aplicando una política soberana que ha dado como resultado uno de los países más seguros y de mayor crecimiento de la UE, donde la verdad no cede ante lo políticamente correcto. La vuelta al poder de la Plataforma Cívica (parte del PPE) y de Donald Tusk no servirá para nuestra independencia, y Polonia ya no se opondrá a los intentos de federalización de la Unión. Sin embargo, tengo una profunda fe en que no se llegará a eso. Se están produciendo cambios en muchos países de Europa; los recientes resultados electorales en Italia o las encuestas previas a las próximas elecciones en España muestran un cambio en el sentimiento social en Europa, que puede ayudar a mantener el poder en Polonia a las fuerzas políticas conservadoras.

Si los Estados miembros aceptan está decisión del TJUE, mañana podría tratarse del cambio climático o los “derechos LGTBI”. Además de un arma arrojadiza contra los gobiernos conservadores, ¿no es un paso más hacia un superestado burocrático en el que la soberanía de las naciones es cada vez menos relevante?

Cabe señalar que la Comisión Europea ya intentó aplicar los principios del Convenio de Estambul mediante una directiva, que conseguimos bloquear. Para eludir el resultado, el TJUE cambió las reglas del juego y permitió a la UE adoptar directamente el convenio sin unanimidad. Es evidente que el objetivo no es el interés común de los Estados miembros, sino el de un pequeño grupo que pretende acumular todos los poderes bajo el federalismo.

Respecto a la inmigración ilegal, Polonia y Hungría han rechazado el plan de reparto de inmigrantes de la UE, que prevé el pago de 20.000 euros por cada inmigrante rechazado. Orbán lo ha llamado “abuso” y Morawiecki ha dicho que Polonia no pagara los errores en política de inmigración de otros países. ¿Cómo califica usted esta medida?

La  reubicación es un intento de trasladar la responsabilidad de las decisiones tomadas, por ejemplo, en Berlín. Polonia está abierta a la migración legal, como demuestra nuestra postura ante la guerra en Ucrania. Hemos acogido a millones de personas que huían de su patria, y no se ha construido ni un solo campo comparable a lo que podemos observar en muchos otros Estados. Recordamos bien cuando la mayoría de los refugiados que venían huyendo de la agresión rusa vivieron durante mucho tiempo junto a familias polacas en sus casas. Sin embargo, no vamos a legitimar las decisiones irracionales y la afluencia incontrolada de inmigrantes ilegales llamados “refugiados”. A pesar de que expedimos casi todos los años uno de los mayores números de permisos de residencia a ciudadanos no comunitarios de toda la comunidad, Polonia tiene uno de los índices de delincuencia más bajos. Todo el mundo se siente seguro, independientemente de su ubicación o de la hora del día, y eso es gracias a nuestra coherencia a la hora de poner nuestra integridad territorial por encima de la agenda ideológica promovida en Bruselas.

Foto: Jacek Dylag.

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