Una de las mejores cosas que el punk me enseñó, fue: “Cuestiónate todo en la vida”. Y ese dictado lo he seguido, concienzudamente, todos los días.
Hasta que un buen día reparé en que si bien, ya había intentado cuestionarme todo lo que me era posible, aún me faltaba lo más difícil, lo esencial: Me faltaba preguntarme por esa experiencia que había puesto las bases de todo aquello que ahora es mi vida, y que era hasta ese momento “incuestionable”. Así, aún debía preguntarme: ¿qué es el Punk y cuál es su significado profundo? Esa pregunta me dio la oportunidad de analizar más a fondo estas cuestiones desde una posición libertaria y objetivista. Y me di a la tarea de hacer un análisis más completo e intentar establecer una relación directa del punk con el liberalismo, a fin de romper con algunos clichés impuestos por los socialistas, los cuales, sabemos, toman logros ajenos a su ideología para ponerles un sello de patente y exclusividad.
Decía, pues: ¿Qué es el Punk? Para responder esta pregunta tenemos que entender lo que pasaba en Inglaterra en los años 70.
Para 1976, el entonces Primer Ministro laborista James Callaghan (con una cuestionable carrera política, sobre todo en su anterior cargo de ministro de Hacienda, responsable de la devaluación de la libra esterlina en 1967, y también como ministro del Interior, con una mano muy dura en Irlanda, reprimiendo las primeras manifestaciones pro derechos civiles), decide fortalecer más a los sindicatos dentro del consenso keynesiano y, para lograrlo, aplicó un fuerte intervencionismo de la economía, con impuestos por arriba del 75%, al tiempo que buscaba la intervención del FMI para evitar que Inglaterra se cayera a pedazos.
En las calles londinenses aparecieron jóvenes que estaban hartos de vivir en esa situación de represión y control, de una alta inflación y de desempleo que los obligaba a comer poco y cada vez menos saludablemente. Estos jóvenes crecieron hartos de escuchar las recetas de los hippies, eso de que el amor todo lo podía, con flores, sexo y LSD
Durante esos años, el país estaba en una profunda crisis, el desempleo aumentó y los ingleses no tenían dinero suficiente para consumir. Así, la atmósfera social y económica del Reino Unido era de un declive lento, pero constante, con una economía plagada de inflación y con crecientes e interminables huelgas de trabajadores en el sector primario, como los mineros, que demandaban mejores pagos por parte del gobierno. La gestión de Callaghan fue el llamado largo invierno del descontento, con un país prácticamente paralizado.
En correspondencia, las escuelas estaban entonces en su mayoría controladas por el Estado y existía, entre la sociedad inglesa, un represivo ambiente en contra de la libertad. Por esos años, los británicos también cada vez más se concentraba en las calles, ya que las huelgas eran cada vez mayores y más dilatadas, sobre todo por el nivel de despidos que el Estado benefactor estaba causando. Inglaterra estaba muy cercana al colapso político económico y social, y la gente se revolvía.
Todo esto fue despertando sentimientos de angustia y desesperación y, también, de odio contra el Estado y la monarquía, contra el laborismo y la clase política. Estaban puestos pues los ingredientes para hacer que el punk explotara de manera natural, enarbolando la bandera de la rebeldía.
En medio de ese ambiente, en las calles londinenses aparecieron jóvenes que estaban hartos de vivir en esa situación de represión y control, de una alta inflación y de desempleo que los obligaba a comer poco y cada vez menos saludablemente. Estos jóvenes crecieron hartos de escuchar las recetas de los hippies, eso de que el amor todo lo podía, con flores, sexo y LSD, y más cháchara.
Para esos jóvenes tales recetas, sí, fueron en un principio divertidas, hasta que vieron que para responder y enfrentar a la realidad que los violentaba y constreñía necesitaban algo más crudo, más violento, necesario también para llegar cada vez más y más rápido y directamente a las nuevas generaciones de jóvenes que estarían felices de unirse a la batalla. Los hippies ya se habían tornado aburridos, ya que no pasaban de las buenas intenciones y no enfrentaban a la realidad, por tanto, nada cambiaba y todo parecía ir peor.
Pero esos jóvenes de las calles británicas estaban a punto de encontrar una manera divertida y eficaz de atacar al sistema.
Estaban hartos de vivir años de un gobierno laborista que les hizo sentir como si vivieran un “milagro”, donde todo era subsidiado o “gratis”. En un principio estaban fascinados con ese “Estado de bienestar social”, con ese estado socialista que parecía pensar verdaderamente en su felicidad, hasta que vieron las consecuencias de esa utopía colectivista. Desde 1970 ya sentía como el Estado se estaba metiendo cada vez más por todas partes en su vida y en la sociedad, y al mismo tiempo les chocaba la creencia de que un Dios todopoderoso había puesto de manera hereditaria a una familia en la Corona, para el manejo y expolio de toda una sociedad.
