Ryszard Henryk Czarnecki es licenciado en Historia por la Universidad de Wroclaw, Doctor Honoris Causa por la Universidad de Erevan y autor de seis libros. Fue ministro de Asuntos Europeos, ministro sin Cartera y viceministro de Cultura y Arte de Polonia. Desde 2004 es diputado al Parlamento Europeo, y desde 2008 pertenece a Ley y Justicia, en el grupo de Conservadores y Reformistas (ECR). También es vicepresidente de la Asamblea Parlamentaria Euronest, así como del foro interparlamentario con los parlamentos nacionales de Ucrania, Moldavia, Bielorrusia, Armenia, Azerbaiyán y Georgia.
Como eurodiputado habrá oído muchas veces en la UE que Polonia vulneraba el Estado de Derecho. El gobierno de Donald Tusk ha empleado a la policía contra medios de comunicación y detenido a políticos opositores, y, sin embargo, es recompensado con fondos europeos. ¿Cómo puede justificar la Comisión Europea un doble rasero tan flagrante?
El doble rasero es el emblema de la UE. Hay una clara línea política en la que no hay respeto ni tolerancia para los enemigos de la democracia, entendiendo la democracia desde el punto de vista de Bruselas, y en la que, por el contrario, se hace la vista gorda a la intolerancia y falta de libertad ejercida por los aliados de Bruselas. Es todo un ejemplo de la hipocresía de Bruselas. No es Ursula Von der Leyen quien gobierna la UE, lo hace la hipocresía. Así ha sido también durante la presidencia de José Manuel Durão Barroso y la de Jean-Claude Juncker.
Entonces, para la UE todo lo que esta pasando en Polonia es correcto.
La primera reacción fue señalar que no sabían lo que estaba pasando y que era necesario esperar. Sin embargo, apenas pasaron unos días y la Comisión dio su bendición al gobierno de Donald Tusk como un paso adelante en nombre del progreso. La violencia empleada contra los medios de comunicación públicos en Polonia ha recibido un fuerte aplauso.
¿Qué se puede hacer frente a esta hipocresía?
Lo que podemos hacer es mostrar estos ataques contra la libertad a nuestros ciudadanos empleando las distintas plataformas a nuestra disposición. La televisión sigue siendo muy popular, pero mucho menos que hace 5 o 10 años, y ahora hay un papel mucho mayor de internet y las redes sociales, especialmente para los jóvenes. Por eso, es absolutamente crucial que nos centremos en esos medios.
¿Qué opina del conflicto ucraniano del grano y cree posible una solución satisfactoria para todas las partes?
Esta es una situación que afecta no sólo a los granjeros polacos, sino también a eslovacos, húngaros, rumanos o búlgaros. Los agricultores tienen dificultades por la exportación del grano ucraniano y no es Rusia la que paga por eso, sino Polonia, Eslovaquia, Hungría, Rumania y Bulgaria, y eso es inaceptable. Rusia exporta grano a mercados tradicionales para Ucrania como Egipto y otros, y no tenemos mucho margen de maniobra en esto, pero no podemos aceptar que nuestros granjeros sean perdedores, no sólo por razones económicas o morales, también por razones geopolíticas. El mejor regalo para Putin es que los políticos europeos ignoren los problemas del sector agrario en nuestra región y en toda Europa, porque lo que genera es una reacción de rechazo, de ira, contra Ucrania.
Debemos encontrar una solución que tenga en cuenta a los agricultores, no basta con decirles que no se manifiesten y vuelvan a sus casas. En Polonia, en varias ciudades gobernadas por el partido del señor Tusk, Plataforma Cívica, han prohibido el acceso a los tractores de los granjeros. Es curioso que un partido que se hace llamar “cívico”, cierre las ciudades a los ciudadanos del campo. Este es otro buen ejemplo de hipocresía, pero a un nivel nacional.
Respecto a la invasión Ucrania, Polonia, los países bálticos y otros advirtieron desde el principio la necesidad de detener a Rusia. Ahora Francia parece haberse dado cuenta también. ¿Está Europa a tiempo de hacer frente a la amenaza rusa y apoyar eficazmente, como ha hecho Polonia, a Ucrania?
Es típico que Francia no se despierte por la anexión de Crimea o la injustificada agresión contra Ucrania, sino porque los rusos, los miembros de Wagner, han entrado en la zona de influencia francesa en Mali y en África Central. Francia ha visto lo que esta haciendo Rusia en África y ha cambiado su retórica y táctica política, aunque creo que esto sólo va a ser temporal.
