El coronavirus ha acelerado la Historia. Los avances tecnológicos en materia de vigilancia se suceden a una velocidad vertiginosa. Medios y sistemas que hace tan sólo diez años parecían ciencia ficción, resultan obsoletos en comparación con los que ahora están disponibles. Y los gobiernos, también los democráticos, parecen decididos a emplearlos, si es preciso, devaluando los tradicionales controles y contrapesos del poder………