La intervención en la Tribuna del Congreso de esta mañana, sin papeles, de Pablo Casado demuestra que estamos ante un líder con hechuras.
Su mayor mérito: ser el primer líder de la derecha, después de Fraga, que no debe su posición al dedo divino, ni de Aznar ni de Rajoy. Ganó unas primarias pensadas por Maillo para consolidar otros cuatro años más a Rajoy. Esta es la cara.
La cruz: estar flanqueado por Cs y por VOX en las generales y tener el enemigo en casa. Políticos del PP que nunca musitaron una crítica a la inutilidad de Rajoy, se permiten ahora afilar los cuchillos a la espera de unas elecciones andaluzas más propias de Arenas (Moreno es criatura de Arenas-Soralla) que de Casado.