Un virus desconocido, moderadamente contagioso y letal, con una tasa de mortalidad del 10 por ciento, casi la misma que el virus del SARS de 2002-2003, pero con una mayor capacidad de contagio, se está extendiendo por el mundo. Es un virus nuevo, nadie tiene inmunidad previa y se propaga rápidamente en las grandes ciudades. Los brotes aparecen por primera vez en Frankfurt, Alemania y Caracas, Venezuela. La transmisión de persona a persona se produce principalmente al toser. No hay antivirales o vacunas efectivas. Las víctimas mortales se multiplican hasta alcanzar 100 millones de muertos. Los sistemas de atención médica colapsan, el pánico se extiende, los mercados bursátiles se desploman y la economía sucumbe.
La situación descrita en el párrafo anterior no se refiere a la presente «crisis Covid-19», cuyo origen, como todos sabemos, ha sido la ciudad china de Wuhan, y no Caracas o Frankfurt. Se trata de un ejercicio de simulación organizado por el Centro Johns Hopkins en 2018, una prueba que mezcló detalles de desastres pasados con elementos ficticios para obligar a funcionarios gubernamentales y expertos a tomar las decisiones clave que podrían tener que tomar para afrontar una pandemia real………………………………………………….