En 1977 esto explotó e Inglaterra jamás volvió a ser la misma. El punk estaba vivo para cambiar la historia, con grupos como The Clash y The Sex Pistols, quienes capitanearon una revolución cultural cuya enorme influencia todavía se siente hoy en día.
Las reiteradas políticas de izquierda “social-demócrata” (recordemos que el laborismo venía gobernado al Reino Unido desde 1964, con Harold Wilson, solo con una breve interrupción por el gobierno conservador de Edward Heath) fueron las causas de que la gente saliera a las calles a buscar libertad, a expresar lo que sentían, pero no con rosas y amor, sino con gritos, bofetadas y malas miradas. Esos jóvenes estaban furiosos y aburridos y necesitaban llamar la atención del mundo entero, a fin de hacer notar que estaban hartos de los Mesias buenistas que prometían todo y a la vez no cumplían nada, usando una ilusión que por años pareció viable, pero que ahora los ahogaba con la bota del Estado sobre sus espaldas. Estaban hartos de esos políticos y de su Estado cada vez más grande y controlador. Y de repente, encontraron la herramienta necesaria.
¿Cómo creer que el punk nació desde la izquierda? ¿Cómo creer que el punk es hijo del socialismo o, peor aún, del comunismo?
Ellos dejaron de creer que otros harían lo correcto y decidieron tomar por sí mismos al toro por los cuernos. Emplearon el rock and roll como su herramienta de contraataque y el punk como su bandera ideológica. Tomaron sus guitarras, la batería y el bajo como armas de destrucción masiva ideológica que penetraban en tu cerebro y te marcaban de por vida. Ahora solo querían rebelarse… ¿Pero contra qué? Contra el enemigo natural de lo que se llamó “PUNK ROCK”: El maldito Estado. No importaba cómo, no importaba ya nada, solo importaba joder, chingar al sistema de todas las maneras que fuera posible. Hacerlo en las calles, en los parques, en los ríos, por el aire, por donde fuera posible; pero más importante aún: hacerlo en el lugar donde todos los jóvenes marginados querían estar, donde no importaba nada más que ser feliz, donde podías hacer uso de tu cuerpo (tu propiedad privada más importante), de tu vida y tu libertad en su máxima expresión. Y ese lugar era frente al escenario o mejor aún, SOBRE el escenario.
Y con este fugaz contexto me permito preguntar: ¿Cómo creer que el punk nació desde la izquierda? ¿Cómo creer que el punk es hijo del socialismo o, peor aún, del comunismo?… Si esto fuera cierto, ¿entonces por qué los jóvenes se rebelaban contra lo que ya tenían, lo que les había gobernado por tantas primaveras de ira e inviernos de descontento?
contra todo aquello que los izquierdistas/socialistas buscaban en otros países. ¿Y qué era lo que éstos buscaban? Un Estado de bienestar social que se tradujera en entregarle al gobierno la mayor cantidad posible de libertad de decisión, tanto del individuo como de la sociedad en su conjunto, sobre los puntos más importantes: controlar la economía, la educación, la salud, quitarle a unos el valor de su trabajo para dárselo a otros (impuestos agresivos), proteccionismos que limitan el comercio internacional y fomentan la mediocridad, entregar tu propiedad privada, permitir que el Estado decida qué se puede escuchar, qué se puede ver, qué se puede escribir y controle el derecho de libre expresión… ¿De verdad creen que el Punk buscaba esto? ¡Pero si esto ya lo tenían y fue lo que llevó a Inglaterra al colapso!
Esos mismos jóvenes rebeldes eran enviados a pelear contra el comunismo, a luchar por su libertad. Ellos podían observar como el comunismo en otros países reprimía, encarcelaba y bloqueaba todo lo que proviniera del rock and roll y esa música que para el Estado y sus burócratas parecía una ofensa suma, imperdonable
Esos mismos jóvenes rebeldes eran enviados a pelear contra el comunismo, a luchar por su libertad. Ellos podían observar como el comunismo en otros países reprimía, encarcelaba y bloqueaba todo lo que proviniera del rock and roll y esa música que para el Estado y sus burócratas parecía una ofensa suma, imperdonable. El punk estaba prohibido en muchos de esos países y los punks solo buscaban salir de esas cárceles ideológicas que les quitaba todo lo más preciado, lo más que más les importaba y por lo que más luchaban: la LIBERTAD.
