Los cobardes agonizan muchas veces antes de morir… Los valientes ni se enteran de su muerte. La frase, atribuida a Julio César, casa bastante bien con la disyuntiva a la que la crisis del coronavirus nos conduce, y de la que todavía, al parecer, no hemos tomado conciencia: tener que escoger entre la seguridad sanitaria entendida de forma absolutista, que llevaría aparejada la quiebra económica, o la asunción de que, nos guste o no, si no queremos matar a todo un país tendremos que asumir algunos riesgos a ciegas……