Cada día son más numerosos mis viejos amigos del PP que creen que el apaño de elección de los nuevos miembros del Consejo General del Poder Judicial ha sido un error.
Antes de la votación en el Congreso para nombrar a los nuevos miembros por el PP y el PSOE, ambos partidos están a tiempo de rectificar y aplazar la elección de esos nombres con el argumento de la inoportunidad: está pendiente un proceso capital de políticos delincuentes y no conviene hacer mudanza.
Si lo aplazan, los beneficiarios serán PP y PSOE y los perjudicados serán los golpistas separatistas y la extrema izquierda de Podemos.
En legislaturas anteriores los plazos de nuevos nombramientos han demorado hasta tres años en el el Tribunal Constitucional. No es necesario renovar a los miembros del CGPJ en estos días.
Podemos está ahora más interesado en “pillar cacho” de los privilegios de lo que ellos denunciaban como “casta” que en reformar los defectos del Estado de partidos.
Si el PSOE no se aviene al aplazamiento, el PP debería rectificar y no aceptar un acuerdo político sellado por dos tecnócratas (Robles y Catalá).
Además Casado puede proponer, para la próxima legislatura, un cambio en el procedimiento de elección.
Casado tiene que entender que el PP no se renueva (y atrae votantes) sólo con un cambio de caras. ¿De Rajoy a Casado para hacer lo mismo?
Hace falta un cambio de políticas.