Esos jóvenes sabían lo que el comunismo estaba haciendo contra muchas personas y sociedades en muchísimos países (fueron los años de los crónicos e interminables golpes de Estado en Africa y América Latina, de las guerras civiles centroamericanas, de las guerrillas de ultraizquierda en Europa y de las primeras manifestaciones de descontento social organizado en el lado soviético, con la Carta del 77 en Praga, al calor precisamente de la represión del régimen checo contra la música juvenil), y estaban seguros de que era el momento de pelear y bloquear la expansión y proliferación de esa enfermedad colectivista antes de que fuera demasiado tarde.
¿De verdad a alguien le parece coherente pensar que esos jóvenes británicos anhelaban tener lo que tuvo su origen y se llevó tantas veces a la práctica en Inglaterra, en donde ya estaba claro lo que pasaría con la falsa utopía del socialismo? Sus propios padres y abuelos dieron la vida por luchar contra el nacionalismo, el fascismo, el racismo y el comunismo que son hijos del mismo germen, SOCIALISMO. ¿Ellos lucharían por él? ¿De verdad les puede parecer esto coherente?
Pero entonces, ¿por qué algunas bandas de punk (Oi en específico) parecían defender estas ideas? Y la respuesta es fácil de encontrar si regresamos a la historia. Muchas personas en ese entonces estaban llegando a Inglaterra como inmigrantes de países latinoamericanos, africanos y del Medio Oriente, donde habían salido de gobiernos fascistas extremos y de guerras civiles, y en donde se instauraba apenas un sistema socialista. Tenemos que recordar que el socialismo extremista y el socialismo democrático, en sus inicios puede parecer la mejor solución y casi como un milagro que lleva a todos a una gran prosperidad, intentando dar a todos según sus necesidades y dividiendo el trabajo según “las capacidades de cada quien”, y todo esto gracias a la “redistribución de la riqueza”.
Entonces, es entendible que en los 70 algunas personas creyeran que podía ser posible intentar el socialismo nuevamente en otros territorios, con otro tipo de sociedad y corrigiendo los errores que eran ya notables en esos países donde se habían llevado a cabo primero estas ideas. Esos jóvenes (hablamos de los años 70 y principio de los 80) no tenían los medios de información tan extensos, puntuales y omnipresentes como ahora los tenemos. En ese entonces, la información viajaba muy lenta y era fácil manipular esa información si podías controlar al Estado. Con ese control estatal, quienes gobernaban podían decidir qué información entraba, que información salía y que información podía ser o no accesible y en muchos casos, quién salía y quién podía entrar al país, así como el control en la educación, donde era claro que más que educación era adiestramiento.
¿De verdad, podemos creer que esto era por lo que luchaba el punk?
Y entonces llegamos a otro pregunta interesante, EL PENDULO. Si entonces el punk no es de izquierda, ¿por gravedad entonces es de derecha conservadora y rancia? Y de igual manera, la respuesta la podemos encontrar en la historia, y la respuesta es NO, NO EN LO ABSOLUTO.
El punk también surgió como una manera de rebelarse contra de la monarquía. A los jóvenes les parecía absurdo creer que existía un Dios todopoderoso, omnipotente y omnipresente, bueno y amoroso que decidió concentrar el poder de todo un territorio en una sola persona, la cual heredaba el poder entre su misma familia. Esos jóvenes no aceptarían ser obligados a creer en seres divinos que más que buenos y amorosos, parecían adictos a ser alabados, arrogantes y amantes de las guerras y la hambruna. Aunque eso no evitaba que algunos fueran libres de creer en misticismos, pero no en monarquías.
Y en lo que si coincidan la mayoría, eran en la idea de que el Estado y la religión debían están completamente separados, y por eso condenaban la idea de ser obligados a creer en algo que no era una elección personal, que no tenía que ver con una formación libre. Por eso querían la moral colectiva de las religiones lejos de las escuelas estatales.
En ese entonces (a lo largo de los 70) ser homosexual era legal en Inglaterra pero aun así, era más fuerte el rechazo social por el exceso de conservadurismo en la misma sociedad, por lo que muchos de ellos no querían aceptarse y presentarse tal y como eran. Era más fácil esconder sus sentimientos y su gustos naturales que ser rechazado por la mayoría a su alrededor, inclusive sus propias familias y amigos.
Pero algo llego para cambiarlo todo, para liberar a estos chicos que solo querían ser libres y felices y que la sociedad conservadora en Inglaterra no les permitía y eso se lo pueden agradecer al GLAM hard rock (Protopunk) que fueron quienes pusieron las bases del punk en los 70. Pero el punk vino a consumar toda esa batalla por liberar a los jóvenes de entonces. De la mano del Glam, el punk dijo: “A la mierda la sociedad, a la mierda el conservadurismo y a la mierda si no te gusta”. Estos chicos atrapados hasta entonces en un disfraz que la sociedad les imponía, encontraron en el punk la herramienta más valiosa para ser felices: LA REBELDÍA.