La situación en Ucrania es mala en este momento. Por un lado, porque las sociedades occidentales y sus políticos se están cansando de la guerra, y están menos interesados en lo que ocurre en el este de Europa por el conflicto en Gaza, que ha sido un gran regalo para Putin. Por otro lado, los problemas internos de Ucrania: los casos de corrupción, que son munición para Putin y que son muy difundidos por los medios occidentales; la dificultad en el reclutamiento, por el cansancio de la sociedad y que muchos jóvenes no quieren ir a la guerra; y los enfrentamientos en los círculos de poder, como el ocurrido entre el presidente Zelensky y el exjefe del ejercito Zaluzhnyi.
Por todo esto no puedo estar de acuerdo con las afirmaciones de los medios de izquierda, y también algunos conservadores, de que una guerra larga es buena para Ucrania, lo es para Rusia. Este es el momento de la última llamada para la ayuda militar a Ucrania. Europa prometió cazas hace un año y los primeros no llegaran hasta el verano, es un pésimo ejemplo de colaboración. Occidente habla mucho, pero no ofrece la suficiente ayuda militar. Es como cuando Alemania envío cascos de bomberos, es una broma de mal gusto mientras los ucranianos mueren en el frente.
¿El gobierno de Tusk ha hecho algo, aparte de declaraciones de apoyo, desde que está en el poder?
El señor Tusk es el maestro de la oratoria, pero ahora es el momento de un apoyo real y concreto, no el de largos discursos y elevada retorica. Es momento de decisiones de Estado, no el de crear políticas a muy corto plazo.
¿Cree que Donald Trump va en serio cuando habla de cortar toda ayuda a Ucrania para acabar la guerra?
A pesar de lo que ahora nos repiten los medios, cuando Donald Trump fue presidente su política hacia Rusia fue efectiva y no fue favorable a Putin, sino muy escéptica. El estereotipo de que Biden es contrario a Rusia y Trump está a favor de Rusia no es cierto. Recuerdo la cumbre entre Estados Unidos y Rusia en Ginebra, en el verano de 2021, donde Biden colapsó y Putin fue el claro vencedor. También recuerdo que Biden decía hacia unos meses que había que negociar con Rusia. No es una película en blanco y negro.
No obstante, creo que Estados Unidos va a centrar cada vez más su atención en China y Asia, y esto no es bueno para Europa. Para Washington es también más importante Oriente Medio que Ucrania, como hemos visto en el Congreso.
En las próximas elecciones europeas se espera un importante ascenso de las fuerzas conservadoras. ¿Puede la derecha salvar a la UE de sí misma?
Soy eurodiputado desde 2004, desde que Polonia entró en la UE, y estas elecciones son las más importantes desde 1979 cuando, por primera vez, el Parlamento Europeo fue elegido directamente por los votantes y no por los parlamentos nacionales. Tenemos la gran oportunidad de girar a la derecha. Estoy seguro de que el nuevo Parlamento Europeo será más conservador, más abierto a los valores tradicionales, más realista ante la política de migración y más escéptico al pacto verde y a la demencial política climática. Tenemos la posibilidad de crear un gran grupo político y podemos esperar unos 200 eurodiputados de partidos euro-realistas y euroescépticos. No da para alcanzar la mayoría, pero sí para crear una minoría con la capacidad de bloquear las decisiones importantes, por ejemplo, en asuntos como la migración o el pacto verde.
Antes de las elecciones europeas, hay elecciones locales en abril en Polonia. ¿Espera Ley y Justicia mejores resultados en ambas elecciones?
Francamente, no soy diplomático, y creo que en las elecciones locales del 7 de abril nos va a ser difícil ganar. Sin embargo, creo que tenemos muchas más posibilidades en las elecciones europeas, porque muchos votantes de la coalición en el gobierno están muy desencantados. Las 100 promesas hechas por Donald Tusk, su lista de deseos, no han sido más que mentiras y prácticamente no han cumplido nada. Así que espero que, a pesar de nuestra derrota política, pero no matemática, en las generales del año pasado, podamos conseguir la victoria como muchos otros partidos europeos de derechas. Lo conseguiremos si nuestros votantes se movilizan, por eso es importante que entiendan que estas elecciones pueden significar un giro a la derecha y un cambio en las políticas europeas.
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