La primera oleada del coronavirus, aquella que originariamente, decían, sólo tendría los efectos de una vulgar gripe, dejó a la vista las enormes ineficiencias de nuestra Administración, la realidad de una sanidad que no era ciertamente la mejor del mundo y también la incompetencia de un gobierno que pretendió, cuando ya era demasiado tarde, minimizar el desastre mediante la centralización del poder, el ordeno y mando y el confinamiento de todo el país.
Así, tras decenas de miles de muertos, sin que se viera un solo cadáver, un solo ataúd, un solo funeral, y con un hundimiento de la economía sin parangón, el presidente anunció solemnemente y con honda satisfacción que “habíamos vencido al virus”.
Sin embargo, no ha sido así, ni mucho menos. Lo cierto es que se ha producido una segunda oleada de contagios que si bien, por la experiencia acumulada por los profesionales de la sanidad, no está siendo tan letal, sí está generando un caos, un destrozo económico añadido y un desconcierto muy superiores, de nuevo, a los de la mayoría de países. Es como si a nivel político y administrativo no hubiéramos aprendido nada. Y la epidemia no fuera ya ni siquiera un problema a superar, sino una nueva arma arrojadiza en la contienda política y la lucha por el poder.
En este programa, analizamos a fondo todos estos sucesos, despropósitos y errores, y apuntamos algunas serias advertencias, para ver si es posible que tomen conciencia nuestros políticos de la gravedad de la situación y hacen algo que vaya más allá de convertir esta epidemia en una lucha descarnada por el poder.
Con Javier Benegas (periodista) y Pablo Losada (ingeniero y uno de los analistas de referencia de esta crisis sanitaria).
Foto: Engin Akyurt