Entonces ya tenían el arma más importante para dar la cara a la sociedad, al Estado, a la familia y a los “amigos” que intentaban reprimirles, y así, comenzaron a mandar todo a la mierda.
La música, junto con su rebeldía, le puso en el camino de esa liberación, para la defensa de los que entendían como lo más importante para ellos: su vida, su libertad y su propiedad privada.
Muchos de ellos (nosotros) creían (creemos) que nadie tiene el poder de decidir sobre nosotros qué hacer con nuestros cuerpos, cómo decorarlos, cómo debemos sentirnos a gusto, cómo vestir y cómo salir a la calle, por lo que la estética también se convirtió también en una manera de expresión y rebeldía.
Aun podemos ver cómo los conservadores se escandalizan al ver a una persona vestida de bondage. Y en ese entonces ya era una práctica común, como forma de escandalizar a una sociedad cerrada, a fin de que entendiera que si ella quería vestirlos como santos, ellos no y estaban en su libertad de expresarse con su propiedad privada, su cuerpo y su dinero que era para comprar ropa que escandalizara cada vez más.
Ellos no querían que les fuera impuesto nada. No querían que les dijeran que la droga es mala, o que el alcohol y el tabaco te van a matar. Ellos solo querían que los dejaran en paz y ser libres de decidir cómo auto destruirse si eso es lo que querían. Solo querían que les dejaran EN PAZ. Y mientras más se intentara bloquear esa libertad, ellos encontrarían una mejor manera de contrarrestar a la sociedad, con maneras más divertidas de escandalizar aun más. Hoy podemos ver quién ganó esa batalla, y lo podemos observar en un país que avanzó y avanza a la libertad, no solo económica, sino también social. Podemos ver cómo la fuerza de esta filosofía de vida se expandió por todo el mundo y no solo en Londres.
Me queda claro, entonces, que el punk no puede ser de izquierda, socialista, comunista o socialdemócrata, porque todo eso fue lo que los llevó a rebelarse y contra lo que se rebelaron. Hoy tampoco lo puede ser, en pleno siglo XXI, donde tenemos un gran contexto histórico que demuestra la ineficiencia de esas teorías de control social desde el Estado, y como todas han llevado a la gente a la más inmunda miseria, al control más enfermizo y al colapso seguro de sus sociedades. Hoy menos que nunca puedo considerarme punk y defender lo indefendible.
Pero si el punk tampoco es de derecha controladora y rancia, conservadora y moralista que reprimió y reprime socialmente a las personas en contra de su propia libertad de decisión, ¿entonces qué nos queda? ¿Qué filosofía defiende la libertad, la vida y la propiedad privada por sobre todas las cosas? ¿Cuál filosofía está en contra de la moral colectiva y defiende en su totalidad la decisión individual? ¿Cuál ideología está en contra de permitir que el Estado aumente su tamaño hasta ser un monstruo totalitario? ¿Cuál filosofía defiende el amor por encima de la llamada “familia clásica”? ¿Qué filosofía aboga por el derecho de que todo individuo sea el único dueño del producto de su trabajo (generado por su cuerpo y su mente) y seguir cualquiera que sea la doctrina que profeses, siempre y cuando no trates de imponerla a los demás? La respuesta es clara: EL LIBERALISMO y el OBJETIVISMO.
Dejemos los clichés, dejemos de decir que el punk es anticapitalista; eso es bullshit, odiando al capitalismo usando los frutos que el propio capitalismo ha traído al mundo para ayudarnos a alcanzar nuestros proyectos de vida. El mismo capitalismo que impulsa a empresarios a invertir miles o millones de pesos para que tú, pagando un boleto, puedas ver a las bandas que quizás marcaron tu vida, bandas que fueron tu soundtrack mientras crecías y que tú, sin esos “empresarios malditos” (como algunos de refieren a ellos), tendrías que ir a los países de los cuales son esas bandas, cosa que para muchos es una posibilidad casi imposible. Eso te lo da el capitalismo, gracias al cual se ha distribuido toda esa cultura musical, estética e ideológica.
Hipocresía es la palabra con la cual yo puedo definir a quienes hablan del punk usando clichés anticapitalistas, desde internet, con ropa importada, con botas inglesas de marcas caras y con una estéticas que solo pudieron alcanzarnos desde diferentes países gracias al desarrollo del mercado.
Por todo ello, este escrito es una invitación a todos los punks para dejar los clichés y aceptar el debate, una llamada a posicionarnos en una realidad y en un tiempo en los cuales hay más herramientas, con las cuales encontrar fundamentos y argumentos que le den solidez a nuestras ideas, a fin de no seguir repitiendo como pericos algo que ya es totalmente cuestionable.
Foto: Robert Anasch