Si de verdad quisiéramos frenar esta decadencia, primero mejoraríamos nosotros mismos, individualmente; daríamos mucha más importancia a los actos y mucho menos a los discursos; veríamos la viga en ojo propio y no la paja en el ajeno; y seríamos mucho más exigentes con los nuestros que con los adversarios……
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Foto: Amine M’Siouri