La renovación que ha hecho Pablo Casado del PP confirma el análisis de tapón generacional que inició Aznar y continuó Rajoy.
Titulé «La derecha espasmódica» en un artículo un mes antes de la inesperada elección de Casado como nuevo líder en sustitución del indolente Rajoy.
Activos y pasivos de la renovación.
El activo
Es una buena noticia que Casado lamine el 80 % del rajoyismo. Es una de las iniciativas necesarias para enviar un mensaje de rechazo de lo anterior.
Si había alguna posibilidad de recuperar voto de los jóvenes, ni Rajoy ni Soraya eran opciones válidas. Menos mal que han desaparecido.
De los 183 diputados aplaudidores de Rajoy en el pleno del Congreso en el que Rajoy tenía que haber dimitido el 1 de agosto de 2013, («Luis, sé fuerte») apenas veinte continuarán de diputados. ¡Vaya inteligencia y madera de conservadores del propio escaño!
En el Reino Unido, por salvar su elección en sus distritos, los miembros del Parlamento echaron a Margareth Thatcher. Aquí, por el contrario, aplaudieron al presidente Mariano Rajoy enfebrecidamente, como en los tiempos de los procuradores en Cortes.
Resultado de aquel pleno: perder un tercio de los votos, de los diputados y crecimiento espectacular de Cs. y VOX en detrimento del PP. Un éxito.
A la vista del panorama, me dí de baja discretamente del partido de Rajoy, Cospedal y Soraya.
Ahora el pasivo
Los diputados despedidos contra su voluntad van a ser una máquina de poner palos a las ruedas de Casado.
El envío de paracaidistas de número uno en provincias muy pobladas y sensibles a la representación, causa desafección. No es el caso en las provincias vascas (todos son ciudadanos residentes en ellas) pero sí en Barcelona y en otras.
En algún momento el PP tendrá que dar lecciones de democracia interna, apostar por primarias y dejar el «dedazo» como algo propio del pasado.
Es necesario un programa breve, claro (que no se ve ante la multitud de discursos) y sin errores de bulto. Quince propuestas de reformas haciendo hincapié en una idea principal. Todos los días un martillazo sobre el mismo clavo, en la misma idea.
La apelación al voto útil no puede ser objeto del discurso del líder: es una muestra de debilidad. Para decir algo tan poco democrático ya están decenas de periodistas adictos en las tertulias.
Quedan por ver los números dos.
Queda por ver claridad y precisión en las propuestas de reformas.
Foto: PP Madrid