Es lógico hasta cierto punto que algunas personas perciban los toques de queda como un complemento a su seguridad, y que tiendan a calificar de egoístas e irresponsables a los que se oponen, pero también puede ser al revés, que para preservar el espejismo de su seguridad estén apoyando una reclusión costosa e inútil. Porque lo cierto es que, hasta ahora, no hay evidencia convincente de que los toques de queda ralenticen la propagación del COVID-19…..
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