Joachim Paul es diputado de Renania-Palatinado desde 2016 y portavoz de Educación y Digitalización. Fue miembro del comité ejecutivo federal de la AfD de 2019 a 2022. Lleva muchos años apoyando a las minorías alemanas en Europa Central y Oriental y escribe regularmente para la revista “Freilich” (Austria) y el semanario “Junge Freiheit” (Berlín).

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Joachim Paul
Joachim Paul.

¿Por qué debe un conservador alemán votar a la AfD?

Porque somos el único partido que lucha políticamente contra la inmigración masiva en Alemania y somos la primera elección de todos aquellos que se sienten extranjeros en su propio país. Nuestras ciudades están cambiando radicalmente en la dirección del caos, el multiculturalismo y la violencia contra los alemanes autóctonos. Todos los demás partidos no quieren cambiar la política de Merkel de fronteras abiertas y cada mes llega a Alemania un número de inmigrantes igual al de los habitantes de una gran ciudad, provocando graves tensiones.

Las políticas radicales y dogmáticas de los Verdes están haciendo que muchos alemanes de Alemania Occidental apoyen a la AfD porque temen que su nivel de vida va a empeorar

Pero esta no es la única razón por la que cada vez más conservadores votan a la AfD. Los partidos que se denominan “democratacristianos” no tienen ningún problema con las ideas de la izquierda Verde, un partido de izquierda radical que alberga elementos muy extremistas, y, por ejemplo, no hacen frente a la ideología de género. De hecho, la CDU y la CSU están muy cómodos formando gobiernos en los Lander con los Verdes y no tendrían inconveniente en hacerlo a un nivel federal.

En las últimas encuestas la AfD se sitúa como segunda fuerza política de Alemania, con un 20% de intención de voto y por encima de los socialdemócratas. ¿A qué se debe este crecimiento?

Básicamente, se debe a varios hechos que se han desarrollado al mismo tiempo. Por un lado, la inmigración masiva empeora mes a mes y la gente está cada vez más harta de estas políticas. Son muchos los que acuden a nosotros porque ya no quieren estas políticas y ahora ven que fue un enorme error abrir las fronteras en 2015, y quieren que esto cambie de inmediato. Por otro lado, los Verdes en el Gobierno quieren transformar la vida económica alemana y quieren obligar a la gente corriente a cambiar su calefacción, lo que implica unos gastos enormes para los contribuyentes. La convergencia de estos dos factores ha impulsado el apoyo a la AfD.

En las elecciones en Baja Sajonia, la AfD superó la barrera del 10%. ¿Demuestra este resultado que la AfD no es sólo un partido importante en Alemania Oriental?

Si, se está produciendo un cambio en este sentido. Las políticas radicales y dogmáticas de los Verdes están haciendo que muchos alemanes de Alemania Occidental apoyen a la AfD porque temen que su nivel de vida va a empeorar. Son muchos los que creen que esta transformación, esta transformación socialista, de la vida económica alemana dañará a la industria y provocará una desindustrialización.

¿Sabe de dónde proceden estos nuevos votantes? ¿A qué partidos votaban anteriormente?

Los nuevos votantes de la AfD proceden de casi todos los partidos, sobre todo del SPD, la CDU y el FVP, y también se trata de nuevos votantes.

¿Cuál es su posición sobre la invasión rusa de Ucrania? Algunos medios han señalado a la AfD como un “partido del Kremlin”.

En realidad, no somos un “partido del Kremlin”, somos un partido para el que los alemanes son lo primero. Para la AfD la cuestión es si está guerra está dañando los intereses alemanes o no, creemos que sí y por esa razón queremos una solución pacífica lo antes posible. Además, también está el hecho de que nuestras fuerzas armadas están en un estado deplorable. Por supuesto, condenamos a Rusia por haber invadido Ucrania, pero queremos la paz porque eso es lo que más conviene a los intereses alemanes.

En Alemania existe un “cordón sanitario” del resto de partidos contra la AfD. Sin embargo, lo ocurrido en Suecia, Italia o Finlandia muestra un claro cambio de tendencia en Europa. ¿Cree posible el fin del “cordón sanitario” en Alemania?

Sí, lo creo. Lo cierto es que el líder actual de la CDU, Friedrich Merz, ha prohibido que la CDU colabore de algún modo con la AfD, pero creo que no va a permanecer demasiado en el cargo y que uno de sus sucesores podría considerar la colaboración con la AfD en los próximos años. La CDU no ha dicho aún la última palabra.

Respecto a lo que ocurre en Europa, creo que todos los partidos conservadores deben cooperar más para conseguir estar presentes en sus gobiernos nacionales y establecer una política eficaz contra la inmigración masiva. No es suficiente con cerrar y proteger fronteras, es necesario establecer en toda Europa una política de re-inmigración. La situación no va a cambiar sólo por cerrar las fronteras, hay que desarrollar una política de re-inmigración y devolver a sus países de origen a todos aquellos que no se adapten a nuestra cultura y forma de vida. Es una tarea urgente.

En los últimos años la AfD  ha sido, con mucha diferencia, el partido que más ha sufrido la violencia de la extrema izquierda, ¿ha mejorado la situación?

Desafortunadamente no. La situación no ha cambiado en absoluto y seguimos sufriendo mucha violencia, no sólo contra los dirigentes, sino también contra miembros ordinarios del partido. Esta violencia está bien dirigida por la extrema izquierda y bien financiada con dinero de los gobiernos federales y del gobierno alemán a través de ONGs y organizaciones de izquierda, que son los que financian directamente a los violentos.

¿Y la justicia? ¿Cómo actúa la justicia alemana ante los violentos?

Nuestra justicia actúa con mucha lentitud y tolerancia con los extremistas de izquierda. Si consideras la gravedad de sus crímenes, las sentencias son casi ridículas. Por ejemplo, las sentencias por intento de asesinato o por dejar minusválido a un miembro de AfD no superan los cinco años de cárcel. Esto genera una sensación de impunidad y no permite el fin de la violencia.

Foto principal: Ansgar Scheffold.

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