Resulta curioso que los defensores del ecologismo, los que atacan por artificiales y peligrosos a los cultivos de semillas transgénicas, los enemigos de los aditivos químicos, de los elaborados cárnicos, presuntamente cancerígenos, de los hacinamientos de animales para producir carne, sean los más arduos defensores de la carne de probeta, de la carne (¿o deberíamos llamarla de otra manera?) procedente de células manipuladas y clonadas sintética y artificialmente en tanques de cultivo, algo, si se me permite, repugnante y sospechoso, puesto que no pertenece a ningún animal vivo, y sin embargo tampoco es tejido muerto….   Tampoco tenemos claro cada célula cuándo y cómo muere, y si es posible que al comerlas haya algunas aún vivas, puesto que su vida no depende de un organismo central, sino que son células independientes. Y lo que ni está vivo, ni está muerto, es decir, es un no-muerto, ¿es zombie? ¿Es vampírico? ¿Es carne?

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carne artificial

Inserto en el mantra de la Agenda 2030, grabado a fuego como objetivo, está transformar nuestro modo de alimentarnos. Tal vez porque ese experimento de ingeniería social a gran escala pretende eliminar las enormes capas de clase media que suponen los productores de animales para consumo, los ganaderos, los carniceros, los tratantes, los transportistas, los intermediarios, los charcuteros o los distribuidores.

Quizá, los grandes poderes económicos de nuevo cuño que están eliminando a los comerciantes y sustituyéndolos por enormes plataformas digitales en las que todo se vende, ambicionan hacerse con el negocio cárnico pero sin carne, compitiendo, pero sin competir. Porque es evidente que el proceso de criar vacas, o cerdas, y que estas paran crías, sacarlas adelante en fincas y granjas, darles de comer con productos vegetales de cultivo, engordarlas, transportarlas al matadero, sacrificarlas, despiezarlas y distribuirlas es y será siempre más costoso que construir una gigantesca fábrica de tanques de cultivo en los que a partir de unas pocas células manipuladas no se sabe bien de qué, y una sopa de nutrientes creada no se sabe bien con qué, podrían fabricar enormes cantidades de toneladas de… ¿pienso de proteínas?

¿Comerías tranquilo una hamburguesa de clones, cuando no te atreves a comer una barra de pan fabricada con trigo procedente de semillas cultivadas de modo natural solo porque se les introdujo un gen que lo hacía más resistente a las plagas?

Lo cierto es que el proceso de fabricación de este pienso proteico compuesto de células procedentes de tejidos extraídos de animales vivos, reproducidas hasta la extenuación, parece ser que carece de muchos nutrientes básicos de la verdadera carne de origen en organismos pluricelulares vivos según el criterio de algunas asociaciones de productores, como esta Federación Avícola de Cataluña que denuncia sus riesgos:

https://avicultura.com/la-carne-sintetica-no-es-carne-conozca-sus-riesgos/

Los estudios más científicos y objetivos, parten de aceptar las premisas de atender una necesidad del planeta que personalmente no acepto, y al menos ponen de manifiesto lo que llaman “puntos oscuros”.

https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/6229148.pdf

Por supuesto, determinada prensa cuya línea editorial es una defensa apasionada y ciega de la Agenda 2030, que a mi juicio reúne todas las pesadillas de Orwell y Huxley en una sola pieza, apoya esto como “la salvación”. Pero no dice quién nos salvará de los salvadores…

https://retina.elpais.com/retina/2020/02/10/tendencias/1581338631_362323.html

Los mismos que, mira por dónde, se oponen a la gestación subrogada, a la clonación de seres humanos -y animales- y a otros modos de gestación de seres vivos, no tienen rebozo alguno en aplaudir esta fabricación de proteínas pseudocárnicas zombies alimentadas con sopas primigenias y que son, evidentemente, CLONES, ya que de unas pocas células se crearán millones y millones de copias exactas de sí mismas.

¿Comerías tranquilo una hamburguesa de clones, cuando no te atreves a comer una barra de pan fabricada con trigo procedente de semillas cultivadas de modo natural solo porque se les introdujo un gen que lo hacía más resistente a las plagas?

Resulta curioso que se hable sin rubor en los medios, ya se ve que serviles a la neolengua de esta Agenda elaborada no se sabe bien por qué ni por quién, y que al parecer tenemos que aceptar sin haberla debatido ni votado todos los miles de millones de habitantes de la Tierra, de “carne cultivada”, cuando la palabra carne, según el diccionario de la RAE tiene estas acepciones reconocidas:

  1. f. Parte muscular del cuerpo humano o animal.
  2. f. Carne comestible de vaca, ternera, cerdo, carnero, etc., y muy señaladamente la que se vende para el abasto común del pueblo.
  3. f. Alimento consistente en todo o parte del cuerpo de un animal de la tierra o del aire, encontraposición a la comida de pescados y mariscos.
  4. f. Parte de un fruto o de un tubérculo, generalmente blanda, que está bajo la cáscara o la piel.
  5. f. Parte material o corporal del ser humano, considerada en oposición al espíritu.
  6. f. Rel. Uno de los tres enemigos del alma, que, según el catecismo de la doctrina cristiana, inclina a la sensualidad y lascivia.

Como se ve, incluso las partes del pescado, no son carne. Despectivamente decimos que algo no es “ni carne ni pescado” cuando no se sabe bien qué rayos es. Pues esta presunta carne cultivada no debiera ser llamada carne, y del mismo modo que solo puede ser Rioja el vino cultivado en la región, debería prohibirse el uso indebido de la palabra carne para células clonadas procedentes de cultivo artificial, proteínas zombíes, no procedentes de ser vivo alguno, ni de ninguno muerto ya que antes debería haber vivido, que merecerán un nuevo nombre y que, tal vez, y solo tal vez, no debieran comercializarse sin antes pasar un concienzudo examen de Salud Pública… si no fuera porque la Salud Pública la controlan los mismos que pretenden imponernos los cambios que ninguno deseamos.

No es baladí que la carne proceda de animales vivos, que todos, sin excepción, son fruto de una reproducción sexual en las que intervienen los ADN del padre y de la madre, del toro y la vaca o del cordero y la oveja. Esto asegura y garantiza un sistema NATURAL de reproducción por el que cada animal es un ser INDIVIDUAL irrepetible. La “carne cultivada” procederá de células copiadas a sí mismas de forma ilimitada, serán clones, ANTINATURALES, y no se sabe porque nunca hubo precedentes de que el humano jugara a ser Dios, qué consecuencias tendrá para los humanos a corto o largo plazo comer estos clones manipulados, ni qué demonios nos introducirá en el cuerpo la multinacional que los produzca.

De modo que si te dicen que para salvar al Planeta debes dejar de comer carne NATURAL porque su crianza perjudica a la Tierra (un bulo, por cierto), pregúntate si debes comer clones zombíes ANTINATURALES artificialmente fabricados y si eso es lo mejor para ti. Salvo que no temas transformarte por aquello de que “lo que se come, se cría”.

Eugenio López Arroyo.

Foto: Science in HD.


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