El debate sobre la identidad sexual hace tiempo que no es racional; mucho menos científico. Así, no es de extrañar que la cuestión de la transexualidad se haya cerrado en falso con una mala ley y, como es costumbre, con la división entre buenos y malos, entre almas bellas y tránsfobos. El miedo a no ser lo suficientemente inclusivo o, peor aún, pasar por transfóbico, ha primado sobre el análisis científico y la consideración cuidadosa del futuro de los jóvenes.
PODCAST Con Vidal Arranz, perdiodista, y Javier Benegas, editor de Disidentia.