María Fernanda Cabal es una empresaria, politóloga y política colombiana. En las elecciones legislativas de 2014 fue elegida representante a la Cámara por Bogotá con el aval del Centro Democrático, y en 2018 fue elegida senadora de la república por el mismo partido. Cabal revalidó su mandato en 2022 y fue precandidata en las elecciones presidenciales de ese mismo año.

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¿Qué significa la victoria de Milei para Argentina y para toda Iberoamérica?

La victoria de Javier Milei es un respiro para las democracias en el mundo, no sólo en América Latina. Es una defensa del individuo con su capacidad creativa, del libre mercado, de ir en contra de un modelo estatista que anula el espíritu creativo y que genera un gigantismo del Estado que tiene que vivir mediante reformas tributarias, empobreciendo a la gente y reforzando una burocracia que sólo sirve a los políticos. La victoria de La Libertad Avanza representa el triunfo de enseñar la economía de una manera sencilla, para que todos los argentinos entendiesen porque son pobres y porque lo son también todos aquellos países que han copiado el modelo socialista. Javier Milei tuvo la habilidad de enseñarle economía a los jóvenes y de arrebatárselos al progresismo.

María Fernanda Cabal.

Gustavo Petro está perdiendo apoyo popular y hemos visto su derrota en las regionales. ¿Cree que Petro acabará su mandato?

Si en Colombia hubiera institucionalidad y justicia, que hay algo, pero nos falta, Petro tendría que haber sido destituido por el Consejo Nacional Electoral por superar los topes de campaña, porque el límite de gastos de campaña está establecido en nuestra constitución. Además, está pendiente de inicio el juicio político por las declaraciones de su hijo y los escándalos de su secretaria particular, Laura Sarabia. Un juicio que ya habría empezado si en Colombia hubiese una democracia seria. Eso implicaría la pérdida de su cargo y el inicio de un juicio de responsabilidad penal ante la Corte Suprema. Tristemente, vemos que se ignora por completo este proceso debido a la acción política y a la mayoría de Petro en la comisión de acusaciones. Si Petro termina su mandato, lo hará con una de las tasas de impopularidad más elevadas de los mandatarios de América Latina.

¿Cuál es la causa de esa pérdida de apoyo popular? ¿Los escándalos de corrupción o sus políticas?

Ambos. Los escándalos de corrupción minan su credibilidad y su capacidad de mentir, que ha sido una constante a lo largo de su carrera. Petro señala a la clase política y es el parte de esa clase política; él es un beneficiario de lo que significa vivir del Estado y no se le conoce ningún otro negocio particular del que haya vivido o que haya generado riqueza. Petro nunca ha pagado una nómina y no sabe lo que es pagar impuestos. Además de esto, sus reformas van en sentido contrario del sentido común de un país que, con muchas dificultades, en especial por la violencia y las sucesivas crisis económicas, ha logrado, por ejemplo, una sanidad que está considerada una de las mejores del mundo. Es cierto que se tienen que hacer reformas, pero no así. Esta reforma de la sanidad nos dejará sin salud dependiendo de los políticos de turno y busca un control cada vez mayor sobre el individuo, que va a tener que solicitar un permiso para poder someterse a una cirugía. Otro ejemplo es su reforma laboral, que va a concentrar el poder en centrales obreras, abiertamente comunistas y que viven de las prebendas del Estado. Esto provoca que el empresario no contrate más y a una mayor precariedad. Por no hablar de la reforma de las pensiones, que era necesaria, pero no cargando contra el ahorro privado ni quitándonos la capacidad de decidir qué fondo de pensiones empleamos. En resumen, todo es control: del individuo, de su salud, de su trabajo, de su dinero en los fondos de pensiones.

¿Podría repetirse en Colombia lo que vimos en Brasil, con unas elecciones empañadas por la posibilidad del fraude electoral?

Siempre que no exista transparencia en el preconteo (un conteo rápido de las mesas electorales el mismo día de las elecciones y que tiene un valor netamente informativo) y en el escrutinio de los votos, que el censo electoral siga sin depurarse y que existan formas de corrupción, va a haber posibilidades de fraude. Afortunadamente, en Colombia seguimos empleando el voto manual, no privilegiando un voto electrónico que ha demostrado que no funciona en varios países desarrollados. Lo electrónico, lo moderno, también tiene susceptibilidad de fraude. Por eso muchos países, como Japón o Alemania, han decidido volver al papel, al voto manual.

Y ante una más que posible derrota, ¿cabría una opción más radical, como llevar a Colombia por el mismo camino de Venezuela?

Claro que sí. Petro tiene una agenda socialista dirigida desde el G2 cubano y lo que es más grave, sus reuniones con los representantes de Irán. En Venezuela se ha gestado desde hace quince años un matrimonio que parecía imposible entre el islam y el comunismo, que tienen objetivos contrarios, pero comparten los mismos guardianes de la revolución y el mismo absolutismo. Son regímenes en los que el individuo no vale nada. Creo que Petro va por esa línea: destruyendo la fuerza pública, fortaleciendo a grupos cocaleros y permitiendo el cultivo. Ya sabemos lo que significa ser el mayor exportador de cocaína del mundo, y los niveles de violencia, tanto en el campo como en las ciudades, que hoy ya suman mas de cien masacres. Petro triunfa en la anarquía y la destrucción, y creo que nos va a llevar por ese camino.

Petro y Boric representan la línea “woke” dentro del Grupo de Puebla. ¿Ha intentado Petro llevar el wokismo a Colombia? ¿Cuál es la reacción de la sociedad ante esa ideología de la nueva izquierda?

Toda esa ideología “woke” es la antinatura. Es el premio a la degeneración por encima de la buena conducta. De nuevo, apelando a la anarquía, a los deseos convertidos en derechos. Esto genera una reacción en la sociedad como la que le ocurrió a Boric en Chile. Boric finalmente se quedó sin discurso y agotó a la sociedad con el uso de la violencia mediante protestas patrocinadas que sólo tenían como fin seguir en el poder e imponernos agendas como la nueva constitución. Esto Petro no lo logró y ya no tiene tiempo para llevarlo a cabo. Pero el wokismo de Boric, además aterrador en una sociedad que ha sido muy conservadora como la chilena, ya le ha pasado factura. En Colombia pasa lo mismo. Poner un actor de porno gay como vicepresidente es una vulgaridad; dar puestos de poder a miembros de la Primera Línea (grupos violentos de izquierda que se hicieron famosos por los disturbios contra el Gobierno en 2021) es una grosería; dar dinero a los vagos e incentivar a los “colectivos” sólo nos lleva a hundir el país. Petro quiere llevarnos a una guerra civil porque él siempre gana en el desorden, en la anarquía y en la destrucción.

Cómo hemos visto en otros muchos países, no basta con que la izquierda esté hundida para derrotarla. ¿Tienen los partidos de derecha en Colombia voluntad para ganar y cambiar las cosas?

Mas allá de la derecha, que es un título muy limitado, hay que demostrarle a la gente que es capaz, y que el Estado no está para poner sus cargas sobre los hombros del individuo y de la sociedad, sino para facilitarle la vida. Se trata de comunicar, que es el gran fallo de todos los que no somos de izquierda. Creíamos que bastaba con decir la verdad sin necesidad de hacer propaganda, pero no, hay que hacerla, hay que poner ejemplos, hay que enseñar y repetir mil veces, como lo hizo Javier Milei, que sólo con libre mercado, con un Estado mucho mas pequeño y dando facilidades al individuo, es decir, usando las claves del éxito del capitalismo, podremos salir adelante.

Foto: Element5 Digital.

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