Hasta hace unas semanas, el gobierno achacaba toda la subida masiva de precios que estamos sufriendo, a Putin, a las eléctricas y hasta la ultraderecha. Ni rastro por supuesto de mención alguna a los continuos planes de estímulo, a la impresión de dinero o a la moratoria nuclear entre otras cuestiones. Todo este argumentario va a ser muy difícil de sostener en los próximos meses, ante el volantazo inexplicable en política exterior, que ha dado el gobierno.

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Este giro en exteriores al que nos referimos, es el abandono a su suerte del Sáhara Occidental, antiguo protectorado español, frente a Marruecos, en contra de los intereses Argelinos. Hablamos de “volantazo”, puesto que es un cambio radical a la política exterior de consenso nacional, siempre pactada entre el gobierno y la oposición, que ha llevado España, sin importar el gobierno de turno, en este asunto. Incluso la del propio gobierno actual, que recordemos, hace menos de un año, entró en una especie de guerra diplomática con Marruecos, por posicionarse del lado Argelino en este conflicto.

Parece claro que, con el suministro de gas tambaleándose, la falta de centrales nucleares y el BCE incapaz de subir tipos para no quebrar países, la inflación no va a descender sino todo lo contrario

Hablamos de precios, porque Argelia, la parte damnificada en este asunto, es la histórica principal suministradora de gas de España. Hoy la segunda, superada por EE.UU. que nos proporciona gas licuado en buques, a mayor precio. Este asunto no ha podido venir en peor momento, dejándonos con el culo al aire, cuando la guerra en Ucrania, que hasta ahora prácticamente no nos estaba afectando por mucho que el gobierno se empeñase en tapar sus fracasos con ella, dificulta cualquier otra opción de suministro de gas. El gobierno ha puesto en peligro, entre otras muchas cosas, más del 20% del gas que consumimos, que lo obtenemos del país argelino y que es probable que, como respuesta a nuestra traición, bien nos cierren el grifo o bien, como ya sabemos con toda seguridad, nos lo encarezcan.

Añadir, que en España poseemos yacimientos de gas natural suficientes para cubrir nuestra demanda nacional durante 40 años. Pero que el año pasado el gobierno prohibió por ley extraerlo. Ya saben, Putin y tal… Veremos que conejo de la chistera saca nuestro presidente para explicar todo esto, sin culparse a sí mismo, por supuesto.

Por último, hablamos de que es inexplicable, porque aparte de ser una torpeza geoestratégica grave, no le ha gustado a nadie, ni amigos ni enemigos. Tanto sus propios socios de gobierno, como la oposición en bloque, se han posicionado en contra de esta capitulación del gobierno. La pregunta es, ¿Qué le debe el PSOE a Marruecos para haber vendido a todo el mundo a cambio de nada? Tan solo el expresidente Zapatero ha salido en defensa de este cambio de postura. ¿Es quizás una deuda heredada de su época?

Sea como fuere, parece claro que, con el suministro de gas tambaleándose, la falta de centrales nucleares y el BCE incapaz de subir tipos para no quebrar países, la inflación no va a descender sino todo lo contrario. Habrá que esperar para ver cómo el gobierno culpa a otros de sus torpezas, o nos las vende como éxitos. Ya nada nos sorprende.

*** Alfredo Reguera, economista.

Foto: David Griffiths.

Originalmente publicado en la web del Instituto Juan de Mariana.

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