Apenas hace unos días se clausuraba el circo mundial de salvación del clima en la ciudad polaca de Katowice. ¡Ha nacido una estrella! Y se llama Greta Thunberg. La salerosa quinceañera sueca se arregló las coletas a lo Pipi Calzaslargas y subió resoluta al estrado que le habían preparado para la ocasión. Era la gran oportunidad para cantarnos a todos las cuarenta, para dejarnos claro -en nombre de la iniciativa salvífica “Climate Justice Now”- lo necesario de “poner el freno de emergencia” a la carrera consumista desenfrenada que llevamos, recordarnos cómo “nuestra civilización está siendo sacrificada en aras del dinero” y amonestarnos sobre la importancia de poner “justicia en los temas del clima”.

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Por supuesto, uno no puede ser muy crítico con las opiniones de los adolescentes, pero las de Greta no nacen de la nada, son el producto de la socialización y la educación de la niña. Y si queremos llegar a la esencia ideológica que subyace en los procesos de socialización y educación en Suecia -pero no sólo en Suecia-  basta con que lleguemos a la parte del discurso de Greta donde nos dice que «la pobreza de muchos sostiene el lujo de unos pocos». La idea es absurda donde las haya, pero se corresponde exactamente con una de las ideas motrices de los ideólogos de izquierda, cuyo pensamiento se quedó atascado en la aburrida crítica del capitalismo.

Es precisamente el capitalismo el que combate la pobreza global. Sus recursos se utilizan, por ejemplo, para financiar esta y todas las conferencias de beatos empeñados en la salvación del clima

Sin embargo, es precisamente el capitalismo el que combate efectivamente la pobreza global. Sus recursos se utilizan, por ejemplo, para financiar esta y todas las conferencias de beatos empeñados en la famosa protección del clima. Greta Thunberg está llena de esta ideología y ha internalizado completamente sus objetivos. En este punto, ella es tan honesta y clarividente como Juana de Arco (con quien alguno la ha comparado) … y tan intransigente como la francesa. Ella cree en los santos de la iglesia del clima y conoce la verdadera herramienta de Satanás: el CO2. Equipada con este conocimiento y firmemente convencida de que Suecia es «un país rico», su llamada a accionar el «freno de emergencia» es comprensible. Esas demoníacas cosas fósiles deben permanecer en el suelo y todas las personas deben conducir coches eléctricos. Ella no tiene que preocuparse por el «cómo», exactamente igual que Juana de Arco: podía llevar una bandera (pancarta) a la batalla, pero no tenía una nación que dirigir.

El caso es que el otro día, viendo unas imágenes de la televisión estatal sueca en las que se presentaba a la activista quinceañera a sus compatriotas, no supe si llorar o reír. Pensaba en las imágenes oficiales que nos habían servido días atrás las televisiones europeas, todas sacadas del vídeo “oficial” en las que, al final del discurso de Greta, se escuchaban pocos aplausos, pero se veía una línea de sillas abarrotada… la sala parecía llena. Las imágenes de la televisión sueca son más sinceras y más cercanas a la realidad: ¡la sala estaba prácticamente vacía! (ver a partir del segundo 55) Nadie estaba interesado en la perorata activista de Greta. Los salvadores del clima estaban ocupados en otros menesteres (luego les cuento) y no tenían ninguna intención de escuchar lo que una adolescente pudiese decir… ¡qué iba a decir ella que no supiesen ellos ya!

Los chicos de “Climate Justice Now” lo tenían muy claro: pongamos a una niña en el estrado y dejemos que los espectadores de todo el mundo derramen lágrimas de emoción

¡Nosotros en casa éramos el público deseado! Los chicos de “Climate Justice Now” lo tenían muy claro: pongamos a una niña en el estrado y dejemos que los espectadores de todo el mundo derramen lágrimas de emoción, los que protegemos el clima no necesitamos enseñanzas, ni de científicos críticos ni de activistas demasiado entusiastas. ¡Greta es buena para hacerse unos selfies, no para discursos fundamentales! Cuando nos vendieron en los medios la versión oficial del discurso, debimos haber dado más crédito a nuestros oídos (casi ningún aplauso) que a nuestros ojos (la sala parecía llena): en la sala sólo estaban los que habían perdido el último tren o bus a Varsovia.

Nuestra admirada adolescente es apenas un instrumento más en este juego perverso del nuevo globalismo.

¿Perverso? Habría sido muy fácil convertir la COP24 en una reunión por Internet con transmisión en directo y comentarios en línea. Pero entonces el hermoso y largo «viaje de negocios» se habría esfumado, incluyendo todas las recepciones con canapés, las dietas diarias y las reuniones de colegas antes de Navidad. Más de 22.000 participantes se dieron cita en Polonia con la intención de salvar el clima, la inmensa mayoría llegó cómodamente en avión.

Las mayores delegaciones a la Conferencia sobre el Clima llegaron de países africanos. Guinea envió 406 delegados este año, la República Democrática del Congo estuvo presente con 237 participantes y Costa de Marfil mandó a 191 compatriotas a Polonia. La lista de participantes está disponible en la página de la conferencia en formato PDF y tiene 1084 páginas. La lista de delegados de Guinea comienza en la página 239 y llega hasta la página 273. Hay 406 nombres. En el año anterior en Bonn, el grupo de Guinea fue aún mayor (86 participantes más), con una delegación de casi 500 personas. Costa de Marfil también ha «restringido severamente» el número de participantes este año. En la COP23 en Bonn, el país estuvo presente con 492 participantes. ¿Era Bonn quizás un destino más atractivo que Katowice? (Datos de participación en las COP los encuentran en Eco-business.com)

La inmensa mayoría de las delegaciones africanas, por ejemplo, están financiadas por Naciones Unidas. Es decir, hay grupos de participantes que pueden optar a la devolución de los gastos para vuelos y alojamiento, además de recibir dietas diarias. Todo lo que el abnegado activista debe hacer es ir a un stand en la conferencia con su pasaporte y boletos de avión, ahí le dan el efectivo y firma su recibo.

Los asistentes a la COP de Polonia recibieron 194 dólares por día si residían fuera de Varsovia. Para una estancia de 12 días hablamos de US$ 2.328 por persona

En vista de las buenas prestaciones diarias y la oportunidad de viajar, el interés en participar en las conferencias sobre el clima es grande. La COP24 tiene su propio sitio web para «Alojamiento de delegados financiados«. La estancia mínima en Katowice es de 12 días. ¿Cuál es la asignación diaria habitual de la ONU? Según el sitio web de la ICSC, los asistentes a la COP de Polonia recibieron $ 194 por día si residían fuera de Varsovia. Para una estancia de 12 días hablamos de US$ 2.328 por persona. En Bonn, la cifra era de US$ 272 por día el año anterior, lo que supone US$ 3.264 por persona. ¡Caramba! ¡Mil dólares menos! Esto también puede explicar la leve disminución en el número de participantes interesados en la COP24

Estimada Greta, de ahora en adelante deberías volver a la escuela los viernes, porque tu activismo es completamente ignorado por los tomadores de decisiones en el frente climático. Para ellos, apenas eres una efímera mascota que nunca querrán volver a ver porque eso solo perturbaría sus círculos de distribución de dinero. Fuiste la lastimosa acólita de una perversa misa de la iglesia de salvación del clima.


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