El 15 de mayo de 1945, una semana después del final de la Segunda Guerra Mundial, los partisanos comunistas sacaron a numerosos soldados croatas heridos de los hospitales de Zagreb y los llevaron al hospital psiquiátrico de Vrapče, en las afueras de la capital, una institución dirigida por las Hermanas de la Caridad. Una vez allí, todos los prisioneros fueron estrangulados o masacrados en el sótano del hospital. Después de matarlos, los partisanos metieron los cadáveres en camiones y los trasladaron a Jazovka y a otras fosas comunes. Tres monjas, las hermanas Geralda Jakob, Konstantina Mesar y Lipharda Horvat, presenciaron la matanza. Desgraciadamente, los comunistas vieron a las hermanas y decidieron asesinarlas para que no quedase ningún testigo del crimen. Las tres hermanas, junto con muchos otros, fueron arrojados en la fosa de Jazovka.

Publicidad

Jazovka, como tantos otros lugares en los que los partisanos ejecutaron sus crímenes, fue borrado de la historia hasta la caída del régimen comunista. La fosa fue redescubierta en 1989 por un espeleólogo, Mladen Kuka, pero la exhumación de los restos de las víctimas no tendría lugar hasta julio de 2020, cuando el Ministerio de Veteranos Croatas inició los trabajos y determinó que había al menos 814 esqueletos a unos 40 metros de profundidad. Las primeras víctimas fueron soldados croatas capturados en enero de 1943 y ejecutados por los partisanos. En 1945, los partisanos utilizaron la fosa para las víctimas de los hospitales de Zagreb:  prisioneros heridos, civiles, médicos, enfermeras y monjas católicas. La mayoría estaban muertos cuando fueron arrojados a la fosa, pero otros fueron arrojados vivos para morir en una terrible agonía.

La falta de memoria o, peor aún, la memoria selectiva, son cada vez más comunes en Europa, y a veces son impuestas mediante leyes de memoria que determinan que víctima merece el recuerdo y cuál debe ser olvidada

Para que estos hechos no vuelvan a caer en el olvido, y para honrar a las víctimas, cada 22 de junio se realiza una peregrinación a Jazovka. Además, el año pasado se inició el proceso de beatificación de las tres hermanas asesinadas en Jazovka y de otras cuatro más que también fueron víctimas del martirio. Sin embargo, el 22 de junio es también una fiesta estatal en Croacia en recuerdo de los partisanos, es decir, de los que asesinaron a miles de personas en Jazovka y en otros muchos lugares. El 22 de junio de 1941, al producirse la invasión alemana de la Unión Soviética, se formó supuestamente la primera unidad partisana antifascista croata en torno a un grupo de comunistas de Sisak que tomó las armas para “luchar contra el fascismo”. Si bien es cierto que los comunistas de los distintos países ocupados por los alemanes no tomaron las armas hasta que Hitler atacó a Stalin, porque su lealtad era al partido comunista de la URSS y no a sus respectivas patrias, la historia de los antifascistas de Sisak es una invención de la historiografía nacional-comunista croata de la década de 1960. Una invención que tuvo éxito y que se convirtió en una fiesta estatal después del establecimiento de la Croacia independiente en la década de 1990. En el periodo yugoslavo comunista, el inicio oficial de la lucha partisana antifascista se celebraba el 29 de junio, la fecha en la que el Partido Comunista Yugoslavo comenzó el levantamiento en Serbia en 1941.

No deja de ser sorprendente que el 22 de junio se celebren en Croacia dos conmemoraciones tan opuestas: una en Sisak, en honor a los partisanos comunistas, y otra en Sošice, que  es el pueblo más cercano a la fosa de Jazovka, por sus víctimas.  Esto es consecuencia de la falta de una descomunización en Croacia tras el hundimiento de Yugoslavia y de la supervivencia de las élites comunistas, unas élites que se han legitimado mediante la manipulación del pasado. Cómo señala el diputado croata Stephen Bartulica en esta entrevista, esas elites han consolidado su poder en todos los campos: “En 2009, el presidente Stjepan Mesić comentó que hablar de los crímenes del comunismo era un oxímoron. Para él no existían los crímenes del comunismo; esto es una muestra de cómo estás élites siguen negando los crímenes comunistas”.

Este año, se ha producido otro hecho desagradable consecuencia de esta negación de la historia. Las Hermanas de la Caridad quisieron poner una placa conmemorativa en recuerdo de la hermana Lipharda Horvat en su casa natal, en Varaždin, sin embargo, el alcalde Neven Bosilj, del SDP (Partido Socialdemócrata de Croacia), no ha permitido la instalación de la placa. La razón esgrimida por el alcalde es su desacuerdo con la siguiente frase: “por orden del régimen comunista fue arrojada a Jazovka”.  Según ha manifestado el ayuntamiento socialdemócrata, para conseguir el permiso es necesario eliminar la referencia al régimen comunista y mencionar sólo que “fue arrojada a Jazovka”. Mencionar los crímenes comunistas resulta ofensivo para algunos.

El diputado Marko Milanović Litre, de los soberanistas croatas, y que participó en la peregrinación a Jazovka, se mostró indignado por la decisión del SDP de Varaždin de prohibir la placa conmemorativa en la casa de la hermana Liphardu Horvat:  “Algunos han cuestionado la importancia de recordar nuestra dolorosa historia. A los que creen que no se debe cargar a la juventud con el pasado, permítanme decirles: una nación sin memoria es como un barco sin timón ni brújula”.

La falta de memoria o, peor aún, la memoria selectiva, son cada vez más comunes en Europa, y a veces son impuestas mediante leyes de memoria que determinan que víctima merece el recuerdo y cuál debe ser olvidada. Lipharda Horvat y sus hermanas fueron víctimas inocentes, monjas católicas dedicadas a Dios y a cuidar de los demás que son asesinadas por haber sido testigos de un crimen atroz. Que reivindicar su memoria siga siendo polémico es una prueba del daño que causa la mentira a una sociedad, porque sólo con la verdad se puede construir una nación decente y, sobre todo, con futuro.

Foto: Egor Myznik.

¿Por qué ser mecenas de Disidentia? 

En Disidentia, el mecenazgo tiene como finalidad hacer crecer este medio. El pequeño mecenas permite generar los contenidos en abierto de Disidentia.com (más de 2.000 hasta la fecha), que no encontrarás en ningún otro medio, y podcast exclusivos. En Disidentia queremos recuperar esa sociedad civil que los grupos de interés y los partidos han arrasado.
Forma parte de nuestra comunidad. Con muy poco hacemos mucho.
Muchas gracias.

Become a Patron!