Francesco Paolo Capone es sindicalista y secretario general de la UGL (Unión General del Trabajo) desde 2015. En 1982 participó en la misión “Líbano 2” en Beirut como suboficial paracaidista del Batallón San Marco. Después de abandonar el ejército fue empleado bancario y empezó en el sindicalismo, llegando a ser secretario provincial del sindicato CISNAL en 1987. Cuando CISNAL se transformó en UGL, en 1997, se convirtió en gerente de la oficina de formación de cuadros. Capone fue elegido Secretario general de la UGL en octubre de 2014 y ha revalidado su puesto en los distintos congresos celebrados por el sindicato.
¿En qué se diferencia UGL de los sindicatos de clase?
La UGL, que tiene 73 años y unos 2 millones de afiliados, es formalmente una confederación sindical como cualquier otra. Agrupa a sindicatos de las distintas categorías (metalúrgicos, químicos, etc.), tiene estructuras territoriales y participa en la elección de los representantes sindicales en los centros de trabajo. Pero, a diferencia de las otras 3 grandes confederaciones, persigue la superación definitiva de la concepción política de clase social y sus consecuencias ideológicas y la corresponsabilidad de los trabajadores en las decisiones de la empresa.
A diferencia de lo que se ha predicado durante años, estamos en una fase en la que primero es necesario producir riqueza, calidad, investigación, integración, valor; y sólo después consumir
La UGL reconoce la centralidad y la dignidad de la persona. ¿Podría ampliar este concepto y su significado?
En todo el mundo, el trabajo ha perdido su centralidad: las finanzas, las rentas inmobiliarias y de la tierra, y el consumo han constituido los frágiles cimientos de un sistema económico insostenible que, con el tiempo, ha creado graves injusticias. Es necesario, pues, un cambio de mentalidad. O, para decirlo mejor, es necesaria una verdadera y propia reconversión: recuperar la centralidad de la persona que trabaja. Esto significa una cosa precisa: a diferencia de lo que se ha predicado durante años, estamos en una fase en la que primero es necesario producir riqueza, calidad, investigación, integración, valor; y sólo después consumir. Una fase en la que las finanzas deben recuperar su función social (y no especulativa): ser una herramienta para construir el futuro. Para alcanzar este punto de inflexión -que debe implicar tanto a los corazones como a la cabeza- es necesario, sin embargo, volver a pensar que el trabajo nunca puede reducirse únicamente a la dimensión instrumental (aunque sea un componente esencial). En una sociedad avanzada, el trabajo debe entenderse más bien en su amplitud antropológica, es decir, la vía para la plena expresión de las capacidades humanas.
UGL es la tercera confederación sindical en afiliados después de la CGIL y la CISL. ¿Existen canales de comunicación con estos sindicatos en temas que afecten a los trabajadores o pesa más el carácter ideológico y partidario?
En la comunicación oficial, la CGIL, la CISL y la UIL se esfuerzan por mostrar un cierre total a la UGL y la voluntad de no mantener contactos ni relaciones. Esta es su posición ideológica. En realidad, la UGL se sienta al lado de la CGIL, la CISL y la UIL siempre que el gobierno se enfrenta a los sindicatos. En muchos conflictos empresariales, la UGL, la CGIL, la CISL y la UIL actúan juntas de forma coordinada.
En países como España, los sindicatos de clase dependen de las subvenciones del Estado, no de sus afiliados. ¿Se aproxima el fin del sindicalismo de clase? ¿Podría la UGL convertirse en el sindicato mayoritario en Italia?
La UGL está financiada íntegramente por los trabajadores con el 1% de sus salarios. En Italia casi siempre ha gobernado el centro-izquierda y ha facilitado y financiado a los sindicatos de referencia en todos los sentidos, nunca nos hemos beneficiado de prebendas estatales. Me pregunta si la UGL podría convertirse en el sindicato mayoritario en Italia. ¿Quién sabe? No pongamos límites al futuro. Por ahora nos contentamos con registrar un aumento significativo y constante del número de nuestros afiliados mientras los demás sindicatos se quejan de descensos.
Sólo los ricos pueden permitirse el lujo de no tener patria. ¿Está de acuerdo?
De hecho, muchas personas adineradas de Italia votan a partidos internacionalistas de izquierdas. A estas alturas, elección tras elección, los partidos de izquierda sólo tienen éxito en los barrios acomodados de las ciudades.
¿Ha mejorado la situación económica de los trabajadores italianos con la llegada del nuevo gobierno? ¿Hay buena disposición para llegar a acuerdos con los sindicatos?
El nuevo gobierno sólo lleva 6 meses en el poder y ha heredado una situación terrible, incluso después de la pandemia, y una de las deudas públicas más altas del mundo. No obstante, está enviando señales positivas a los trabajadores. Por ejemplo, el 11 de abril el Gobierno aprobó un recorte de 3.000 millones de euros en la cuña fiscal para los trabajadores de rentas bajas y medias. Los sindicatos son convocados y escuchados regularmente. Pero los sindicatos de izquierda adoptan una posición ideológica y culpan a este Gobierno de todo aquello ante lo que hacían la vista gorda cuando gobernaban sus amigos.
La UGL ha firmado con el sindicato MOSZ húngaro y con Solidaridad de España el manifiesto 30M. ¿Cuáles son los puntos principales del manifiesto? ¿Qué importancia tiene la colaboración entre organizaciones afines?
Con el sindicato húngaro MOSZ y Solidaridad España, pero también con Union Blue en el Reino Unido y Meridian en Rumanía, mantenemos una excelente colaboración que deriva de un sentimiento común. El Manifiesto que firmamos en Bruselas tiene muchos puntos. Los compartimos todos, especialmente el NO a la lucha de clases que queremos superar con la participación de los trabajadores en la gestión de las empresas y la defensa de una vida digna con un salario, estabilidad y condiciones laborales que permitan una vivienda digna, una familia y una pensión adecuada.
En Italia no ha sido así, pero ¿no cree que en general los partidos patrióticos y conservadores no se han preocupado por la lucha sindical y han dejado ese campo en manos de la izquierda?
Los partidos patrióticos y conservadores de algunos países nacieron con una vaga idea liberal. Sólo más tarde se dieron cuenta de que -como decíamos antes- los ricos se sienten representados por los internacionalistas liberales y que, en cambio, sus votantes son en su mayoría trabajadores asalariados. Y están tomando medidas: En España VOX ha favorecido el nacimiento de Solidaridad, en el Reino Unido el Partido Conservador ha promovido Union Blue, en Hungría MOSZ está muy cerca de Orbàn, en Rumanía Meridian tiene excelentes relaciones con AUR. Ahora en Portugal CHEGA planea una unión. Lo mismo está haciendo el Rassemblement National en Francia. Me parece que vamos por buen camino.
Foto: Jon Tyson.
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